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El salmantino Alberto Miranda ha vuelto a saborear las mieles del triunfo este pasado fin de semana. Y era un sabor que al técnico no lo resultaba nuevo. Ha ganado la Copa del Rey con el Unicaja de Málaga -es uno de los tres técnicos ayudantes de Ibón Navarro- cargándose en los cuartos de final al FC Barcelona, en semis al Real Madrid y en la final al Lenovo Tenerife. Miranda ya ganó títulos como entrenador en el CB Avenida de Salamanca, tanto como primero -Copa de la Reina, Supercopa de España- y como segundo -Copa, Supercopa, Euroliga y Liga- y ahora, tras varios años en la elite de la ACB en Murcia y en Málaga, vuelve a tocar 'chapa'.
«Tiene un sabor muy dulce esta Copa del Rey. Hay que ser conscientes de lo que hemos logrado porque hacía muchas décadas que un equipo no eliminaba a los dos grandes en la misma competición. Y luego además tener fuerzas para rematar la Copa ante Tenerife, otro gran equipo. Cuando salió el sorteo todos en Málaga nos decían que habíamos tenido muy mala suerte pero sabíamos que para ganar había que ganar tres partidos y para hacerlo siempre te cruzas con alguno de los grandes. La entidad de los rivales hace que tengamos que valorar más lo logrado porque el nivel de la Copa ha sido altísimo», relata el preparador charro, que cumple su segunda campaña en Unicaja.
Cuestionado sobre si sabe diferente ganar la Copa de la Reina a la Copa del Rey, Miranda confiesa que «ganar es ganar, ser el mejor en una competición siempre es muy complicado. La principal diferencia es la repercusión que tiene y es algo que hay que seguir luchando por equilibrar con el paso del tiempo. Disfrutar de ser el mejor en algo se da pocas veces y hay que aprovecharlo. Ayer cuando llegamos a Málaga me recordó a cuando celebrábamos los primeros títulos con Avenida, el recibimiento de la afición, sentirte querido...».
Miranda se siente un privilegiado de poder ser ayudante en ACB tantos años seguidos: «No dejo de ser un chico que empecé a entrenar en el colegio Santa Teresa de Salamanca, allí no hay ACB porque nos desapareció muy rápido. Veía la ACB lejanísimo. Tengo que agradecer mucho a la gente que me ha ido dando oportunidades. Es un sueño poder disfrutar cada día de un juego». Y sobre si alguna vez se ve siendo primero, Miranda apunta que «todo el mundo es ambicioso y claro que sueña con ser entrenador jefe alguna vez. El baloncesto es un juego de retos, cualquiera puede ganar. Ojalá llegue algún día pero yo disfruto cada día ahora de ayudar a Ibón, de ser parte de un equipo de ACB. Ser parte de un equipo es lo importante para mí».
Por último, Alberto Miranda y la exjugadora Marta Fernández -ex de Avenida entre otros muchos- son padres de la pequeña Alba, que acaba de cumplir dos años. Todavía es pronto para que lapeque' alcance a comprender los éxitos «pero yo creo que este fin de semana es la primera vez que se ha dado cuenta de que hemos ganado algo por las celebraciones. Va a los partidos, juega con la mascota de Unicaja... pero este fin de semana ha sido diferente», reconoce orgulloso Miranda, que admite «morriña por Salamanca. Pero saber por ejemplo que ayer mucha gente se alegró de la victoria por mí es algo que me hizo sentir feliz. Echo de menos a la familia, pasear por las calles pero cosas así te acercan a tu tierra».
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