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Enrique Cabero, presidente del Consejo Económico y Social de Castilla y León.
Sus buenos frutos políticos, económicos y sociales pueden constatarse
40 ANIVERSARIO DEL ESTATUTO DE AUTONOMÍA

Sus buenos frutos políticos, económicos y sociales pueden constatarse

La ciudadanía y las instituciones de Castilla y León, guiadas por los principios contenidos en el Estatuto, afrontan grandes desafíos en la actual coyuntura de transformaciones

ENRIQUE CABERO MORÁN

Sábado, 25 de febrero 2023

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El 25 de febrero de 1983 se promulgó la Ley Orgánica 4/1983, por la que se aprueba el Estatuto de Autonomía de Castilla y León. Fue el último aprobado. Compartió fecha con los Estatutos de Autonomía de las Comunidades de Extremadura, Islas Baleares y Madrid. Entró en vigor el 2 de marzo, día en el que se publicó en el BOE, al igual que la Ley Orgánica 5/1983, de 1 de marzo, que incorporó la provincia de Segovia. Nueve provincias maravillosas se unieron en el apasionante proyecto común definido por el artículo 2 y el título VIII de la Constitución Española de 1978. Se culminó así el proceso iniciado por el Real Decreto-ley 20/1978, de 13 de junio, por el que se aprueba el régimen preautonómico para Castilla y León, que había conducido a la aprobación por la Asamblea parlamentaria del proyecto de Estatuto, aquel memorable 27 de junio de 1981, en la capilla del Colegio del Arzobispo Fonseca de la Universidad de Salamanca.

Las modificaciones introducidas en 1994 y 1999, unidas a sus retoques de 1997 y 2002, así como a la amplia asunción de competencias decidida por la Ley Orgánica 9/1992, de 23 de diciembre, desembocaron en el Estatuto de Autonomía vigente, uno de los más modernos, claro exponente del Estado social y democrático de Derecho, aprobado por la Ley Orgánica 14/2007, de 30 de noviembre.

Ciertamente, el modelo autonómico constitucional se diseñó sin tener una experiencia previa en España. Se tomaron como referencia sistemas semejantes de éxito en nuestro entorno europeo. Ha ido madurando y sus buenos frutos políticos, económicos y sociales pueden constatarse. Nunca antes ha habido mayor igualdad entre las comunidades, ni han contado estas con tamaña influencia política. Si se repasan las estadísticas históricas, se comprueba que distan mucho las nociones de centralismo e igualdad territorial.

La Constitución y el Estatuto de Autonomía ofrecen un marco idóneo para el progreso, el bienestar y la promoción de los derechos y libertades de ejercicio individual y colectivo. La ciudadanía y las instituciones de Castilla y León, guiadas por los principios contenidos en el Estatuto, construidos sobre la participación democrática, un amplio consenso y el diálogo social, afrontan grandes desafíos en la actual coyuntura de transformaciones. Que no quepa duda alguna de nuestro gran potencial en los distintos sectores y ámbitos, ni de las oportunidades de presente y futuro que debemos aprovechar. Depende principalmente de nosotras y nosotros. ¡Próspera conmemoración!

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