Cayetano Martínez de Irujo, en una imagen de archivo. Efe

Cayetano Martínez de Irujo piropea a su futura esposa: «Bárbara es una mujer absolutamente excepcional»

Unos meses antes de su boda, el hijo de la duquesa de Alba ha repasado su vida y su relación con sus hermanos

Joaquina Dueñas

Miércoles, 23 de julio 2025, 11:40

El próximo 4 de octubre, Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan se darán el 'sí, quiero' en la iglesia del Cristo de los Gitanos en Sevilla después de diez años desde su primer encuentro en Marbella, en el verano de 2015, cuando ella tenía 18 años y él 53. Su romance vio la luz en 2016, durante un homenaje a Cayetana de Alba en el Concurso Hípico de Salamanca. Desde entonces, la pareja se ha vuelto inseparable y el hijo de la duquesa de Alba se deshace en halagos hacia su futura esposa en una entrevista concedida a la revista '¡Hola!', calificándola de «excepcional».

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Siempre discreta, la joven ha sido el mayor apoyo del aristócrata, respaldando sus decisiones profesionales, así como deportivas, con su vuelta a la competición. También ha permanecido a su lado durante sus graves problemas de salud que le llevaron a entrar y salir del hospital en varias ocasiones durante seis años y a someterse a once operaciones.

«Querría resaltar que Bárbara es una mujer absolutamente excepcional», ha dicho Cayetano. «Sabe que la adoro y que la valoro. Es inteligente y es resolutiva, como pocas personas que he conocido en mi vida», ha subrayado. «Bárbara se adapta a todo. También le gusta el campo», ha apostillado. Y es que, Cayetano pasó el confinamiento de la pandemia de 2020 en la finca Las Arroyuelas, en Carmona, y desde entonces decidió instalarse en esta finca en la que también celebrará su enlace tras la ceremonia religiosa.

Pero Las Arroyuelas no son solo su hogar, sino también un medio de vida cargado de valor sentimental: «Son 1.500 hectáreas, al cien por cien, agrícolas. Es la primera finca en la que mi padre empezó a recuperar todas las tierras del padre de mi madre, al que no le gustaba el campo y las arrendó todas. Mi padre inició la estructura de inversiones agropecuarias». Recuerdos de su infancia y de la de sus hijos, que pasaron sus primeros años de vida en esta finca sevillana junto a su madre, Genoveva Casanova.

Cayetano también hace un repaso a la relación con sus hermanos y reconoce que, aunque ha recuperado el contacto con Eugenia, ya nada es igual. «Fue la niña de mis ojos hasta que nació mi hija. Lo que pasa es que la vida nos ha distanciado», ha expresado. «Volvemos a tener relación, aunque no de la misma manera. Hay otro tipo de relación», ha apuntado.

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También ha recordado cuándo se rompió la buena sintonía con Jacobo, con quien dice que se llevaba muy bien «hasta que mi madre comunicó la carta que publiqué en mi libro, que es donde ella anunciaba que yo me ponía al frente de todas las empresas agrícolas. Ahí se acabó mi relación con Jacobo». 

Fracaso en los negocios

Respecto a Carlos, deja claro que «jamás hubiera abierto los palacios al público, como ha hecho mi hermano». «Yo hubiera gestionado el patrimonio artístico y su archivo histórico, superior al Archivo de Indias. Con trabajo, esfuerzo y un gran equipo, se puede sacar la rentabilidad para mantener esos palacios y vivir como un duque de Alba y su familia», ha reflexionado. «Yo habría abierto las visitas a los palacios, pero no convertirlos en museos, como son actualmente. No se puede ofender nadie porque diga esto. Respeto lo que se está haciendo, pero no lo puedo compartir por una cuestión sentimental con mi madre y de impregnación personal», ha añadido.

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El aristócrata revela también sus vicisitudes como empresario que le han llevado a arruinarse varias veces. «Me las he ingeniado para salir adelante, aunque la estructura de gastos es muy difícil de mantener», ha destacado. «Todo lo que hice los siete años después de morir mi madre me salió regular o mal, porque yo había sido deportista de élite y no estaba preparado», ha reconocido, al tiempo que ha afirmado: «Estoy aprendiendo a ser empresario sin dinero, como el 90 por ciento de los empresarios. Con dinero heredado, es relativamente fácil. Lo difícil es salir adelante sin dinero y pidiéndolo a los bancos».

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