La zapatería de un pueblo de Salamanca que cierra sus puertas tras un siglo de historia
Zapatería Martínez, ubicada en el corazón de La Fuente de San Esteban, cierra sus puertas definitivamente con motivo de la jubilación de su actual propietaria
Tras más de cien años de historia, Zapatería Martínez, ubicada en el corazón de La Fuente de San Esteban, cierra sus puertas definitivamente con motivo de la jubilación de su actual propietaria, Argelina Sánchez Castaño, quien ha estado al frente del negocio durante los últimos 37 años.
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Fundada en 1919 como fábrica de calzado por iniciativa de D. Luciano Méndez, pionero en su pueblo en esta industria, la zapatería evolucionó a lo largo del tiempo hasta convertirse en un establecimiento de referencia, no solo en La Fuente de San Esteban sino también en toda la comarca del campo charro. Generaciones enteras de familias han confiado en la calidad de sus productos y el trato cercano, sello de Zapatería Martínez en su siglo de vida.
Durante casi cuatro décadas, 'Arge' ha sido la cara visible de Zapatería Martínez, quien ha sabido mantener vivo el legado familiar con dedicación, humildad y cercanía, amoldándose a las nuevas realidades gracias a la ayuda de su hija, Teresa, sin perder la esencia que hizo especial y distinguida a esta casa de calzados.
«Ha llegado el momento de cerrar una etapa y de agradecer todo lo que he vivido», afirma Argelina visiblemente emocionada con la vista puesta en el mes de septiembre, fecha en la que tiene previsto el fin de la actividad comercial. «Esta zapatería ha sido mi vida y la de mi familia. Me siento profundamente agradecida por el cariño y la confianza de tantas personas que han pasado por aquí. No hay mayor satisfacción que la de haber formado parte de la historia de tantas familias del pueblo, de la comarca y de otros muchos puntos de Castilla y León y de España».
Y es que desde su ubicación, en el número 20 de la calle Corpus Christi, a escasos metros de la Plaza Mayor, la zapatería ha sido mucho más que un comercio: un punto de encuentro, un lugar de conversación y en muchos casos de amistad. El sonido inconfundible de la campanilla marcaba la entrada a un espacio donde el trato humano, personalizado y cercano siempre estuvo por encima de cualquier moda o tendencia.
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El cierre de Zapatería Martínez marca también el adiós a una forma de entender el comercio que hoy casi ha desaparecido, un modelo basado en el conocimiento profundo del producto, en el trato personalizado y en la vocación auténtica de servicio. Durante estos 106 años, este pequeño negocio ha sido ejemplo de cómo se pueden generar vínculos que trascienden lo puramente comercial. Se apaga la luz que ha iluminado el pulso cotidiano de un pueblo, dejando una huella imborrable en la memoria de La Fuente de San Esteban. «Cierro las puertas tranquila. Me llevo muchos recuerdos que han hecho que cada día mereciera la pena», concluye Argelina.
Zapatería Martínez, un siglo paso a paso
La historia de Zapatería Martínez tiene sus raíces en el año 1919, cuando D. Luciano Méndez Regalado, hombre sencillo, trabajador y con amplios conocimientos en el arte del calzado, fundó en La Fuente de San Esteban una fábrica de alpargatas, abarcas y sandalias. Había aprendido el oficio como zapatero, pero fue más allá, adoptando nuevas formas de producción y apostando por una industria propia. Según sus propias palabras en una entrevista de la época, lo hizo «con mejor voluntad que dinero», reflejando desde el inicio el esfuerzo y la humildad que marcarían la trayectoria del negocio.
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Luciano Méndez contaba con un personal competente y con el apoyo de sus hijos y apostó por una elaboración artesana de gran calidad, basada en materiales duraderos y técnicas avanzadas para la época, como el uso de piso de goma, calado, puntura y trenzado de cuero. En sus talleres se fabricaban también botas y calzado fino, que tenían gran aceptación en provincias como León, Zamora, Cáceres y especialmente en Salamanca, con distribución en localidades como Lumbrales, Alberguería, La Fuente de San Esteban y otras muchas. Su producción era reconocida por su durabilidad y acabado perfecto, especialmente en las abarcas.
Durante la Guerra Civil Española, la fábrica vivió uno de sus periodos de mayor actividad, al llegar a fabricar hasta un centenar de pares de botas diarias para el ejército del Bando Nacional. En estos años, trabajaban en la fábrica una veintena de mujeres y ocho zapateros remendones, encargados del trabajo de suela. Como dato singular, esas mujeres ya cotizaban por su trabajo, algo poco habitual en aquellos tiempos.
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En el año 1940, Luciano Méndez dio un paso importante abriendo una sucursal en la ciudad de Salamanca, en la calle Zamora, junto a la iglesia románica de San Marcos. Este punto de venta se mantuvo activo hasta el año 1995, consolidándose como un referente del calzado tradicional.
Tras su fallecimiento, en el año 1946, la empresa fue heredada por sus hijos, aunque la fábrica no logró mantener el pulso inicial. Aún así, la tienda en la Fuente de San Esteban siguió en pie, sorteando con esfuerzo las dificultades de la posguerra, los cambios del mercado y las distintas vicisitudes que se dieron derivadas del cierre de la fábrica de calzado entonces.
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En 1956, la gestión de la zapatería en La Fuente pasó a manos de Teresa Méndez, hija de Luciano, quien tomó el relevo de una hermana que la regentó durante un tiempo. Lo hizo junto a su esposo, Andrés Martínez, cariñosamente conocido como 'el señor Andrés', una figura muy querida y respetada por los vecinos del pueblo y alcalde del municipio durante más de dos décadas, hasta 1979. De hecho, fue el propio Andrés quien realizó una inversión importante que resultaría significativa para revitalizar el negocio, incorporando su apellido al nombre comercial que ha perdurado hasta hoy: Zapatería Martínez.
Desde el año 1988, la tienda ha estado administrada por Argelina Sánchez Castaño, conocida por todos los vecinos como 'Arge', esposa de José Andrés Martínez, que es nieto de D. Luciano e hijo de Andrés. Lo aprendió todo en el oficio de su suegra Teresa, -madre de su esposo, José Andrés-, y con esfuerzo, cariño y profesionalidad ha mantenido vivo el legado hasta el día de hoy.
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Ahora, en 2025, tras más de 100 años de historia, Zapatería Martínez cierra sus puertas con el orgullo de haber vestido los pasos de generaciones enteras de familias y de haber formado parte del tejido comercial de La Fuente de San Esteban, como testigo del cambio de los tiempos pero sin perder la raíz artesanal y humana que vio nacer a este negocio.
Un legado que caminará siempre en la memoria de La Fuente de San Esteban, de su comarca y de todo e campo charro.
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