La batalla demográfica de Salamanca, pueblo a pueblo: en cuántos no nace nadie y en cuáles tampoco se muere

La del saldo vegetativo es una de las grandes batallas de la población y Salamanca la está perdiendo casi en cada frente. La llegada de extranjeros, la única buena noticia poblacional, no consigue paliar los malos resultados del movimiento natural de población con un saldo negativo creciente de más de 3.000 personas durane el último año y, lo peor, generalizado y extendido por toda la geografía sin casi distinción de municipios.

El saldo vegetativo ha vuelto a dar otro zarpazo al corazón poblacional de Salamanca. El número de nacimientos ha sido de nuevo muy inferior al de fallecimientos y su tendencia es preocupante. Mientras los recién nacidos se quedaron en 2024 en 1.670, un 0,8 por ciento menos que un año antes, los fallecimientos aumento un cuatro por ciento hasta los 3.919. El resultado, un debe de más de 2.000 habitantes.

Con este dato, es una de las peores provincias en crecimiento vegetativo, sin tener en cuenta las migraciones que sí engrosan las listas de habitantes. Castilla y León registró en 2024 un crecimiento vegetativo negativo de 16.027 personas, lo que la sitúa como la segunda autonomía con peor comportamiento, solo por detrás de Galicia.

En el caso de Salamanca, este goteo negativo resta casi pueblo a pueblo. Según los datos del INE, el 80% de los municipios de la provincia están en 'número rojos', con un balance entre fallecimientos y nacimientos escandalosamente desfavorable. De todas las localidades, sólo 24 tienen saldo positivo y otros 40 lo tienen 'a cero', con equilibrio entre nacimientos y fallecimientos.

Como se ve en el mapa superior, la mayoría de ellos se concentran en torno a la capital. La atracción poblacional del municipio con más habitantes de la provincia se nota en el crecimiento de su área periurbana, pero mientras la capital se desploma en el saldo de nacimientos/fallecidos, al menos en su entorno se concentran aquellas localidades que sí logran progresar.

Todos los municipios de su primer y segundo cinturón logran saldos vegetativos en positivo, pero lo hacen de forma débil. El mejor es Carbajosa de la Sagrada, con un saldo de +25 que se antoja escaso para una población con más de 7.600 habitantes, joven y con pocas defunciones, pero con sólo 43 nacimientos registrados.

En la tabla superior se puede consultar el saldo vegetativo, nacimientos y defunciones registrados por el INE teniendo en cuenta los nacidos de madre registrada en cada municipio y los fallecimientos por lugar de residencia, para cada uno de los municipios de la provincia.

Durante el año pasado, en 154 municipios de Salamanca, casi la mitad, no llegó a nacer ningún niño y en otros 80 sólo se registró un recién nacido de madre del municipio.

El municipio con mayor número de nacimientos de madres residentes fue Salamanca, con 821 al cabo del año; tambiés es el más poblado con más de 150.000 habitantes. Ningún otro municipio de la provincia registró más de un centenar de nacimientos y sólo en 17 nació al menos un niño al mes; 19 sobrepasaron los diez al cabo del año.

El municipio con el peor saldo vegetativo es también la capital, con -879 personas: 1.700 defunciones por 821 nacimientos. Le siguen Béjar, Ciudad Rodrigo, Peñaranda, Vitigudino, Alba de Tormes, Lumbrales, Sancti Spíritus y Guijuelo.

El mejor saldo vegetativo fue el de Carbajosa de la Sagrada, con +25 entre defunciones y nacimientos, seguido de Aldeatejada y Carrascal de Barregas, todos municipios con gran desarrollo residencial y creciente población.

Sólo 24 municipios terminaron el año en positivo, otros 38 lo hicieron equilibrado y el resto, en negativo. Son 300 de los 362 repartidos por toda la provincia, el 80%.

Por último, en 22 municipios no se produjeron nacimientos, pero tampoco defunciones y mantienen la población. En otros ocho hubo tantos alumbramientos como fallecimientos.

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