Fin de semana negro en los campos de fútbol de Salamanca: radiografía de las actas de la vergüenza

«Fin de semana negro». Así define el colectivo arbitral de Salamanca el último sábado y domingo del mes de noviembre. Y tan negro. Hasta en once estadios de la capital y alrededores hubo altercados que necesitaron de presencia policial, activación de procolos, expulsiones o intervención de delegados, por insultos y agresiones entre aficionados, jugadores y cuerpos técnicos. Esta es la radiografía de la vergüenza del fútbol de formación en Salamanca.

Un partido de cadetes, un encuentro con victoria para el conjunto visitante celebrado en el campo del Tori, dentro del término municipal de Villares de la Reina. Un encuentro que terminó mal.

Según el acta arbitral consultada por este medio, al finalizar el encuentro, uno de los jugadores del equipo visitante se encaró con otro jugador del conjunto local, «agarrándolo de la camiseta por el cuello», a lo que este último respondió con un puñetazo en la cabeza. Y el conflicto fue a más.

Acto seguido, una decena de aficionados de ambos equipos saltaron al terreno de juego, en concreto a la zona de la portería más cerca a la grada, pegando uno de los aficionados un puñetazo al portero visitante por la espalda en la cabeza. Como respuesta, el guardameta corrió hacía él, segundos después, y le propinó otro puñetazo.

Lejos de parar, la pelea continuó, con todavía más aficionados sobre el terreno de juego de ambos equipos, aproximadamente medio centenar en la zona del banquillo más próximo a la grada, según redacta el colegiado del encuentro. «Uno de ellos le dio con el antebrazo un golpe en la nuca al entrenador visitante, el cual intentaba llevarse a los jugadores».

Mientras tanto, en el otro lado del campo más próximo a la portería cercana a la grada, un jugador visitante fue corriendo hacia varios jugadores locales y uno de ellos le propinó un puñetazo en la cabeza, saliendo estos detrás de él sin llegar a alcanzarle.

Niños de 11 y 12 años. Horrible. En el minuto 58, el árbitro del partido, redacta que comenzó a escuchar gritos y alborotos en la zona de los espectaodres, al mismo tiempo que los jugadores pedían detener el partido. «Observé entonces una pelea entre varios espectadores, que fue agravándose hasta llegar a golpes de consideración», señala. Según fuentes consultadas y tras un empujón, uno de los padres se golpeó la cabeza contra un poste.

Así, se informó a los delegados que todas las personas involucradas debían ser expulsadas del recinto, momento en el que el colegiado vio como el entrenador del Ribert, sancionado para la presente jornada, entró al terreno de juego para dirigirse al cuerpo ténico. El árbitro le pidió que se fuera, pero este se negó: «No me voy a ir, no estoy haciendo nada y no voy a agredir a nadie». Además, en el acta se subraya que durante el partido ya había mostrado desacuerdo con la mayoría de las decisiones arbitrales tomadas.

Al margen de tal hecho y conforme a lo ocurrido en la grada, el arbitro decidió suspender el encuentro y dirigirse a los vestuarios, momento en el que un aficionado del Ribert le dijo: «Me cago en tu puta madre, no tienes ni puta idea». Otros aficionados le agarraban para que no saltara la valla.

Por todo ello, se avisó a las fuerzas del orden público, quienes llegaron a los diez minutos, tomando declaración y recopilando datos.

Y finaliza el acta: «Debido al estado de nerviosismo y a la situación de miedo vivida, salí de las instalaciones acompañado por la policía para evitar posibles conflictos y procedí a cerrar el acta fuera del recinto horas después del partido».

En el encuentro disputado en el Ángel Pérez Huerta, uno de los jugadores locales, del Helmántico B, como recoge el acta, fue expulsado por encararse con un jugador adversario de manera agresiva, provocando una tangana y teniendo que ser separado por jugadores y por el staff de su propio club.

Asimismo, otro jugador del mismo equipo fue amonestado por empujar a un contrario sin estar el balón en disputa, y otro más por encararse con un rival sin llegar, en esta ocasión, a la ameza o el insulto.

Del conjunto Select Generation Academy, en el minuto 89, recibió tarjeta amarilla por encararse con un jugador del equipo contrario, sin llegar al insulto o la amenaza.

El encuentro terminó con victoria visitante, por cero goles a dos.

Partido con muchos goles, pero también con polémica y agresiones, en el que el equipo local terminó ganando por cinco goles a cuatro, quedándose con uno menos el equipo visitante, tras la expulsión en el 71 de un jugador por golpear a su rival en la disputa de un balón a la altura de la tibia con el pie en forma de plancha, haciendo uso de una «fuerza excesiva».

Sin embargo, lo peor llegó después: en el 77 un jugador del CD Villamayor fue sancionado por golpear con el balón a un contrario sin estar el balón en juego; registrándose hasta dos expulsiones una vez hubo finalizado el encuentro, las dos del conjunto visitante.

Uno de los jugadores fue expulsado por dirigirse al árbitro «de forma agresiva», siendo sujetado en todo momento por sus compañeros al grito de: «¡Es una vergüenza!». Además, en el mismo contexto, otro jugador le dijo al árbitro: «¡Os regalan el título!». También fue expulsado.

