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Profesor, con títulos en su trayectoria, histórico del fútbol sala en España y de Salamanca. Este podría ser un pefil del grupo de personas que están empujando para que el fútbol sala vuelva a significar lo mucho que era en Salamanca. En esa tipología entra Juan Luis García 'Juanlu', docente (de religión), campeón de Europa, jugador mítico y natural de Béjar.
Con ese bagaje, Juanlu es la cabeza visible de Unionistas FS, el primer equipo en disposición de volver al nivel que tuvo en su era dorada, y que se la juega a partir de este domingo. Lo hará en La Alamedilla, el 'Maracaná' de los tiempos míticos cuando Salamanca tuvo hasta un campeón de Liga.
Juanlu es la conexión de ese equipo con los tiempos míticos del fútbol sala. Empezó en Sol Fuerza y después hizo toda una carrera en uno de los mejores equipos, Caja Segovia, con el que fue campeón de Liga y Copa y de Copa de Europa, y donde disfrutó de algunos de los mejores años del fútbol sala español, pero que tuvo que asistir al triste final de aquella historia.
El portero bejarano sabe lo difícil que ha sido el regreso. «Esto es como cuando un edificio se derrumba. Volver a levantarlo es muy difícil. Es lo que ha pasado con el fútbol sala», lamenta a pocas horas del partido del equipo que preside, clasificado para fase de ascenso.
Hacía una década que el fútbol sala no gozaba en la capital de los éxitos deportivos que está consiguiendo. Es el tiempo que ha pasado desde que algunos incondicionales decidieron volver a dar pulso y retomar lo que había muerto 20 años atrás con la desaparición del Sol Fuerza.
El final del Sol Fuerza fue un mazazo para un deporte que estuvo cerca de una década en la máxima categoría y que generó no sólo un club de élite, sino jugadores internacionales, entrenadores de primer nivel y una cantera de la que constantemente salieron nuevos valores, una maquinaria en la que participaron clubes como el Albense y el III Columnas de Ciudad Rodrigo. En pocos años, sólo estos dos últimos clubes quedaron para mantener la llama viva.
El 'edificio' del fútbol sala en Salamanca se vino abajo con la desaparición de Sol Fuerza. El equipo salmantino de referencia militó en División de Honor en los años de explosión del fútbol sala en España, cuando se convirtió en el deporte más practicado y amenazaba seriamente la primacía de otros deportes de equipo. Nacido como 'futbito' en los ambientes escolares, se convirtió en el 'deporte de moda' que pregonaban los medios, encandilaba a miles de personas y Salamanca tenía un equipo en el máximo nivel. «Tuvo mucho mérito mantener aquello tantos años», asegura Eugenio, uno de los jugadores de aquella hornada.
En efecto, Salamanca vibraba con el fútbol sala, pero pronto se apagaron sus recuerdos. Con la disolución del equipo, los mejores jugadores se marcharon; algunos prolongaron su carrera deportiva con éxito, incluso los últimos canteranos. Pero el fuego se fue apagando y reavivarlo ha sido muy complicado.
En la capital se retomó el pulso hace una década, con lo que fue Confiterías Gil, después FS Salamanca, ahora asociado a Unionistas. No es el único club, ahí están el trabajo del Intersala (que cumple diez años) o el Albense, con una característica en común: las antiguas leyendas están metidas a fondo.
Juanlu empezó con 20 chavales y ahora son 200, con un primer equipo, un filial, un división de honor juvenil... «Lo mejor es que muchos de los que empezaron entonces están ahora en el primer equipo», dice.
Juanlu está al frente de Unionistas, mientras en el Intersala trabajan Óscar Jiménez o Pipe y están implicados Eugenio, Chuchi... Todos están en Salamanca y tirando del renacer del que fue su deporte... «Hace unos días vino Paulo, uno de los primeros brasileños que tuvimos, y se sorprendió al saber que muchos nos vemos, vivimos aquí, nuestros hijos juegan juntos o estamos en los equipos», recuerda el mítico Toñín, otro que, como Uge y Juanlu, dan el perfil: profesor, palmarés de éxitos y jugador aquellos años gloriosos en Salamanca.
Para Juanlu es un sueño verse en esta situación. «Me tengo que acordar de los que mantuvieron vivo el fútbol sala todos estos años», reconoce, «fueron los que aguantaron el chaparrón. »Va a ser difícil recuperar la época de Sol Fuerza, un equipo hecho con gente de la tierra y dos extranjeros. Nos va a costar, pero estamos en el camino de conseguirl, vamos a ilusionar a la gente con este deporte que es maravilloso«, asegura.
Como anécdota, recuerda uno de los hitos de su carrera, aunque no le haga mucha gracia. «Tengo el dudoso honor de tener todavía el récord de goles encajados de un mismo jugador: Paulo Roberto me metió nueve», rememora. A pesar de todo, es algo que merece la pena recordar: Paulo ha sido el mejor jugador de la historia de la Liga y un equipo y jugadores de Salamanca tuvieron el privilegio de hacerle frente muchos años.
Hoy, más de 20 años después del final de aquel equipo de leyenda, empieza a ver las primeras luces al final del túnel. Unionistas se va a jugar el ascenso en el que fue fortín de Sol Fuerza, La Alamedilla, donde se espera un ambiente como el de los mejores tiempos. Quizás es el final de una dura etapa para una parte del deporte salmantino.
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