Próxima estación, Oceanía

Frustración y orgullo. Esas fueron las dos palabras que más repitieron las jugadoras de España tras caer eliminadas en los cuartos de final de la Eurocopa femenina ante la anfitriona Inglaterra, después de firmar su mejor partido de los últimos años. Una dolorosa derrota que llegó en la prórroga con un disparo lejano, después del empate en una jugada aislada, tras más de 80 minutos de dominio abrumador de La Roja.

Un desenlace cruel en un torneo en el que las de Jorge Vilda empezaron remando a contracorriente por las bajas más que sensibles de Jenni Hermoso, la goleadora histórica de la selección, y Alexia Putellas, la Balón de Oro y pieza más importante del equipo, que obligaron a reinventar el plan. Con cierto sufrimiento superaron la fase de grupos, plantándose y ofreciendo su mejor versión en cuartos, eliminatoria en la que han sido apeadas de la lucha por el título por tercera edición consecutiva.

«Tendremos que digerirlo en unos cuántos días, repasar en qué podemos mejorar y desear que en un futuro, cuando tengamos un momento tan importante como este, no nos venga el viento en contra y tengamos los contratiempos que hemos sufrido desde que empezó la concentración», declaró tras el partido el seleccionador Jorge Vilda, quien no dudó en animar a las suyas en un corrillo sobre el verde. «Les dije que todo el mundo estaba muy orgulloso de ellas. Si hay una forma de irse perdiendo es haciendo un partido como este».

En 2017 también fueron eliminadas de una manera difícil de digerir. En esa ocasión su verdugo fue Austria, mandándoles a casa en la tanda de penaltis, tras parar su portera el lanzamiento de Silvia Meseguer, una de las mejores de la selección en esa cita. En Inglaterra las sensaciones han ido de menos a más, hasta ver a una España capaz de todo ante el rival más en forma del campeonato, uno de los grandes favoritos para alzar el título, al que ningún conjunto había logrado marcar, dejando seca a su máxima artillera en la fase de grupos.

Todo eso, junto a la actitud arrolladora de todas las jugadoras, y a los pasos adelante que está dando el fútbol femenino en España en los últimos años, hacen que esta derrota se entienda casi en clave de victoria mirando al futuro, como señaló Aitana Bonmati, elegida MVP del partido ante Finlandia y Dinamarca. «Merecimos ganar, fuimos mejores. Estoy frustrada, pero también orgullosa. Tenemos que sacar las cosas buenas de estos partidos, que siempre te ayudan a ser mejores y a crecer». Es por ello que España ya piensa en el Mundial que se celebrará el próximo año en Australia y Nueva Zelanda.

«Tenemos equipo para rato, con futuro por lo que hemos visto y lo que viene de abajo», destacó Vilda, haciendo un guiño a los éxitos que se cosechan cada año en las categorías inferiores, y que terminarán repercutiendo en la absoluta.

Este duelo entre Inglaterra y España ha servido para mucho más, convirtiéndose en el quinto con mayor afluencia de público de toda la historia de la competición, al congregar a 28.994 aficionados en el Community Stadium de Brighton, que rozó el lleno, superando en poco más de un centenar a los que presenciaron hace diez días la mayor goleada de la historia de la Eurocopa (tanto femenina como masculina) con el 8-0 de Inglaterra a Noruega. En la final, que se disputará en Wembley el próximo domingo 31 de julio, se espera batir todos los registros en esta competición, superando las casi 69.000 personas que se dieron cita en el duelo inaugural entre la anfitriona y Austria.

En España también se alcanzó otro récord, en este caso de audiencia, al ser este encuentro el más visto de fútbol femenino de la historia, congregando de media a 2,4 millones de espectadores en La 1 de TVE, cifra que sobrepasó los 3 millones durante el transcurso de la prórroga. La derrota de La Roja se llevó además el 'minuto de oro', con el 29,7% de share y más de 3,5 millones de telespectadores. Cifras que vuelven a demostrar que algo está cambiando.