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23 jornadas después, Unionistas necesitaba una victoria fuera de casa y estuvo muy cerca a pesar de quedarse con 10 jugadores desde el minuto 34 de partido, momento en el que Carlos García recibió la segunda tarjeta amarilla del partido. En ese momento, el equipo salmantino ganaba 1-2. Era la segunda vez que se sentía por delante. Era un nuevo y duro castigo que impedía salvo milagro que Unionistas llegara a ganar, dándose por satisfecho con el empate, tras una segunda parte de balón y ocasiones para el equipo local.
Apostó de inicio Daniel Llàcer con Ramiro de nuevo de pareja de central con Carlos García, junto a Mikel Serrano y Aitor Pascual, como laterales, ayudando en todo momento Álvaro Gómez a su compañero, como buen comodín que es el salmantino. Hace lo que se le pide y siempre cumple, tanto en ataque como en defensa. En el centro del campo volvió a escoger a Chuca, junto a Jordi Tur; y arriba Carlos de la Nava, Gorka Santamaría, además de Jonny Arriba.
Y sonrisas de inicio. No habían pasado cinco minutos del inicio de partido cuando el colegiado señaló penalti a favor de los salmantinos sobre Álvaro Gómez. Lo lanzó Santamaría, lo falló y el rechace cayó en bocas de Jordi Tur, quien sí fue capaz de enviar el balón al fondo de las mallas. La respuesta no se hizo esperar, empató el Real Unión de Irún cuatro minutos después, tras saque de esquina, era el cuarto para los locales y el esférico acabó dentro de la portería sin ser capaz Unionistas de despejar con contundencia.
Vio la primera amarilla Carlos García en el 11, una dura entrada sobre Quintana hizo que viera una cartulina anaranjada. El césped estaba impracticable, pero ninguno de los equipos parecía tener miedo, muchas ocasiones, ritmo rápido y nuevo gol antes de cumplirse la primera media hora de partido de Gorka Santamaría. El delantero se redimió de su penalti fallado para poner por delante a los suyos de nuevo. Justo después llegó la roja.
Aún así, Unionistas continuaba valiente, con Mikel de central y así se llegó al descanso, tras el cual la historia cambió radicalmente como era de preveer. El asedio del Real Unión de Irún a su rival fue constante al sentirse superior numéricamente. El gol llegaría en cualquier momento y así fue. Joseca Márquez puso el 2-2 en el luminoso de cabeza y Llacer reaccionó con cambios.
Ortuño, Iñaki y Dani García entraron al terreno de juego por Tur, Santamaría y Aitor Pascual. Tocaba sufrir y mucho. El conjunto vasco con paciencia y viendo el estado del terreno de juego, movía el balón de un lado al otro del campo, aparecía por ambas bandas y buscaba huecos ante un Unionistas que se libraba por momentos de la derrota. El 'uy' en la grada era constante, igual que las ocasiones de Irún. Unionistas totalmente embarrador y valga la redundancia bajaba al barro para resistir como fuera.
Es cierto que por ocasiones, el gol a favor del conjunto local era totalmente justo, pero la manera en la que llegó deja más que polémica. Un agarrón dentro del área, de tantos que hay a lo largo de un partido fútbol, de Álvaro Gómez fue sancionado por el colegiado con la pena máxima, transformado por Rivero.
Aún así, pese al cansancio, ser uno menos, el estado del lado del campo donde atacaba Unionistas en la segunda parte y el marcador, acabó el equipo de Daniel Llàcer con balón en área rival. Todo ello, gracias a un gran Iván Martínez, que a pesar de encajar tres goles, sacó varias manos antes y después del 3-2.
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