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Enrique Polo de Lara, director general de Salesforce España José Ramón Ladra
Enrique Polo de Lara | Director general de Salesforce España

«Vivimos un cambio de época y la sociedad nos reclama liderazgo y hechos»

¿Qué fue antes la empresa o el propósito? En Salesforce la respuesta es el segundo. Construir puentes entre clientes y empresas para crear conexiones significativas entre ellos es la piedra angular, y sobre ella se levanta todo lo demás

Juan José Esteban

Viernes, 12 de mayo 2023, 11:18

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- El Barómetro de Confianza 2023 de Edelman indica que el 63% de los consumidores compran o recomiendan marcas que están alineadas con sus creencias y valores. ¿Eso es un toque de atención a las empresas para que incorporen a su cultura corporativa los valores de solidaridad, igualdad y sostenibilidad medioambiental que demanda la sociedad?

- Cuando los ciudadanos elevan el nivel de exigencia hacia las empresas o las instituciones es porque vivimos un cambio de época. Más allá de la inflación, los problemas medioambientales o la revolución digital, lo que tenemos es una crisis de oportunidades y de confianza. Y los consumidores y los ciudanos están exigiendo a las instituciones y a las empresas que demostremos con hechos lo que decimos.

- Las empresas, por encima de ONG, gobiernos o cualquier otro agente social, son en quienes más confía la sociedad, según este barómetro. ¿Eso implica un plus de responsabilidad?

- Creo que sí. Las empresas tenemos una responsabilidad. Nos debemos a los accionistas, pero también a los empleados y a la sociedad. Incluir dentro de tu modelo de negocio ese impacto social, ese qué puedo aportar a la comunidad desde mi empresa, como hacemos en Salesforce, creo que es útil y bueno para la sociedad.

- Pero que las empresas encabecen el ránking tampoco es como para tirar cohetes, porque el índice de confianza en ellas es de solo el 49%.

- Que solo el 49% de las personas confíen en las empresas es porque estamos en un momento de crisis de confianza. Esto se arregla con hechos y liderando, dando ejemplo a otras empresas. Hoy, la mayoría de las corporaciones se ha dado cuenta de que esta es la forma de hacer una empresa sostenible, y no solamente desde el punto de vista económico, sino también social.

El propósito

«Construimos puentes entre empresas y clientes. Las empresas tienen éxito cuando crean una conexión significativa entre ellos»

- Y aquí entra el propósito. El de Salesforce dice: «Construimos puentes entre empresas y clientes. Las empresas tienen éxito cuando crean una conexión significativa entre ellos. Nuestra misión es crearla». ¿Qué hace Salesforce y cómo esa tarea ayuda socialmente?

- Las empresas son una de las principales plataformas de cambio. Salesforce, en particular, se dedica a desarrollar y entregar un software que permite a otras compañías conocer mejor a sus clientes y tratarles de una manera más coherente y personalizada. Sobre este modelo de negocio, nosotros, en primer lugar, hacemos que esta riqueza que creamos sea compartida: tenemos millones de personas que su trabajo, de alguna forma, está dentro de la economía Salesforce. Desde hace cinco años publicamos un informe anual en el que visibilizamos la parte positiva de la transformación digital de los millones de personas que, a través de la tecnología Salesforce, están creando valor en las empresas y para los clientes con un trabajo digno y remunerado. Y en segundo lugar, tenemos un modelo filantrópico, Pledge 1-1-1, donde un 1% de las acciones de la compañía pertenecen a la Fundación Salesforce, que hace una labor social bastante profunda, y un 1% del tiempo de los empleados lo dedicamos a voluntariado. En España, eso equivale al trabajo anual de siete personas al año.

- ¿Y cuál es el vínculo entre el propósito y el movimiento Pledge 1-1-1?

- Hay parte del modelo filantrópico que está enlazado con el propósito. De los tres unos que dan nombre al movimiento Pledge 1-1-1, el tercero se refiere a la donación del 1% de nuestro software, y cuando por temas fiscales no se puede regalar, se ofrece con unas condiciones muy favorables. En España tenemos ya más de un centenar de fundaciones y ONG que utilizan nuestro software en condiciones muy ventajosas, porque queremos ayudarles a que ellos también cambien el mundo. Creo que ese vínculo es lo más inteligente, porque lo otro sería forzado. Nosotros nos dedicamos al CRM, a la gestión de clientes; a partir de ahí busca cómo mejorar la sociedad a través de eso. Hazlo si quieres pero si no, no pasa nada: si crees que puedes hacer algo positivo por la sociedad, hazlo.

