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Dagoberto Escorcia
Bogotá
Domingo, 19 de junio 2022
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El desafío de construir un gran acuerdo nacional en el que participen todas las fuerzas políticas, el compromiso de luchar por el desarrollo del Tratado de Paz y la promesa de que el cambio que persigue para Colombia sea desde una política de entendimiento y diálogo, nunca para construir más odios, fueron algunas de las promesas más importantes que Gustavo Petro (62 años), elegido presidente para los próximos cuatro años, realizó en el discurso de la victoria del domingo en Bogotá.
Petro ganó en una segunda vuelta en la que sumó 11.278.437 votos (50%), mientras que su rival, Rodolfo Hernández, obtuvo el 47%, más de 10 millones de sufragios. El triunfo del economista, exalcalde de Bogotá y con un pasado rebelde en el grupo guerrillero M-19, significa un vuelco en la política colombiana, que por primera vez tendrá a un dirigente de izquierdas.
Era la tercera vez que Petro acudía a unas elecciones a la Presidencia. En las de 2010, el candidato de la coalición Pacto Histórico y líder fundador del partido Colombia Humana fue derrotado por Juan Manuel Santos y en 2018 por Iván Duque. Ganó en la cita en la que más colombianos se han acercado a las urnas.
Arreón final Ambos candidatos buscaron hasta el último minuto atraerse a un electorado desconfiado
En el camino hacia el poder contó con la colaboración importante de Francia Márquez, una luchadora ambiental afrocolombiana. Una defensora de los derechos humanos que en poco tiempo se ha convertido en todo un hito político, hasta el punto de haber sufrido varias amenazas de muerte. Márquez será la vicepresidenta de un Gobierno que tendrá como prioridad lograr la paz en un país que convive con las lacras del narcotráfico, el paramilitarismo, la guerrilla y la corrupción política. Una nación en la que han sido asesinados más de ochocientos líderes sociales y que cuenta con la triste estadística de ser el segundo con mayor desigualdad de Sudamérica. «La paz es que alguien como yo pueda ser presidente o que alguien como Francia pueda ser vicepresidenta. La paz es que dejemos de matarnos unos a los otros», señaló Petro en su primer discurso tras conocer los resultados de la votación.
En su editorial, el diario 'El Espectador' señalaba la importancia de que por vez primera Colombia tuviera un líder izquierdista. Bajo el título 'A sanar heridas con apertura a la izquierda democrática', el diario bogotano profundizaba: «Después de varias décadas de estigmatización a todo lo que fuese izquierda, al punto de la aniquilación de un partido político entero por su manera de pensar, Colombia eligió este lunes, por primera vez y de manera contundente, a un presidente de esa tendencia ideológica. La llegada al poder de Gustavo Petro y Francia Márquez representa, también, la materialización de una de las promesas de un país que sueña en paz: la alternancia del poder, la apertura a todas las posturas y la capacidad de tramitar nuestras diferencias en las urnas. Se trata de un estruendoso rechazo al Gobierno de Iván Duque y a las dos décadas de dominio uribista. Ahora la pregunta es cómo vamos a sanar entre todos tantas heridas abiertas».
'El Tiempo', por su parte, también ponía acento especialmente en que Petro abra una vía de diálogo con todos los partidos. 'Relevo inédito' era el título del editorial: «Son muchos y muy complejos los retos que encontrará Petro una vez asuma el cargo el 7 de agosto. Ya habrá tiempo para detenerse en cada uno. Pero hay uno fundamental: mostrar el talante de un líder llamado a unir un país dividido. Obrar con generosidad y sincero ánimo de inclusión, sin cuentas de cobro, con la grandeza de los gobernantes que miran al futuro. Esto implica entender que su liderazgo ahora cobija también a las más de 10.580.000 personas que respaldaron la aspiración de Hernández. Es crucial el demostrar con hechos de su compromiso con la responsabilidad que encarna ser la cabeza máxima del Estado, guardián de la Constitución. Pasar la página de una larga trayectoria marcada por posturas críticas y dar paso a una en la que de sus decisiones depende la salvaguarda del Estado de Derecho».
En su discurso el nuevo presidente de Colombia ya había dicho que el cambio que propone para su país «no es para vengarnos. Nosotros queremos que Colombia en medio de su diversidad sea una sola. Las elecciones más o menos han mostrado dos Colombias cercanas en términos de votos». En este sentido, Petro también llamó a participar del diálogo a Rodolfo Hernández y a Álvaro Uribe, expresidente del país entre 2002 y 2010, y hombre al que se atribuye el mal Gobierno de Iván Duque.
Petro recibió este lunes las felicitaciones de todos los líderes izquierdistas de América Latina. Desde Gabriel Boric, que gobierna en Chile hasta Andrés Manuel López Obrador, presidente de México; pasado por Alberto Fernández (Argentina), Miguel Díaz-Canel (Cuba) y Nicolás Maduro, líder chavista que encabeza el régimen bolivariano de Venezuela, quien espera reanudar y mejorar las relaciones diplomáticas, se congratularon por el cambio experimentado por Colombia.
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