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El pesimismo de los inversores se mantiene en la recta final de un trimestre en el que el miedo a la recesión ha resurgido con fuerza. Los bancos centrales llevan semanas enviando un claro mensaje al mercado: las subidas de tipos continuarán para frenar la inflación aunque eso signifique dañar la economía.
Esta perspectiva ha provocado una auténtica huida de las Bolsas y los mercados de renta fija en los últimos días. Y la situación se extiende ya a Reino Unido, donde el Banco de Inglaterra se ha visto obligado a intervenir para frenar el desplome de la libra y las dudas sobre la resistencia de su economía al difícil entorno actual.
El organismo monetario ha dado un paso atrás en su retirada de estímulos y anunció el miércoles un nuevo plan de compras de bonos para estabilizar un mercado completamente roto tras las dudas que ha generado el plan de rebajas de impuestos planteado por el Gobierno británico en un momento de inflación creciente.
Con esta intervención de urgencia, la institución pertende frenar el duro golpe que la desconfianza de los inversores ha causado sobre la libra, que se ha hundido hasta rozar la paridad con el dólar, en 1,055 dólares. Y ya acumula una caída de más del 20% en lo que va de año.
Las compras tendrán fecha de caducidad, hasta el 14 de octubre. Pero el organismo ha dejado claro que incluirán «tantos bonos como sea necesario». Y solo esa frase en plena intervención de urgencia ha servido, al menos, para templar los ánimos de los mercados europeos. Las Bolsas europeas, que comenzaban la sesión con fuertes caídas de más del 2%, terminaron la sesión subiendo.
El Ibex-35 cerró plano en 7.442 puntos, con Merlin (+4,75%), Colonial (+3,71%), ACS (+1,8%), Repsol (+1,72%) y Laboratorios Rovi (+1,13%) liderando la parte alta de la tabla. Por el contrario, Grifols (-5,28%), Arcelormittal (-4,39%), Solaria (-3,89%), Indra (-2,01%), IAG (-1,93%) y Acerinox (-1,88%) se situaron a la cabeza de los descensos.
Es evidente que los bancos centrales de todo el mundo seguirán marcando el paso de los inversores. El mercado tiene claro que las instituciones están dispuestos a todo para frenar la inflación. Y, por si quedaba alguna duda, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, volvió el miércoles a dejarlo claro.
Durante una intervención pública en Fráncfort, Lagarde se sumó al discurso de los halcones al que desde hace meses lleva acogida la Reserva Federal (Fed) estadounidense. Y de sus palabras se desvela que habrá más subidas de tipos en los próximos meses. Y que, previsiblemente, la de octubre será de 75 puntos básicos. «Nuestra meta no es reducir el crecimiento, es garantizar la estabilidad de los precios», sentenció en su intervención.
Desde el departamento de análisis de Link Securities explican que «las expectativas de subidas de tipos y el negativo impacto que este proceso puede terminar teniendo en el crecimiento económico global seguirán pesando en el ánimo de unos inversores que, a diferencia de lo que venían haciendo en los últimos meses, se muestran menos predispuestos a aprovechar los recortes en los precios para incrementar sus posiciones de riesgo».
Los temores a la contracción económica se han dejado notar sobre todo en el mercado de deuda, donde la rentabilidad del bono español a diez años (que se mueve de manera inversa al precio y viene a indicar lo que exigen los inversores por comprar deuda española) se ha disparado ya por encima del 3,48%, aunque la intervención del Banco de Inglaterra también logró relajar este mercado.
Lo mismo ocurrió con las materias primas, que pasaron de caer casi un 3% a primera hora a terminar subiendo un 2%. El barril de tipo Brent, de referencia en Europa, cotiza en 88 dólares, mientras que el West Texas estadounidense se sitúa en 80,7 dólares.
También preocupa, y mucho, los fuertes descensos que sigue registrando el euro en su cruce con el dólar. La moneda única se coloca ya muy lejos de la paridad, con el cruce entre ambas divisas en 0,9553 dólares.
Una situación que, sin duda, presiona todavía más al Banco Central Europeo (BCE) para no quedarse atrás respecto a la Fed estadounidense en el camino de las subidas de los tipos de interés.
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