- Más de 17.000 empresas de un centenar de países se han unido a Pledge 1-1-1. ¿Cómo se convence a las compañías de tu propio sector para que asuman tus postulados? ¿Solo con el ejemplo?

- Los primero es demostrar con hechos que, además de socialmente responsable, puedes ser rentable. Y luego tienes que comunicarlo. Porque el impacto es importante, pero también lo es que la gente lo sepa. En el fondo, todo el mundo necesita referencias positivas a las cuales sumarse. La cultura corporativa estadounidense, sobre todo en el sector tecnológico, ha sido siempre muy innovadora y ha estado por delante en todo lo que son derechos sociales y respeto del individuo. Al final eso ha calado poco a poco en el resto del mundo.

- Salesforce fue una de las primeras empresas en nacer con un propósito, ya en marzo de 2009, cuando Marc Benioff puso en marcha la compañía. ¿Podríamos decir que su propósito es, digamos, antropocéntrico?

- Sí. Es un proyecto basado en personas. Aunque somos una empresa de tecnología, no somos agnósticos: nuestro propósito precisamente es mejorar la vida de la gente. Nuestro software lo que hace es poner al cliente en el centro del negocio de las empresas y lo que queremos con eso es crear valor y riqueza para las personas.

- ¿Cómo es trabajar con una figura como la de Marc Benioff, uno de los gurús del propósito corporativo?

- Yo le he conocido un par de veces y es curioso porque en ambas ocasiones me pidió feedback. Siempre tienes la sensación de que los gurús tecnológicos son gente que lo tiene todo muy claro, y lo tienen tan claro que están continuamente preguntando a los demás cómo lo ven. Le respeto y le admiro por eso, y porque solo él podía haber creado esta empresa. Como se suele decir en la industria, la diferencia entre un visionario y un loco es que el visionario tiene razón, pero hasta que no se demuestra que la tiene es difícil distinguirlo de un loco. Y Benioff ha demostrado ser un visionario. Ahora el reto es tener los pies en la tierra y seguir evolucionando, porque el mercado esta cambiando rápidamente y debemos responder a todas sus necesidades.

«Los gurús tecnológicos tienen todo tan 'claro' que siempre andan preguntando»

- Bajo la premisa de que hacer que crecer a los demás las hace crecer a ellas, las compañías con propósito acaban siendo generadoras de progreso. ¿Qué tipo de progreso quiere generar Salesforce fuera de sus cuatro paredes?

- En Salesforce creemos que la riqueza solo es sostenible si es compartida. ¿Y esa riqueza final que en qué consiste? En clientes, que en nuestro caso son empresas, que den más valor a sus clientes, porque al final esa empresa va a ser más competitiva. Y esa competitividad se articula en dos dimensiones: crecer en ventas y ser más eficiente. Cómo doy más valor a los clientes, cómo soy más eficiente, cómo el software, a través de la automatización, hace que el empleado sea más productivo, más eficiente. Eso, en las condiciones normales de un mercado laboral como puede ser el europeo, implica un salario más alto. Y al final, lo que generamos es un impacto en nuestros empleados, en los trabajadores de las empresas que usan Salesforce y en los consumidores de las empresas que utilizan nuestras opciones.

- En vez de propósito hablemos de sentido... ¿Cuál es el sentido de que Salesforce exista? ¿Qué cambio positivo quiere generar?

- Salesforce ayuda a que las empresas cambien, a que se orienten a sus clientes y les den valor y les traten de una manera personalizada y coherente. Sobre este modelo, lo que queremos es que sea una plataforma de cambio, de cambio para la sociedad. Y en ese sentido, el modelo filantrópico es uno de los pilares de nuestro modelo de negocio. Es decir, cuanto más valgamos, más recursos daremos a la fundación y más acciones de voluntariado podremos hacer. En ese sentido, la forma de obrar no ha cambiado en los 24 años de vida de Salesforce.

