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El Consejo de Ministros ha aprobado este martes, a propuesta del Ministerio de Derechos Sociales y Consumo, un real decreto que va a revolucionar la alimentación de los comedores escolares españoles a partir del próximo curso. El texto elaborado por el departamento que dirige Pablo Bustinduy contiene una amplia batería de medidas básicas, de obligado cumplimiento en todos los colegios e institutos del país, que tienen como gran objetivo blindar el derecho a que todos los alumnos que usan este servicio tengan aseguradas al menos cinco comidas nutritivas, variadas y saludables cada semana y durante todo el curso.
La norma, que fija las directrices que debe observar este servicio en cualquier autonomía, apuesta por el uso de productos frescos y de temporada y proscribe los precocinados, los ultraprocesados, las frituras, la bollería industrial y las bebidas azucaradas y energéticas. Todas las medidas están orientadas a conseguir que España abandone la zona alta de los ranking de sobrepeso y obesidad infantil en Europa que ocupa desde hace años, un mal y un problema sanitario que afecta de manera muy especial a los alumnos más pobres y que condiciona en demasiadas ocasiones, además de su salud y su desarrollo inmediatos, su éxito académico y el nivel de empleo y renta durante toda su vida.
El real decreto, cuyos mínimos vincularán a los centros públicos, privados y concertados de infantil, primaria, ESO, educación especial, bachillerato y de los ciclos de FP básica y media, lanza una primera y fundamental obligación: todos los comedores escolares deben garantizar a diario frutas y verduras frescas en sus menús. Al menos el 45% de ambas familias de productos serán de temporada y no menos del 5% procederán de cultivos ecológicos, lo que fomentará los alimentos de proximidad. Hasta ahora, el 40% de estos comedores servía verdura fresca dos días a la semana como mucho.
1.200 comedores sin pescado
tendrán que servir 1-3 raciones a la semana
En lo tocante a alimentos esenciales, la norma fija de igual manera que como mínimo los niños y adolescentes comerán entre una y tres raciones de pescado a la semana, algo que en muchos lugares será inédito, pues hay hasta 1.200 comedores escolares en España que nunca sirven pescado.
El decreto promociona el consumo de legumbres, por su alto valor nutricional, incentivando su presencia en buena parte de los menús, ya sea en el primer o segundo plato o como guarnición. En la actualidad, según los datos ofrecidos por las propias autonomías, hasta un 14% de los centros escolares incumple la recomendación de servir legumbres al menos una vez a la semana. Para los cereales no refinados, la nueva reglamentación estipula que semanalmente se ofrezca al menos una ración de arroz o pasta integral, además de varias unidades de pan de igual tipo.
Una segunda directriz de calado es la que prácticamente expulsará de los menús los precocinados y las frituras. Los precocinados (como pizza, empanadillas u otros fritos) solo se podrán servir una vez al mes como máximo. Las frituras que se elaboren en el día (no procedentes de precocinados) podrán utilizarse una vez a la semana de tope y en su cocción se debe emplear preferentemente aceite de oliva o aceite de girasol alto oleico. Hoy, un 30% de comedores da tres o más raciones de fritura por semana.
El tercer apartado especialmente llamativo es el que sacará literalmente de los colegios e institutos las bebidas azucaradas, que no podrán ser ni servidas en el comedor ni vendidas en punto alguno de las instalaciones educativas, y las bebidas energéticas y la bollería industrial, que quedarán eliminadas de todas las máquinas de vending y de la cafetería (si es que existe en el inmueble).
La bebida a usar en todo momento es el agua y en los centros docentes no se podrán vender ni productos que superen un contenido máximo de cinco gramos de azúcares por porción envasada ni los que incumplan los criterios recomendados por organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre los límites para la ingesta de grasas, azúcares y sal.
Se trata de una obligación especialmente relevante porque ahora, según desveló el informe del Plan Nacional de Control Oficial de la Cadena Alimentaria, casi el 70% de las máquinas de vending que hay en los centros escolares incumple los criterios nutricionales que recomienda la OMS. En los colegios e institutos con cafetería el incumplimiento todavía es mayor, pues afecta al 74% de las existentes.
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