Borrar
Donal Trump, durante su comparecencia ante la prensa. Afp
Trump: «A Biden le han robado la presidencia»

Trump: «A Biden le han robado la presidencia»

El magnate sale al ataque, nervioso por el auge de Kamala Harris

Mercedes Gallego

Nueva York

Viernes, 9 de agosto 2024, 00:06

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Opciones para compartir

Uno sabe que Donald Trump está nervioso cuando sale al ataque. El magnate se relaja cuando se siente seguro de aplastar a su rival y le perdona la vida. Con la victoria en la mano, saca su cara más amable, como le ocurrió tras sentirse consagrado al sobrevivir milagrosamente a un intento de asesinato. Las tornas cambiaron el día en que Joe Biden renunció a la candidatura en favor de su vicepresidenta, Kamala Harris. «Odio estar defendiéndole, pero le robaron la presidencia», acusó durante su primera conferencia de prensa desde que Harris es su rival.

La aplastante ventaja que llevaba en las encuestas se ha desvanecido en apenas dos semanas. En la última encuesta del New York Times, Harris saca seis puntos más que Biden entre los blancos sin educación universitaria que forman la base de Trump, nueve puntos más entre los afroamericanos, once entre los independientes, doce con las mujeres y 30 entre los jóvenes menores de 30 años. Fuentes del Washington Post dicen que el ex presidente está furioso y culpa a su equipo. Una vez más, ayer pensó que el único que puede arreglarlo es él. Por eso convocó repentinamente una conferencia de prensa en un salón «que vale 18 millones de dólares», insistió, de su residencia de Mar-a- Lago (Palm Beach), durante la cual vilipendió a Harris con bulos e insultos y contestó a preguntas de la prensa durante hora y media, sin ultrajar a los periodistas, para variar.

«Francamente, hubiera preferido presentarme contra alguien más», reconoció antes de salir en defensa de Biden. «La gente decía que después del debate no podía ganar. Bueno, no sé, pero tanto si podía ganar o no, tenía derecho a presentarse. Le dijeron: o lo hacemos por las buenas o por las malas. Te aseguro que ahora mismo no está contento. Seguro que se arrepiente de haberla elegido. Yo no soy fan suyo, ya lo sabéis, pero me siento mal por él».

Se trataba de denigrar a Harris, que «no es muy lista», ensalzando a otras estrellas demócratas de su universo. Así, Hillary Clinton «era muy lista», dijo, «en cuestión de inteligencia era muy superior, si me pedís que la compare, por favor», rogó. De ganar en noviembre, Harris lograría el sueño truncado de una mujer presidenta en Estados Unidos. Tras haber vencido a la que fue su rival en 2016, Clinton es, de pronto, un ser «inteligentísimo» con un solo problema: «Ella era su peor enemigo», la compadeció. «Todo el mundo quería que la encerrase y yo me resistí. No hubiera estado bien encerrar a la mujer de un ex presidente y ahora, mira lo que están haciendo conmigo». El «lock her up» de su campaña (¡Enciérrala!) ha sido retomado por el público que acude estos días a los mítines de Harris, una ex fiscal general de California que se enfrenta a un criminal convicto y que solo podrá votar por sí mismo gracias a que su juicio ocurrió en Nueva York, donde, a diferencia de la mayor parte del país, quienes tienen una condena judicial aún pueden ejercer el derecho al voto mientras no estén en la cárcel. El juez Juan Merchan reconsiderará la sentencia el mes que viene, a raíz de la inmunidad que le ha concedido el Supremo en su fallo de junio.

A Harris y a su pareja electoral, el gobernador de Minnesota Tim Walz, los tacha de unos izquierdistas radicales «como nunca se ha visto» en la historia electoral de Estados Unidos, de comunistas para arriba. «Ella quiere quitarle las armas a todo el mundo», aseguró.

Lo que más nervioso parece ponerle es que la prensa destaque el entusiasmo que genera. «Yo tenía 107.000 personas en New Jersey», mintió, «y no lo contasteis», protestó. «Y cuando ella mete a 1500, que lo vi ayer en ABC, dicen, mira el tamaño del público. ¡El mío es 10 veces, 20 veces, ¡30 veces más grande! Pero eso nunca lo cuentan. Es terrible que cuando ella tiene 1000 o 1500 personas todo el mundo hable de entusiasmo. Dejadme deciros, el Partido Republicano y yo, su candidato, somos los del entusiasmo», aseguró. En la última encuesta de NBC, frente al 33% de los demócratas que estaban satisfechos con Biden como candidato, el 81% dice estarlo ahora con Harris. Una cifra ligeramente superior a la de los republicanos satisfechos con la candidatura de Trump.

Este periódico pudo constatar el miércoles en Filadelfia que la vicepresidenta llenó el pabellón hasta la bandera, con un estimado de 12.000 personas. El ambiente era tan festivo que las miles que no pudieron entrar se quedaron en la cola durante horas para disfrutarlo, a sabiendas de que el recinto había sobrepasado ya su capacidad y el mitin tocaba a su fin. Según todos los observadores, la ilusión por Harris no para de crecer, proporcionalmente al enojo de su rival, que hasta hace solo dos semanas se creía el ganador inevitable de estas elecciones. Trump se juega mucho, porque con su vuelta a la Casa Blanca adquiriría también el poder para exonerarse a sí mismo de los delitos por los que se le acusa y perdonar a sus colaboradores y a todos los que participaron en el asalto al Capitolio del 6 de enero, su último intento y desesperado intento de impedir la certificación de la victoria de Biden en 2020.

Esta vez, «si tenemos unas elecciones honestas», remachó, agitando la sombra del fraude, dice estar convencido de que ganará en estados como Georgia y Pensilvania «por mucho», lo que probablemente le granjearía la victoria en las generales. Biden dijo ayer en un adelanto de la entrevista con CBS que se emitirá el domingo, no tener «ninguna confianza» en que haya una transición pacífica si Trump pierde en noviembre. «¿Por qué no lo sacó en el debate?», preguntó el magnate cuando ayer se le confrontó con esa preocupación. «Tuvo la oportunidad durante 90 minutos y no dijo nada».

Sin duda Harris lo sacará a relucir en el debate que ambas campañas han acordado para el 10 de septiembre, anunció ayer Trump. De hecho, el magnate, del que se decía tiene miedo a debatir a la elocuente fiscal, quiere que sean tres los duelos, para que no queden dudas sobre su confianza. En 2020 Harris recibió tan poco apoyo durante las primarias que se retiró antes de los caucus de Iowa, pero si en algo brilló fue en los debates.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios