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Segundo contra tercero. Solo una derrota de diferencia. Un partido con el play off en juego. Una ciudad volcada con los chicos de Avenida, con una afluencia nunca antes alcanzada en el pabellón de Würzburg en Tercera FEB. Pero faltó acierto. Faltó equipo por momentos.
Comenzó el encuentro con un Avenida muy fallón por detrás en el marcador, que contaba con segundas oportunidades con el control del rebote ofensivo, pero que ni por esas. Llegó a perder por 0-5, hasta que Akinwole robó un balón y anotó en contraataque. Superados los nervios iniciales, comenzaron a jugar los de Borja San Miguel que, sin embargo, pecan de individualistas, perdiendo más de lo que ganan con esta toma de decisiones.
Y, al contrario, cuando Avenida Xoborg comienza a mover el balón, encuentra tiros liberados y, en consecuencia, canastas. Un triple de Mensah totalmente solo dio alas a los locales que culminaron el parcial a favor con un segundo tiro anotado desde la línea de 6,75 de Akinwole (14-14). El buen momento del conjunto salmantino llegó a poner la máxima en el luminoso (21-16).
Sin embargo, el Peixe Galego volvió a darle la vuelta al marcador ante un equipo charro que se empeñaba en tirar de tres y sufría sin Akinwole en pista. Del 21-16, pasando por el 21-18 de final del primer cuarto al 21-24. Y un quiero pero no puedo. Buen juego, buenas opciones, pero muy errático, con un Peixe Galego certero que controlaba el encuentro. Al descanso se llegó por detrás (33-35), siendo necesario remontar además la renta de cinco puntos con la que jugaban los gallegos a favor del partido de ida.
Para enmarcar el triple desde el centro del campo el triple sobre la bocina que hizo respirar a todo un pabellón. Akinwole puso en pie a todo el pabellón.
La igualdad se mantenía. Si uno parecía que se iba en el marcador, el otro respondía, pero en esa dinámica las de perder eran para los de Borja San Miguel, que no solo tenían que ganar, tenían que hacerlo de más cinco. Se aceró Avenida con más presencia en el juego interior, pero dos triples contundentes de Van Wijk volvieron a apaciguar las aguas. Los gallegos anotaban todo lo que Salamanca fallaba. Y cualquier tiro solo era una canasta (46-52).
Así terminó el tercer parcial, con otro triple de un Peixe Galego dispuesto a llevarse el partido, más certero y más sólido, con una nueva máxima a favor: 49-56
Además, el rebote ofensivo cambió de bando y si los visitantes no anotaban desde arriba, lo hacían desde abajo. En esta situación pronto se llegó a los +10 de renta (+15 en realidad), en un casi imposible a falta de ocho minutos para el final del partido, controlados de principio a fin por los gallegos. El equipo que dio la talla cuando hacía falta.
Venido a menos Avenida, venido a más el Peixe Galego hasta la peor parte del encuentro, hasta la lesión de Mc-Carthy, tras recibir un fuerte pisotón de Leveque en un contraataque, totalmente innecesario y con risas de por medio. De estar a 13 pasó 63-69 a falta de dos minutos para el final del partido. Pero no, ya era muy complicado.
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