Al principio, cuando se definió el modelo, fue difícil. Marc Benioff, de hecho, lo comenta a menudo: «Cuando no valíamos nada –dice–, tener el uno por ciento de nada era sencillo. Pero ahora, cuando ya valemos más de cien mil millones de dólares, el uno por ciento es una cifra significativa».

- ¿Ha habido situaciones en las que el propósito le haya ayudado a ganar lucidez, claridad y convicción a la hora de tomar una decisión?

- A título personal, por supuesto: cuando me tocó definir la estrategia de la compañía en España y en Portugal evidentemente tuve en cuenta esos valores y esos criterios. Pero también nos ceñimos a ellos cuando tomamos decisiones en grupo. Por ejemplo, al año de estar Salesforce, en una reunión internacional debíamos tomar una decisión sobre una persona en particular y recuerdo que se tuvo en cuenta todo; no solo el tema del rendimiento, sino cómo encajaba esa decisión dentro de la cultura de la compañía. Eso hizo que la decisión a lo mejor no fuera la más eficiente desde el punto de vista económico, pero sí era la más coherente con nuestra cultura. La cultura corporativa no tiene que vivir en el PowerPoint; tiene que estar en las decisiones. Y Salesforce vive los valores porque crean más valor: para el empleado, para el cliente y para el consumidor.

«Nuestro software pone al cliente en el centro y crea valor para las personas»

- El cliente en el centro, sí, pero siendo las compañías tecnológicas más innovadoras del mundo, que en el último ejercicio ingresó la friolera de 31.000 millones de dólares. ¿Cómo se conjuga esa generación de riqueza con la innovación y la filantropía?

- A través de la cultura corporativa, que es el pegamento que lo une todo. No puedes ser innovador si no aceptas que va a haber fallos. Tienes que tomar riesgos calculados, pero la innovación siempre es arriesgar, es hacer algo que no se ha hecho hasta ahora. Y si la cultura no te protege de alguna forma, es imposible hacerlo. Innovamos pensando en el cliente y no vamos pensando en qué cosas pueden dar valor a las empresas. Evidentemente, si generas ese valor, al final hay un rendimiento económico, pero lo fundamental es la cultura, que es el pegamento y la base de todo nuestro modelo de negocio.

- En una entrevista a The New York Times, Benioff comentó que su objetivo era «crear una organización más humana de la que la gente se sienta orgullosa de formar parte y que funcione como una entidad que apunte al bienestar colectivo». ¿Su responsable en España siente que es así?

- La verdad es que sí. Dentro de poco voy a hacer diez años en la compañía y lo que más me gusta es que Salesforce es un proyecto positivo y los profesionales que se han ido incorporando poco a poco a la compañía valoran su modelo filantrópico y esa cultura de confianza con los empleados, con los clientes, con los partners... Realmente el creador de eso ha sido Marc Benioff, que diseñó esto en 1998 y su locura, al final, se ha hecho realidad: facturamos 31.000 millones, tenemos decenas de miles de empleados y creamos propuestas de mucho valor para nuestros clientes.

- Para los clientes y también para los empleados. En España, Japón, Argentina, Francia, Alemania, Reino Unido y Holanda, Salesforce está considerada la mejor empresa para trabajar según The Great Place to Work. Eso está bien, pero ¿cómo se puede mejorar?

- Cuando estás en esa situación es difícil mejorar. Lo primero es que supone un gran orgullo que los empleados, que al final son los que votan, estén orgullosos de pertenecer a Salesforce y trabajar aquí. Más que mejorar, lo que tenemos que hacer es preservar nuestra cultura corporativa para que la gente esté contenta y venga motivada.

- Sin embargo, hay veces que los planes no salen tan bien. El 4 de enero, la matriz de la compañía anunció el despido del 10% de la plantilla, unos 8.000 empleados en todo el mundo dentro de un plan de reestructuración para reducir costes y aumentar márgenes operativos. Por la parte que le toca, ¿lo siente como un fracaso?