En este encuentro, de jugadores que estudian en 1º y 2 de la ESO, una persona del cuerpo técnico del Navega fue amonestada por protestas y otra fue expulsada por lo mismo, pero llegando a entrar al terreno de juego. Además, el delegado del mismo equipo se dirigió al colegiado de la siguiente manera: «Eres un hijo de puta, aprende a arbitrar que pitas lo que te dice la grada». Lo hizo en «repetidas ocasiones».

En el encuentro celebrado en el Vicente del Bosque, que terminó con victoria para el equipo visitante, el problema estuvo en la grada una vez hubo terminado el partido de benjamines, 8 años años.

El árbitro, según se observa en el acta oficial, se marchaba hacia vestuarios, cuando un grupo de aficionados del equipo local le increparon desde la valla que separa el acceso del terreno de juego a los espectadores. «Eres un hijo de puta», «eres un niño no sabes pitar un partido», «me cago en tu puta madre», le gritaron en todo amenazante.

Y subraya: «Durante todo el encuentro los aficionados, tanto del equipo local (Calvarrasa), como del conjunto visitante (Unionistas), tuvieron un comportamiento inaceptable hacia mi persona con continuos improperios: hijo de puta, subnormal, y faltas de respeto como: no sabes pitar, pita mejor un niño de tres años, te vamos a regalar un silbato, etc».

Además, finaliza con autocrítica: «No apliqué el protocolo de violencia verbal debido a que en ese momento me vi superado por la situación y no me sentí capaz de detener el encuentro, pero por indicación de miembros del comité técnico de árbitros me indicaronq ue tenía que reflejar estos incidentes en el acta».

Un partido de menores, de formación, que terminó con victoria para los locales (7-2). ¿Y dónde estuvo el problema una vez más? En el público.

En concreto, en el minuto 55 y tras haber amonestado el árbitro a un jugador del Ribert por una dura falta hacia otro del Cristo Rey, los padres del equipo del Cristo Rey comenzaron a increpar al jugador que ya había recibido la tarjeta amarilla. Esto generó una discusión entre los padres llegando a encararse, viéndose obligado el árbitro a suspender el partido durante dos minutos.

En ese momento llegó la Policía Nacional, que primero comenzó a hablar con la grada del Ribert, momento en el que un participante de la grada del Cristo Rey gritó: «Ven aquí a hablar conmigo, agresivo». Así, se volvió a parar el partido.

Durante el partido, jugadores de ambos equipos fueron amonestados por protestar al colegiado, al igual que una persona del cuerpo técnico del Santa Marta. Sin embargo, lo peor, de nuevo, fue en la grada.

Terminándose la segunda parte, un señor. «no identificado» debido a que no llevaba ninguna prenda de ninguno de los dos equipos, entró al terreno de juego durante algunos segundos con una actitud violenta, teniendo que ser expulsado del encuentro por el delegado del partido, tras la aplicación del protocolo de actuación sobre los incidentes del público.

De nuevo, amonestación por protestas al colegiado, en esta ocasión, a un jugador del CD Navega. Y lo peor, una expulsión directa, también a un jugador del Navega, por la manera que tuvo de protestar al árbitro una decisión que este había tomado.

Igualmente y por los mismos motivos, un miembro del cuerpo técnico del Navega fue expulsado en el minuto 79.

Además, se rompió un cristal del vestuario del equipo visitante sin llegarse a identificar al autor. Los hechos tuvieron lugar en el campo de fútbol Ángel Pérez Huerta.

CD Carbajosa de la Sagrada vs Béjar Industrial, con victoria para el equipo local por tres goles a uno. De nuevo incidentes. Uno de los jugadores del CD Béjar Industrial fue sancionado por encararse con un adversario, mientras que un miembro del cuerpo técnico del mismo equipo llegó a ser igualmente amonestado por protestas al colegiado.

Además, en el público el colegiado pudo identificar en el minuto 33 de partido, a un grupo de seguidores del CD Carbajosa de la Sagrada, que se dirigieron a un jugador visitante diciéndole «písale la cabeza». Inmediatamente y como refleja el acta arbitral a la que ha tenido acceso este medio, el árbitro aplicó el protocolo de violencia verbal parando el encuentro. Se dirigó al delegado y le dijo que como se mantuvieran tales expresiones se acabaría suspendiendo el partido.

Minutos después, en esta ocasión en relación a seguidores del Béjar, identificó a una serie de personas diciéndole: «vete a tomar por culo». Sin tener motivos para aguantar ningún tipo de insulto, el colegiado volvió a aplicar el protocolo.

Un encuentro de juveniles, con victoria para los locales, por tres goles a dos, en un encuentro disputado en los Anexos del Reina Sofía. Más altercados en el público.

Una vez finalizado el partido, refleja el acta oficial, en el sector de la grada que se ubica en la esquina correspondiente al acceso desde vestuarios del campo, se inició un enfrentamiento entre aficionados de ambos conjuntos. Dicha trifulca fue en aumento, llegando a sumarse jugadores y miembros de ambos equipos.

Finalmente, el conflicto se resolvió con la intervención del delegado y la seguridad, en todo momento estando el colegiado protegido por el delegado de campo.

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