Unionistas sometió y perdonó a un Primera, que ganó en eficacia en el Reina

Hay emociones que se llegan a tocar, a ver, a oler, a escuchar. Lo que se presentía en el Reina Sofía era algo bueno y positivo, al margen del resultado. Vivir otra noche así ya era una victoria. Con el «blanco y negro» como «el color de su vida», el ambiente se tornó todavía más bonito con un mosaico de estrellas donde podía leerse 'De Salamanca hasta el cielo'. ¿Y por qué no?

No salió Unionistas con miedo, si algo más nervioso de lo habitual, buscando las espaldas de su rival, con balones en profundidad demasiado largos en las dos primeras jugadas, pero que cambiaron la presión de lado por momentos. Y hablando de presión, Unionistas apretaba en segunda línea, con Rastrojo y De la Nava como hombres más adelantados, escorándose Jonny para ayudar en el lateral izquierdo a Vergés. Meritorio esfuerzo inicial, con presencia en ataque desde el lado contrario en botas de Álvaro Gómez.

Tuvo que intervenir Dani Cárdenas en los primeros diez minutos de partido, ante la osadía de su rival, ante la desfachatez de achuchcarle en su campo, ante la locura de llegarse a adelantarse en el marcador. Quien si no, Álvaro Gómez, el salmantino, el que ya acertó ante el FC Barcelona, fue el que aprovechó un regalo en el despeje de balón del Rayo para ajustarla al palo desde fuera del área. Un golazo para sentir, todavía más. Unos alegría, otros cada vez más desesperación.

Pero todavía había más. A balón parado, como le gusta Dani Llàcer, como quiere crear peligro el cuerpo técnico de Unionistas, legó el segundo en menos de 20 minutos. De cabeza, saltando hacia el cielo como decía el mosáico, Imanol Baz la ajustó al mismo palo que su compañero Álvaro Gómez sólo cinco minutos antes. El baño era apoteósico. Unionistas tenía la oportunidad de matar a su rival y todavía no se había entonado el himno de la UDS en el Reina Sofía.

Se gustaba Unionistas. La banda derecha era una autopista, Álvaro Gómez parecía jugar solo, con un Pacha Espino, que vivía una una pesadilla. Otro error suyo dentro del área a punto estuvo de convertirse en el tercero de los salmantinos, con disparo de Iñaki que se marchó alto. A todo esto, el Rayo todavía no había tenido entre los tres palos. Tampoco llegado con peligrosidad al área rival.

Fue en una jugada aislada, sin aparente peligro, pero con error en el centro del campo de Iñaki González, Trejo acercó a los suyos en el marcador antes del descanso, rematando a placer, delante de Ramiro y batiendo a Marco Coronas. Un respiro para el equipo de Primera, que se encontró con un gol que le daba toda la vida del mundo.

Cambio de inicio de la segunda parte. Ramiro Mayor se sentó ante la entrada Mikel Serrano, mientras que Álvaro Gómez seguía haciendo de las suyas en la parte más adelantada del campo, forzando la primera falta sobre la línea del área. Desde el lateral derecho, el balón fue cabeceado por Carlos de la Nava y a punto estuvo de rematar Jonny, pero atento Dani Cárdenas cogió el balón antes del disparo.

Y volvió a perdonar Unionistas el tercero. Ratrojo recuperó el balón en la zona de tres cuartos y se quedó totalmente solo ante el portero, enviando el balón directamente fuera. Por desgracia, la falta de contundencia sufrió un castigo en forma de gol por parte del Rayo. Pedro Díaz empató el encuentro en el 54, con todo abierto y por decidir de nuevo. El de Primera aprovechaba así las dos ocasiones que tuvo. No vale hacer un buen partido, hay que ser perfecto ante un equipo como el Rayo.

También tuvo su protagonismo Marco Coronas, que placó un disparo de falta de James, directamente a córner. Adivinen, una más perdonó Unionistas. Una más para el tercero. Ratrojo por derecha, al área pequeña, disparo de Álvaro Gómez, sacando bajo palos la defensa visitante.

Según se acercaba el final del tiempo reglamentario, el Rayo más cerca estaba de anotar el tercero. Y segundos después de que expulsaran a Dani Llàcer del banquillo, Embarba anotó el tercero de los suyos a falta de seis minutos para el final. Unionistas lo dio todo, pero los cambios de Primera, hicieron al equipo visitante aún más de Primera.

La esperanza llegó en forma de tarjeta roja al recién incorporado al terreno de juego Ciss y los seis minutos de añadido que otorgó Muñiz Ruiz al partido, pero ni aún así. Ni con el último disparo de Rastrojo ni el último córner con Coronas en el área. El balón no quería, pero sí llego a entrar aunque en fuera de juego.

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