Fabiola Quesada
Estrena en La 1 el programa 'Dra. Fabiola Jones', un viaje sobre la lucha por proteger a los animales más amenazados
J. Moreno
Madrid
Martes, 18 de noviembre 2025, 00:17
Desde rinocerontes, leones, búfalos y elefantes hasta cebras, antílopes y guepardos, 'Dra. Fabiola Jones' mostrará la intervención sobre algunas de las especies más emblemáticas del continente. Con base en Sudáfrica y localizaciones en Namibia, el programa abordará algunas de las amenazas más graves para la biodiversidad, poniendo el foco en el frágil equilibrio de los ecosistemas y en los conflictos que surgen cuando este se rompe. Al frente de este nuevo formato, que llegará muy pronto a La 1, está la veterinaria andaluza Fabiola Quesada, quien dejó hace 15 años su ciudad natal para trasladarse a África, donde ha hecho de su profesión una forma de vida.
–¿Qué le motivó para compartir esta experiencia?
–Lo que me ha motivado es que siempre he tenido esa necesidad. Yo soy una persona que hace formación, pero también hace mucha divulgación a nivel profesional. Notaba que era imprescindible que el público general entendiese esa emergencia que estamos viviendo por la pérdida de los ecosistemas y de las especies. Era acercar esa realidad de conservación a un público español, para intentar tener el máximo apoyo posible, pero también conciencia. Creo que es un derecho que deberíamos tener los humanos: estar lo máximo informados posible para poder actuar.
–¿Cómo se planteó llevarlo a TVE?
–Surgió la posibilidad porque conocía a Lucas Goikoetxea, el director del programa. Lo conocí en Sudáfrica, hubo muy buena sintonía y planteamos la idea. Yo estoy haciendo esto a nivel de formación y divulgación científica, pero ¿y si damos un paso más a través de las redes que él tenía y sus conexiones en televisión? Así surgió la idea con otra compañera, Noemí, y se desarrolló durante meses hasta que se presentó a la productora Warner Bros ITVP España. Les encantó desde el principio: lo consideraban atractivo, positivo y necesario para la actualidad.
–¿Le sorprendió la acogida tan positiva de la tele pública?
–Tenemos que tener en cuenta que no es solamente un programa divulgativo. Es un formato que mezcla aventura, entretenimiento… Sí, tiene información, pero añadida. Estamos hablando de escenarios mágicos, llenos de animales de distintas especies: guepardos, leones, jirafas… Y luego hablamos de movimiento: que si vamos en helicóptero, que si en barco, que si en 'jeeps'. Hay mucho movimiento, mucha acción, es muy atractivo para mantener entretenido al espectador. Y se ha cuidado mucho tanto el entretenimiento como la divulgación. No es lo que esperamos cuando pensamos en un documental: sí, vamos a aprender mucho, pero de forma muy entretenida.
–¿Ha sido un rodaje difícil?
–El rodaje fueron 40 días entre Namibia y Sudáfrica, y ha sido muy intenso. Mañana, tarde y noche rodando, teniendo en cuenta las circunstancias: estamos trabajando en el campo, en la realidad africana, con sol, calor, frío, lluvia, madrugadas, viajes… y luego el estrés de grabar cosas que son reales, como capturas de numerosos animales, con la responsabilidad que eso conlleva. El rodaje es una parte, pero aparte está la responsabilidad de la realidad del terreno. Es mucha tensión, muy intenso, pero por suerte ha quedado un trabajo maravilloso, muy bien cuidado y que refleja esa realidad, esa intensidad. Estoy segura de que el espectador se va a enganchar desde el primer momento.
–¿Recuerda un momento especial?
–Un momento muy emotivo con el director, Lucas. Estábamos en una intervención con rinocerontes. El animal estaba anestesiado, y hablando de la situación de la especie, de las acciones que se hacen para protegerlos, me encontré con ese sentimiento de frustración: por una parte hacemos todo lo posible, por otra estamos fallando. Me emocioné y el director y las personas alrededor también. Fue una empatía entre todos, conectados también con el animal y con la responsabilidad que teníamos con él y con su especie entera.
–Lleva más de 15 años en África. ¿Qué le llevó a marcharse?
–Siempre lo digo: yo sentí siempre esa llamada del continente africano. Tengo un vínculo, casi como si mi alma perteneciera a él, aunque soy superespañola y superandaluza, muy unida a mi familia y a mi tierra. Pero por lo que sea, yo sentía esa llamada. Fue algo muy orgánico. Además, nací con vocación de veterinaria y fueron las dos cosas juntas: cómo, a través de la veterinaria puedo contribuir a la protección de las especies. Y en este caso, sí o sí, era en el continente africano.
–¿Cómo es su día a día allí?
–Tengo tres tipos de días. Uno es el de oficina: investigación, ciencia, desarrollo de proyectos. Pero vivo en una reserva natural, tengo animales y mis compañeros de oficina son animales múltiples y variados, lo cual es muy agradable y me mantiene conectada con mi mensaje. El segundo tipo es cuando doy cursos de formación en procedimientos veterinarios de fauna salvaje. Ahí sí es terreno: es levantarse a las seis de la mañana. El polvo, la adrenalina, los muchos kilómetros para llegar a sitios, y el trabajo que venga ese día. El tercer tipo de día es cuando viajo: congresos, universidades o distintos países de África para desarrollar proyectos de la fundación.