Unionistas: de un equipo al que «no le daba» a dormir sextos tras aplastar al Castilla

Unionistas de Salamanca pelea hacia las estrellas a través de las dificultades. Eso dice el lema del joven club salmantino que es santo y seña del deporte rey en la provincia charra desde hace un lustro y, este viernes, ha vuelto a conquistar, seguramente, a varios aficionados después de cuajar un auténtico partidazo en todo, y por parte de todos. Desde el entrenador y el cuerpo técnico, que planearon el mejor partido del equipo de esta temporada hasta la fecha, y a través de todos los jugadores: un Unai Marino práctico cuando se le necesitó, una defensa liderada por Farru que apenas permitió, un centro del campo que sigue dando resultados y un ataque de espectáculo, especialmente con un desatado Álvaro Gómez que no es la sombra, si quiera y afortunadamente, de la temporada pasada: su progresión ha sido encomiable.

Qué lejos queda, atravesado el primer tercio de la liga, aquella primera rueda de prensa del exentrenador unionista, Oriol Riera, en la que dijo que «o hacemos lo que trabajamos durante la semana, o no nos va a dar». A Unionistas le da, claro que le da. Porque los jugadores, además, son casi los mismos que Antonio Paz contrató durante julio y agosto. Unionistas duerme, con todo merecimiento, sexto clasificado este helador viernes noche que, en el caso de la afición popular, seguro que es mucho más caliente que lo que marca el termómetro.

Mario Simón repitió el mismo once inicial que ganó 0-1 al Talavera la pasada semana, lo que significó que Carlos de la Nava volvió a partir desde el banquillo.

Los primeros minutos dejaron claro el guion del partido. El Castilla quería el balón para practicar la idea clara: ir al ataque y demostrar la verticalidad que atesora el conjunto del salmantino Álvaro Arbeloa, quien siguió el partido desde uno de los palcos del estadio Reina Sofía. De hecho, en el minuto 4 los madrileños se acercaron con peligro en una jugada que no consiguió despejar con claridad Unionistas hasta que lo hizo Unai Marino. Con los charros bien colocados en el campo, y concediendo poco atrás, Fran González metió una mano salvadora a la salida de un córner de los charros para evitar un gol olímpico, porque el balón se envenenó cerca del larguero visitante.

De hecho, en la siguiente oportunidad charra... magia, y gol. En el minuto 15 de partido Unionistas logró el primer gol de la gélida noche salmantina. Una combinación magistral por el costado izquierdo entre Álvaro Gómez y Jan Encuentra acabó con un centro de este último, el despeje de la defensa y un disparo en el rechace de Gómez que despejó Fran González... y, otra vez, Gastón Valles estuvo listo, con olfato, con la mejor colocación, buscando el gol, y lo consiguió. En el rechace del portero, Gastón lo batió con toda la portería para él y puso un 1-0 muy positivo para el equipo del incombustible Mario Simón.

El encuentro era intenso, de alto voltaje y ritmo. Respondió el Madrid con una doble ocasión de Valdepeñas primero y de Joan Martínez después quien, en su chut, pidió posteriormente mano de un defensa charro y penalti, por lo que apenas veinte minutos después de empezar el choque el árbitro se fue a ver el FVS, aunque la decisión final fue no pitar nada pese a la reclamación del equipo de Álvaro Arbeloa. En el área contraria, Álvaro Gómez (omnipresente) remató con un buen cabezazo un centro desde fuera del área que se fue por poco al lado del marco de Fran. Muy bien Unionistas, y muy bien el plan de partido de Mario: perfectamente interpretado.

De hecho, el gol le vino mejor aún al conjunto salmantino, que seguía dejando hacer al Castilla atesorando una calidad defensiva importante, con seguridad; no obstante, la calidad individual de los jugadores blancos (vestidos de azul) era clara, ya que conseguían a veces batir a la zaga albinegra con talento al saltar las líneas de Unionistas. Los charros, por su parte, hacían daño en el robo tras presión que practicaban con mucho acierto en tres cuartos de campo: salían en velocidad y complicaban el repliegue del Castilla, en un gran partido charro, con taconcito incluido de Gastón Valles en un ataque local. De hecho, Unionistas se vino arriba en los últimos minutos de la primera parte y olió sangre: el Castilla, sin balón y ante la presión de los de Simón.

Justo antes de terminar una grandísima primera parte de Unionistas, poniendo contra las cuerdas a Arbeloa y los suyos, Fran González evitó el segundo gol charro en el primer palo, en otra acción a balón parado. Muy bien y sin nada que reprocharle a los charros, salvo la amarilla a Juanje que significó la quinta y, por tanto, cumplirá ciclo en la visita de los charros a Dani Llácer y su Ourense la semana que viene.

El segundo tiempo arrancó con el Madrid buscando el gol del empate y presionando a Unionistas para robar rápido el esférico. Una buena internada de Jan Encuentra en el minuto 52 hacia la meta de Fran, en una jugada individual, estuvo a punto de meter en aprietos al Castilla, con el 2-0 casi cantándose en el helado Reina Sofía, con la temperatura ya en los cero grados en el estadio del barrio de San José. Salvo esa acción, los primeros quince minutos del segundo tiempo fueron un monólogo del Madrid, aunque sin apenas peligro sobre la portería de Unai Marino más allá de un disparo de Yáñez que despejó el propio portero.

En el 60, Simón retiró acertadamente del partido a Gastón, el autor del gol ante el Castilla para abrir el marcador y quien vio la tarjeta amarilla en la primera mitad. Y ocho minutos después, metió un triple cambio, cada vez más clásico en el fútbol: De la Nava, De Bustos y Juanma entraron por Piñán, Abde y Jota. Cada oveja con su pareja, como se suele decir. Y en la primera acción de Carlos, penalti que generó a favor de Unionistas por dos manos, la segunda clamorosa, dentro del área y por parte de David Jiménez. El Castilla lo reclamó pero el VAR, al igual que la señal de televisión del partido... ¡se perdió! Vergonzosa imagen, de nuevo, de la Primera RFEF y acorde a lo mucho que todavía tiene que mejorar esta categoría en materia televisiva. El partido se detuvo más de cinco minutos por la situación mientras se trataba de ver la pena máxima pero, ante la falta de imágenes, el árbitro desestimó la petición madridista y el penalti se autorizó.

En el minuto 77 de partido, Olmedo cogió el esférico y, a la izquierda del meta, ejecutó la pena máxima perfectamente para poner el 2-0 en el marcador, casi definitivo, en medio del delirio unionista. Y la cosa no quedó ahí, porque cuatro minutos después Álvaro Gómez sentenció el partido y puso el 3-0 con un fuerte disparo, casi sin ángulo, después del lanzamiento al palo blanquinegro; en el rechace, el propio Gómez que puso el centro donde nació la jugada anotó el tercero. Show total blanquinegro.

Los minutos siguientes apenas tuvieron historia, con el Castilla de Arbeloa desactivado y sin opciones ante el equipo de Salamanca. Los blancos lo intentaban, aunque ya con más corazón y ganas que cabeza, (y eso que Loren mandó un balón al palo), conscientes de que Unionistas les dio un repaso, de principio a fin, y también lo hizo Mario Simón en la pizarra a Arbeloa. 18 puntos, y primer tercio de la liga superado. Si los de Salamanca mantienen esta progresión, se salvarán sin problemas. A confiar.

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