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Miguel Falomir, director del Prado, explica el proyecto. GUILLERMO NAVARRO
El Prado extiende sus fronteras más allá de Madrid

El Prado extiende sus fronteras más allá de Madrid

La institución se dota de un programa para prestar obras a otros museos a cambio de dar visibilidad a sus piezas

Jueves, 10 de noviembre 2022, 16:51

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El Prado va mucho allá de sus confines madrileños. Obras de la pinacoteca se encuentran diseminadas por todos los territorios de España–salvo Cantabria, Ceuta y Melilla-, muchas veces sin que el público potencial a que a van destinadas se entere, bien porque permanecen almacenadas y no se exponen, bien porque simplemente se ignora su existencia. Esto va a cambiar con el plan adoptado por el Ministerio de Cultura, que aparte de dar visibilidad a las 3.448 piezas depositadas en 279 instituciones, busca reforzar esta política de préstamos. Condición 'sine qua non' para que las obras sean cedidas es que se exhiban. Sin embargo, no se van a prestar piezas que ya están colgadas en el museo o que sean susceptibles de hacerlo. La idea que impulsa este proyecto, que se denomina 'Prado extendido', es acabar con la «madrileñización» del Prado, con el fin de que el centro museístico sea verdaderamente nacional. «Un museo nacional lo es de toda la nación y la nación no tiene un único código postal», sentenció el ministro de Cultura, Miquel Iceta.

La iniciativa supone reordenar los ingentes fondos de la pinacoteca, de modo que miles de piezas se desplazarán en los próximos años. De esta manera, se reforzarán entre 50 y 70 museos gracias a los préstamos. La idea de las autoridades culturales es que las cesiones no se hagan de forma unilateral, sino que sean fruto del diálogo. No se quiere repetir la experiencia del pasado, cuando a partir de 1860, para liberar espacio, se traspasaron pinturas que no eran queridas ni habían sido solicitadas. Al final, muchas de estas piezas duermen en depósitos criando polvo.

Ahora se quiere hacer mejor, se persigue una mejor distribución territorial de las obras y que las piezas que se cedan sean coherentes con el discurso museográfico de los diferentes centros. «¿Qué ofrecemos a las instituciones que tienen ya o puedan recibir obras? Que sea una relación de diálogo y consenso, una relación continuada que antes no existía, pues solo se comprobaba que estaban bien las obras», aseguró el director del Prado, Miguel Falomir.

En embajadas y ministerios

De todas las obras de lo que antiguamente, allá por 1978, se llamó 'Prado disperso', que sirvió para documentar todos los bienes culturales alojados en el Prado más allá de Madrid, el 57% se halla en otros museos; el 30% en administraciones públicas, como ministerios; el 7% en instituciones religiosa y el 6% restante en embajadas.

Tanto Iceta como Falomir subrayaron que no está en mente de nadie crear subsedes del museo, pues lo que se pretende es que el Prado siga existiendo tal y como es ahora. Para institucionalizar el proyecto, se ha creado un logo –Museo Nacional del Prado Extendido- que será obligatorio mostrar allá donde se expongan obras traspasadas.

 

«Un museo nacional lo es de toda la nación y la nación no tiene un único código postal»

miquel iceta, ministro de cultura

 

Ya hay experiencias piloto exitosas de este Prado extracapitalino. Uno de ellos es el Museo de Bellas Artes de Oviedo, al que en el último año y medio han viajado diez obras del Prado y otras cinco están en camino, y el Bellas Artes Gravina de Alicante, donde han aterrizado 28 pinturas de maestros alicantinos en el último año. «No es una cuestión de calidad, sino de interés: lo que no interesa en un sitio, puede interesar mucho en otro», dijo Falomir, que dio a entender que algunas obras prestadas se tendrán que devolver si no hay intención de exponerlas.

Otro ejemplo de este Prado viajero es el Monasterio de Santa María de El Paular, en la sierra de Guadarrama, que cuenta con 52 obras de Vicente de Carducho que narran la historia de los monjes cartujos. Para acoger esta colección se rehabilitó en su día el claustro mayor del monasterio.

Y un museo catalán, el Víctor Balaguer de Vilanova i la Geltrú (Barcelona), ha sido el que ha aportado algunas ideas que inspiran el programa. «Fue de los primeros en recibir obras y siempre han sido muy conscientes de lo que tenían, siempre han estado orgullosos, han hecho actividades alrededor, publicaciones y una sala dedicada al Museo del Prado».

La institución, puntera en restauración, conservación y gestión, ofrece compartir su experiencia con el resto de museos. Para ello propone que profesionales de otros lugares se desplacen a la institución para formarse. «A cambio queremos que se sepa que tienen nuestras obras, que se haga difusión de las mismas y si es posible la creación de Salas Prado»

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