Dani Llàcer, tras el empate en Amorebieta: «Hay que perder el miedo a ganar»
El entrenador valenciano, visiblemente afectado, analizaba así el trabajo de los suyos
El entrenador del conjunto salmantino analizaba el encuentro y, en especial, los últimos compases en los que la locura se apoderó de unos y de otros y acabó repartiendo puntos (3-3).
Valoración inicial de la primera parte. «Han pasado muchísima cosas. Creo que ha habido una parte bastante igualada. Nos encontramos con el gol, con el error de ellos y que hace que sus centrales ganen más alturas, generando ventajas con la línea de tres y creo que hemos podido transitar mejor en la primera parte con balón. Nos ha faltado pausa y creo que hemos defendido bastante bien área».
Segunda parte. «Ha sido un cúmulo de muchísimas cosas. Ha habido tramos de más tranquilidad con balón. Y el caos del final. Después de meterte con 0-2 fuera de casa, con el trabajo que supone, ha pasado otra vez lo que ocurrió en Ourense. 1-2 tras una falta lateral que la analizaremos. El 2-2 me dice Iván que no la ve venir. Conseguimos el 2-3, lo más complicado a nivel emocional y en la penúltima jugada, de nuevo en una falta lateral. Conclusiones ahora no te puedo sacar. Pocas. Otra vez el tema de las emociones de los últimos minutos. Habíamos entrenado y eramos conscientes de que teníamos que jugar en alerta los 100 minutos que dura el partido, pero no lo hemos conseguido. Volveremos a dar vueltas. Nos está matando».
Hincapié en los últimos minutos. «Creo que a nivel físico no tiene nada que ver. Es todo emocional. Estamos defendiendo las faltas laterales y, en general, el balón parado de una forma magnífica y la falta del otro día en Lugo nos revienta el partido y hoy otra vez. Es ahí donde el equipo tiene que estar estable. No hemos sabido gestionar emociones. Les damos mil vueltas a todo. Hoy hemos intentado hacerlo que no hicimos en Ourense, situaciones externas al juego y hay que tomar responsabilidades y quitar miedo a ganar. El tema de las expectativas... estamos trabajando internamente en ello».
Golpe moral. «Jode mucho. Es así. El vestuario está destrozado. Hemos competido muy bien, hasta esos momentos en los que el equipo se ve con la necesidad imperiosa de ganar sí o sí. No sabemos gestionarlo bien. Los jugadores son conscientes, porque como no juguemos en alerta... era clave, lo hemos recordado en cada acción. No son duelos o disputas. Va más allá. Es saber gestionar los subpartidos».
