Las ejecuciones hipotecarias sobre vivienda habitual se hunden un 25% hasta marzo

Si se tienen en cuenta el total de las viviendas de personas físicas (sumando la caída del 27% experimentada en segundas residencias) el descenso de las certificaciones de ejecuciones hipotecarias es del 25,6% respecto al ejercicio anterior. Y el desplome es todavía más abultado, del 31,1%, hasta las 3.693 ejecuciones, si se añaden los procedimientos sobre personas jurídicas, que cayeron un 51,3%.

EN todo caso, el hecho de que los datos generales caigan por debajo de las 4.000 ejecuciones ya es todo un hito, ya que en años anteriores las cifras han estado muy por encima de las 5.000. «Por otro lado y contrariamente a lo que había venido sucediendo hasta la fecha, las ejecuciones sobre vivienda habitual también caen con fuerza. El -25% interanual es el mayor retroceso en esos términos desde el periodo de 2020, en el que se paralizaron a consecuencia de la pandemia», indica Ferán Font, director de estudios de Pisos.com.

El experto recuerda además que «prácticamente seis de cada diez ejecuciones sobre vivienda corresponden a hipotecas concedidas en el periodo 2004-2008», indicando que territorialmente, quienes lideran la estadística son Andalucía, la Comunitat Valenciana y Cataluña, que representan entre las tres más del 40% del total. Por el contrario La Rioja y Navarra, con 15 ejecuciones, se sitúan a la cola.

Hay que recordar que estos datos no implican que esos procedimientos hayan terminado en desahucio, pues solo reflejan -con datos del Registro de la Propiedad- el momento en el que el prestamista manifiesta que quiere recuperar la vivienda ante un impago. Entre medias, ambas partes pueden negociar y, en todo caso, es menos habitual -aunque ocurre- que los desahucios lleguen de casas hipotecadas, al ser procesos más relacionados con el alquiler.

Aun así, los propietarios de una vivienda con hipotecas referenciadas al euríbor se han enfrentado a serias complicaciones para hacer frente al encarecimiento de sus préstamos.

A cierre del primer trimestre -fecha a la que se refieren las últimas estadísticas de ejecuciones del INE- la media del indicador se situaba en el 3,647%, frente al signo negativo del -0,237% de marzo de 2022. Un abrupto repunte que hacía temer mayores impagos pero que, como demuestran las estadísticas, no parece que esté ocurriendo.