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El Chelsea no levanta cabeza. A tres días de recibir al Real Madrid, los 'blues' cayeron en su casa ante el Brighton (1-2), agudizando la crisis por la que atraviesan y llenándose de malas sensaciones de cara a la resolución de la eliminatoria de cuartos de final de la Liga de Campeones frente al vigente campeón de Europa.
El conjunto que dirige Frank Lampard se adelantó a los 14 minutos por medio de un contragolpe conducido por Mykhaylo Mudryk y culminado con cierta fortuna por Conor Gallagher que le sirvió a los 'blues' para poner fin a la sequía de un mes que llevaban sin ver puerta. Sin embargo, les duró poco la alegría. Danny Welbeck, que acababa de sustituir al lesionado Evan Ferguson, aprovechó un buen centro de Pascal Groos desde la derecha para batir de cabeza a Kepa Arrizabalaga y sellar las tablas antes del descanso.
El cancerbero vasco había sido el mejor de su equipo hasta entonces, abortando grandes ocasiones de Mitoma, Ferguson y MacAllister, pero no pudo hacer nada para impedir un revés que hizo mella en sus compañeros, pese a que Christian Pulisic llegó a estrellar un remate contra el poste en el tiempo añadido.
El Chelsea regresó de vestuarios con la intención de meter una marcha más. Lampard, que dejó fuera de la convocatoria a Thiago Silva, a N'Golo Kanté y a un tocado Kai Havertz, tiró de Hakim Ziyech, Joao Félix, Reece James y Mateo Kovacic, a los que había reservado de entrada pensando en el duelo ante el Real Madrid, en busca de una victoria que se antojaba crucial para elevar la moral de su escuadra, pero el Brighton siguió sumando ocasiones frente a una defensa muy blanda en la que volvió a dejar una mala imagen especialmente Wesley Fofana.
En ese escenario, Julio Enciso mandó un remate al palo y Kepa tuvo que agigantarse de nuevo para frenar a Kaoru Mitoma. Los 'blues' hacían aguas y el segundo tanto del Brighton era solo cuestión de tiempo. Lo firmó Enciso con un latigazo desde la frontal que pulverizó la escuadra de Kepa y recompensó la atrevida y vistosa propuesta de Roberto de Zerbi, el técnico de moda en la Premier League después de que sustituyera el pasado mes de septiembre a Graham Potter cuando el británico fichó precisamente por el Chelsea.
A la desesperada, Lampard acudió a Mason Mount, su jugador fetiche, que recibió el aplauso de Stamford Bridge pero no pudo cambiar la suerte de un partido que deja al Chelsea a 17 puntos de los puestos que delimitan el acceso a la próxima edición de la Champions y a doce de la zona que marca el descenso.
Los 'blues' encadenan dos empates y tres derrotas en las cinco últimas jornadas de la Premier League que les han situado a los pies de los caballos justo antes del partido contra el Real Madrid, en el que tendrán que afrontar la difícil empresa de levantar una eliminatoria que los blancos se pusieron de cara venciendo el miércoles por 2-0 en el Santiago Bernabéu.
Un envite al que Lampard llegará con pleno de derrotas en los tres encuentros en los que ha dirigido al Chelsea tras su regreso a Stamford Bridge. Los problemas se le acumulan al club de Todd Boehly, el magnate norteamericano que vio desde el palco cómo su equipo era despedido con pitos por la afición local y los hinchas del Brighton se cebaban con Lampard pronosticando el despido del técnico inglés.
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