La nueva mina a un paso de Salamanca que se queda sin permiso por daño a los acuíferos
Medio Ambiente dicta como desfavorable el estudio de impacto ambiental para volver a extraer cuarzo y wolframio de una corta en San Pedro de Rozados por posible afección a una gran masa de agua subterránea
La Junta de Castilla y León ha denegado los permisos para reabrir una antigua mina de wolframio, cuarzo y estaño y volver a extraer mineral en una cantera a cielo abierto de algo más de cinco hectáreas. La consejería de Medio Ambiente ha emitido una evaluación ambiental desfavorable a este proyecto porque afecta a una importante masa subterránea de agua que podría verse contaminada ya que la idea era reprofundizar en la antigua mina hasta un nivel que podría deteriorar los acuíferos de la masa denominada Campo Charro.
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La resolución se ha publicado este jueves 21 de agosto en el Bocyl y supone, por ahora, el punto final de este proyecto que pretendía reabrir una antigua mina en San Pedro de Rozados, a sólo unos kilómetros de Salamanca capital. La declaración de impacto ambiental negativa afecta a una explotación denominada «Áreas San Pedro», en el término municipal del citado pueblo, una antiga mina que funcionó hasta los años '80 del siglo pasado. A día de hoy todavía se ven restos de algunas pequeña galerías y la balsa de agua que cubre una de las cortas.
El proyecto contemplaba volver a explotar unas 50.000 m² de los 585.000 m² que tiene el área completa que ocupaba un conjunto de hasta 20 explotaciones mineras antiguas. El objeto de la explotación es la puesta en marcha de una explotación de 10 cuadriculas mineras de un total de 48 para una superfcie disponible de 58,5 hectáreas.
La explotación se realizaría sobre antiguas concesiones mineras de wolframio, estaño y cuarzo incluidas en 23 antiguas concesiones tanto a cielo abierto como subterráneas. El proyecto actual es para una explotación a cielo abierto, defnida en dos campos de explotación, con la reprofundización y retranqueo de las antiguas cortas, con bancos de 10 metros de altura, taludes, bermas de 2-3 metros de anchura y rampas de transporte interno. Se prevé tres cortas en el campo 2 y una corta en el campo 1. Previamente habrá que sacar el agua acumulada en una de ellas.
Se diseña para procesar 65.000 toneladas/año, los residuos generados se depositan en la escombrera de estériles. La planifcación de la explotación es a nueve años y medio, con una extracción de 1.171.346 m³. La explotación será mediante perforación por voladura, el estéril será llevado a escombrera y el mineral a la planta de tratamiento.
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Acuíferos del Campo Charro
El problema es que esta nueva explotación minera se asienta sobre una importante masa subterránea de agua, conocida como Campo Charro. Tiene unos 1.500 km2 de superficie y su territorio hace una 'v' invertida que se extiende desde Salamanca a El Cabaco por un lado y Horcajo Medianero por otro, a ambos lados de la sierra de Francia.
El hecho de que se vaya a profundizar en las antiguas excavaciones es clave. Esta masa de agua incluye acuíferos locales y se encuentra entre las protegidas por las demarcaciones hidrográficas, aunque no se encuentra en riesgo. Según el informe negativo de impacto ambiental, la reapertura de esta mina podría comprometer la masa subterránea de agua porque podrían entrar contaminantes que la deterioraran.
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