Pedroso pasea su leyenda y apadrina la marca de la tarde en el Memorial Gil Pérez

El cubano, mito de las pistas y leyenda en Salamanca, pasa por ser uno de los técnicos más cotizados del momento por su 'mano' con los atletas de máximo nivel. Como le ocurría al inolvidable Gil Pérez, tiene a su cargo uno de los grupos de más talento mundial en los saltos, que son lo suyo, y uno de sus pupilos estaba este sábado en las pistas. Se trata de Héctor Santos, atleta onubense de talento que entrena desde hace cerca de dos años en Guadalajara a las órdenes de Pedroso y que ha marcado 8,01 en longitud, marca nacional de lo que va de año.

A los puntos de la tabla húngara, la del pupilo de Pedroso ha sido la mejor marca de la tarde en Salamanca con permiso de los 10.19 del colombiano Ronal Langa en la final del 100. La jornada ha quedado un poco venida a menos por las ausencias de Bruno Hortelano y María Vicente, anunciados e inscritos, pero desaparecidos en las listas oficiales de salida en las pruebas que iban a hacer. Santos, que tiene 8.15 como marca personal, se pone al frente del ránking nacional y apunta a ser el próximo jefe de la longitud. También han destacado los 13.67 de Brayan Rojas en la final de 110 vallas, el 6,75 de Fatima Diame en longitud o los 13.18 de Xenia Benach, que ha ganado el 100 vallas, pero hizo la marca en la semifinal.

Santos va por buen camino, pero le queda trecho para alcanzar los logros de su entrenador. De hecho, Pedroso saltó aquí en estas mismas pistas 8,71 metros, que todavía es el mejor salto que se ha dado nunca en España en una pista de atletismo. Fue una de las cimas de una carrera brillante, que llevó al saltador cubano a la cima absoluta de su prueba.

Nueve veces campeón del mundo y oro olímpico, llegó a ser el único hombre capaz de saltar por encima de 9 metros en competición oficial, aunque la marca no pasó a la tabla por exceso de viento. Pedroso fue, durante sus mejores años, habitual de Salamanca y del extinto Gran Premio Diputación, uno de los mejores mítines del mundo por entonces, incomprensiblemente descartado por las instituciones que acabaron con su historia. Aquí recibía las indicaciones de su entrenador, Milan Matós, igual que este sábado él las daba a su pupilo desde la grada.

Antes, la selección cubana y luminarias como Michael Johnson, Mike Powell o Linford Christie asombraban cada verano en Salamanca, todos a la sombra del único e inimitable Javier Sotomayor, el hombre que puso dos veces en lo más alto Salamanca, y todavía mantiene su nombre en el firmamento atlético mundial flotando sobre los 2,45 metros de su inexpugnable récord universal.

El mismo día del aquel verano de 1995 en el que Pedroso voló en el foso de las pistas, otro portento, Jonathan Edwards, batió en el Helmántico el récord mundial de triple que ahora persigue, cosas de la vida, un pupilo de Pedroso, el huracán Jordan Díaz, cubano nacionalizado español. Es uno de los atletas de la 'cuadra' que maneja, en la que están también Ana Peleteiro o Yulimar Rojas. Grandes atletas con los que el cubano está agrandando una leyenda que ha paseado hoy por el Memorial Carlos Gil Pérez, donde hace muchos años empezó todo para él.