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Donald Trump se dirige al público asistente al mitin que dio el pasado sábado en Waco (Texas). AFP

Donald Trump se convierte en el primer expresidente imputado de Estados Unidos

El fiscal de Nueva York Alvin Bragg negociará ahora su entrega para ficharle acusado de comprar el silencio de la actriz porno Stormy Daniels

Mercedes Gallego

Corresponsal. Nueva York

Jueves, 30 de marzo 2023, 23:49

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Todos y cada uno de los 45.000 agentes de policía que tiene la ciudad de Nueva York estarán en servicio hoy viernes desde que amanezca a las 7:00 h de la mañana, de acuerdo a una circular interna del departamento de policía de Nueva York (NYPD) que obtuvo anoche la cadena NBC.

El motivo de ese fenomenal despliegue es el trauma que dejó en el país la insurrección del 6 de enero de 2020, cuando Donald Trump lanzó sus huestes contra el Capitolio para impedir que se certificara su derrota electoral. Ahora que se ha convertido en el primer expresidente imputado en la historia de Estados Unidos llega el momento de poner a prueba su influencia agitándolos para otra revuelta. «Protestad. Tomad el país», había dicho por las redes sociales.

En los doce días transcurridos desde que anunció su «inminente» detención, los pocos seguidores que se han manifestado ante los tribunales del Bajo Manhattan han sido superados con creces por el número de periodistas expectantes. Todo eso puede cambiar cuando el ex presidente aterrice el martes en Nueva York para entregarse a la justicia. Según Politico, el fiscal del distrito Alvin Bragg quería ficharle este mismo viernes, pero sus abogados alegaron que los servicios secretos que le protegen necesitan más tiempo para prepararse.

La detención de un expresidente es sin duda un terreno sin explorar, con un mandatario que no deja de marcar nuevos hitos tras sufrir dos procesos de 'impeachment' y reescribir una y otra vez el código de honor de la presidencia de Estados Unidos. Aún así, nunca antes se había devaluado tanto la dignidad de los venerados comandantes en jefe que hacían la guerra y la paz en el mundo. «Nadie está por encima de la ley», ha advertido la ex portavoz del Congreso Nancy Pelosi.

Habrá un trato deferencial para el multimillonario que puede ser enjuiciado por 30 delitos relacionados con el fraude empresarial, derivados de haber manipulado contablemente el pago de 130.000 dólares a la estrella del cine porno Stormy Daniels para comprar su silencio una semana antes de las elecciones de 2016 que le llevaron a la Casa Blanca. La decisión del gran jurado compuesto por 23 neoyorquinos que han estudiado las pruebas y testimonios durante meses seguía anoche en custodia de la fiscalía, que no había hecho públicos los cargos, pero cuyo número había sido divulgado por fuentes de CNN y confirmado por uno de los letrados de Trump.

Candidatura vigente

Al desconocerse con precisión los delitos de los que se le acusa, es difícil calcular cuáles son las penas que conllevarían, en caso de que el magnate fuese declarado culpable al final de un juicio que puede durar dos años. Incluso su condena no le impediría presentarse a las elecciones y llegar a la Casa Blanca. Con todo, sería inusual que entrase a la cárcel por ello, al carecer de antecedentes penales a sus 76 años.

Según la cadena NBC, presidirá el juicio el mismo juez que hace dos meses impuso a su empresa una multa de 1,6 millones de dólares por fraude fiscal. El juez Juan Merchan, nacido en Colombia, se crió en Queens desde los seis años, el mismo barrio donde creció Trump, aunque ambos tuvieron una infancia muy distinta. Con un juez hispano y un fiscal afroamericano al que llama «animal», el ex presidente tiene frente a sí las cabezas de turco perfectas para agitar el racismo que ha utilizado como arma electoral desde el día en que anunció su candidatura en 2015.

Frente a esa Torre Trump de la quinta avenida por la que descendió hasta el centro de la hoguera política se agrupaban ayer cámaras y curiosos entre vallas policiales que acordonan el rascacielos. «Saben que allí no puedo tener un juicio justo«, bramó el ex presidente por las redes sociales desde su mansión de Mar-a-Lago en Palm Beach (Florida). Esa puede ser parte de su estrategia, pero antes tendrá que verse las caras este martes con el fiscal Bragg y el juez Marchan en la vista en la que se le leerán los cargos, después de tomarle las huellas dactilares y una foto histórica.

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