- Será un fracaso si no aprendemos de esta situación. ¿Qué quiero decir? Salesforce contrató en los últimos tres años unas 25.000 personas, parte del accionariado de la compañía ha cambiado y ahora exigen una rentabilidad distinta, los tipos de interés han subido y el dinero cuesta, cuando hemos vivido una época de dinero casi gratis; las expectativas de crecimiento de la industria tecnológica no son tan altas como se esperaba hace un año y medio... Todo esto nos ha obligado a tener que reestructurar. No es agradable en absoluto, pero creo que lo estamos haciendo de una manera razonablemente digna: estamos intentando que las condiciones de salida sean beneficiosas para los empleados, tratamos hacer recolocaciones dentro del ecosistema y tenemos instrucciones para que en cuanto el viento venga otra vez de cola, acelerar el proceso para que vuelan los que estén interesados en hacerlo. No es, digamos, una reestructuración para empezar a reestructurar, sino para ponernos en una situación de rentabilidad que acepten los mercados y nos permita luego seguir creciendo. Porque en el fondo la empresa está bien. Es decir, somos rentables y crecemos; lo que se nos pide es mejorar esa eficiencia, que ahora también es un poco el signo de los tiempos.

- También en este sentido Salesforce se ha distinguido de otras empresas tecnológicas en una situación similar. Benioff ha asumido que los despidos son consecuencia de sus errores y ha garantizado un despido generoso a sus exempleados...

- Una empresa se debe a sus accionistas, pero una empresa con propósito también se debe a sus empleados y a la sociedad. Y cuando tomas decisiones empresariales tienes que tener en cuenta las tres cosas. Y las hemos tenido en cuenta. Nuestro modelo filantrópico no está siendo afectado en absoluto por la reestructuración: seguimos apostando por Pledge 1-1-1, estamos tratando de una manera humana a las personas y en estos momentos estamos en esta fase, pero estoy convencido de que saldremos fortalecidos y el ecosistema, también.

- ¿Eso no resta un poco de credibilidad al propósito?

-Si no aprendemos la lección, sí. Ahora nos toca adaptarnos a las condiciones del entorno, y el entorno en los mercados de valores ha cambiado, igual que cambian el entorno social o el mercado laboral. Tienes que aprender, ajustar y no volver a cometer ese tipo de acciones.

- «La transformación digital ya es una realidad, pero todavía van a surgir nuevos canales y formas de relación entre empresa y cliente». La frase es suya, de junio de 2019. Y en 2023 ya están aquí el metaverso, la inteligencia artificial... ¿Están trabajando en dotar a su plataforma de nuevas capacidades de cara a sus clientes?

- Estamos incorporando la tecnología ChatGPT de OpenAI para la parte comercial, de márketing y atención al cliente, que va a estar disponible a lo largo de este año. Y también tenemos para toda la parte de Web3 la posibilidad de gestionar NFT. Me reafirmo en lo que dije entonces, porque aunque se van creando más canales, los antiguos no desaparecen. Multitud de analistas predijeron en su momento que los SMS iban a desaparecer, pero las notificaciones push y los SMS siguen ahí. De lo que se trata es de darle al cliente opciones para que escoja el canal que quiera. Eso es la innovación. Estamos en una época muy interesante desde el punto de vista tecnológico, pero también desde el punto de vista social, y habrá que ver lo que el metaverso y la inteligencia artificial pueden aportar a las empresas y a la sociedad.

- Si hoy tuviera una conversación con su sustituto como presidente de Salesforce en España, ¿qué le diría que le deja como legado?

- Le diría que hereda un equipo motivado, un equipo positivo, profesional, unos clientes que confían en el equipo y en la marca Salesforce, y un montón, millones de personas, que bien a través del uso del software o bien a través de acciones de voluntariado, ven Salesforce como un proyecto positivo. Lo que le pediría es que siguiese elevando el listón para seguir mejorando.

- ¿Y hacia qué puerto cree que debería llevar el barco de la compañía?

- Hacia el impacto social, el valor para los clientes y el respeto y la motivación para los empleados. Yo creo que el legado al final es tener un equipo motivado y que realmente quiera causar un impacto en la sociedad, tener empresas y directivos que confían en Salesforce y en la marca, y millones de personas que, bien a través del uso de nuestro software o bien a través del impacto de nuestra labor social y la de nuestros partners vean Salesforce como un proyecto positivo.

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