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Daniel Panero
Miércoles, 2 de octubre 2024, 09:32
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La vida de Iñigo Martínez ha dado un giro de 180 grados en apenas tres meses. El central vizcaíno ha pasado de ser uno de los jugadores que estaba en el escaparate del Barça si llegaba una buena propuesta para liberar masa salarial a ser un futbolista capital para Hansi Flick en la zaga. Las lesiones de Ronald Araujo y Andreas Christensen le han abierto de par en par las puertas de la titularidad y el ex del Athletic ha aprovechado la oportunidad a la perfección. Ante el Young Boys se estrenó como goleador con la camiseta del Barcelona y lo hizo en su mejor momento desde que llegó a la Ciudad Condal.
Para alcanzar este instante de felicidad Iñigo Martínez ha tenido que atravesar momentos complicados. Llegó al Barça en el verano de 2023 y lo hizo con unos problemas físicos que ya hacían presagiar que la carretera iba a estar llena de curvas. Regresó a la disciplina de Xavi Hernández, por entonces entrenador azulgrana, pero desde entonces siempre tuvo un rol secundario. Tuvo que ver cómo Christensen y Araujo estaban por delante y cómo la irrupción de Pau Cubarsí en la segunda parte de la pasada temporada suponía un nuevo obstáculo en su trayectoria en el Barça.
Con ese escenario se llegó a este verano. Iñigo Martínez tenía una única oportunidad para convencer a Flick y lo hizo rápidamente. El técnico germano quedó prendado de la capacidad de anticipación del defensa, de su liderazgo y también de su facilidad para salir con la pelota jugada desde el central izquierdo, una posición que no abunda en la plantilla culé. Flick convenció a la directiva blaugrana para inscribir al futbolista de Ondarroa y las lesiones primero de Araujo y después de Christensen dejaron al ex del Athletic como la principal baza para acompañar a Cubarsí en el inicio de temporada.
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Iñigo Martínez ha aprovechado esta circunstancia de la mejor manera. Se ha asentado como central izquierdo y ha devuelto a Flick la confianza depositada en él. Lo ha hecho siendo ese jugador que brilló en la Real Sociedad y en el Athletic con el balón en los pies y logrando que la afición azulgrana no se acuerde en exceso de los defensas que ocupan la enfermería. Ha disputado todos los partidos como titular salvo el de Osasuna en El Sadar y, paradójicamente, es el encuentro en el que los de Flick han recibido un mayor número de dianas, cuatro goles.
La noche del martes Iñigo Martínez puso la guinda a su gran momento logrando quitarse la espina que tenía clavada. Siempre ha sido un defensa con capacidad para hacer goles a balón parado, pero desde que llegó al Barça no había podido prodigarse en este apartado. Contra el Young Boys marcó de cabeza el tercer tanto de su equipo tras un centro lateral de Pedri y redondeó su gran momento asistiendo a Lewandowski en la segunda mitad.
El Lluis Companys ya conoce por fin la mejor versión de un central que en su día pudo llegar al Barça con 26 años, pero que finalmente lo hizo pasada la treintena. Pese a ello, su rendimiento vuelve a ser por fin el de ese jugador por el que los culés suspiraron durante varios veranos.
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