Podemos afronta un duro final de ciclo junto a una debilitada izquierda

Especialmente doloroso para la izquierda es este último caso, donde los números obtenidos por Compromís y Podemos no sirven para sumar y reeditar el pacto del Botanic, el ejecutivo de coalición junto con los socialistas que ha gobernado la comunidad desde 2015. Los morados, de hecho, no han cumplido el objetivo de superar la barrera del 5% de los votos, uno de los horizontes con los que se habían volcado al inicio de la campaña, ni en el parlamento autonómico ni en el Ayuntamiento de la capital valenciana, donde Joan Ribó (Compromís) tampoco reeditará su mandato.

En Madrid, cuna de Podemos, los candidatos del partido de Ione Belarra para el Ayuntamiento y la Comunidad, Roberto Sotomayor y Alejandra Jacinto, respectivamente, tampoco logran superar la barrera de votos para obtener representación. Un batacazo que deja servida la mayoría absoluta al PP de José Luis Martínez-Almeida pese a que los morados concentraron sus esfuerzos en elevar el tono en campaña para tratar de recuperar el protagonismo perdido por la polémica inclusión de condenados en listas de EH Bildu o la compra de votos en la última semana.

Pero en el reparto de responsabilidades también sale mal parado Más Madrid, el partido con el que Yolanda Díaz se había volcado especialmente en la región y pese al equilibrismo mostrado por la vicepresidenta en campaña, en la que también dejó guiños a Podemos. La candidatura liderada por Mónica García para la Asamblea autonómica vuelve a superar PSOE, peroel nuevo sorpaso resulta inservible para evitar la victoria de la derecha. En el consistorio capitolino, su cabeza de lista, Rita Maestre, pierde siete concejales.

La marca madrileña del partido de Íñigo Errejón, otrora mano derecha de Pablo Iglesias, había rechazado confluir con los de Belarra, y la desaparición de estos últimos en el parlamento regional y en Madrid ha acabado por desbaratar las aspiraciones de todo el espacio.

Una lección, la de que confluir divididos resta, que resonará cuando se retomen las negociaciones de coalición entre Podemos y Sumar. Este pulso quedó aparcado en Semana Santa, después de que Díaz rechazara la oferta de organizar primarias abiertas que le ofrecieron los morados y de que estos plantaran a la vicepresidenta el 2 de abril, en el acto donde anunció el lanzamiento de su candidatura a La Moncloa. «Yolanda (Díaz) debe entender que un fracaso de Podemos será también un fracaso suyo», explicaban entonces fuentes de la dirección morada.

Pero para la líder gallega hubo esta noche una derrota en clave personal, la de Ada Colau al frente de los comunes en el Ayuntamiento de Barcelona. La vicepresidenta se había volcado con los comunes participando en hasta cuatro actos de campaña (incluido los de inicio y cierre) y había llegado a identificar «los valores» de la formación catalana con las aspiraciones de Sumar a nivel nacional. Sin embargo, la regidora de la Ciudad Condal desde 2015 no retendrá, salvo sorpresa, el bastón de mando consistorial después de ser superada por las listas de Xavier Trias (Junts) y Jaume Collboni (PSOE).