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La calle francesa da un primer aviso al Gobierno «antidemocrático» de Barnier y Macron

La calle francesa da un primer aviso al Gobierno «antidemocrático» de Barnier y Macron

Decenas de miles personas se manifiestan en Francia en contra de la designación como primer ministro de un dirigente de la cuarta fuerza parlamentaria

Enric Bonet

Sábado, 7 de septiembre 2024, 19:59

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«Es un abuso democrático». Lucie Salomon, de 24 años y estudiante en Sciences Po París, no se mordía la lengua a la hora de calificar la contestada decisión del presidente francés, Emmanuel Macron, de nombrar como primer ministro al conservador Michel Barnier, de 73 años. Eran las cuatro de la tarde del sábado y aún había unos pocos miles de personas en la Plaza de la Bastilla a pesar de que la manifestación contra el «golpe de fuerza» de Macron había empezado hacía dos horas desde ese mismo lugar. La rabia y el hartazgo abundaban entre los concentrados, la mayoría de ellos jóvenes, en ese icónico lugar parisino.

«En las legislativas (del 30 de junio y el 7 de julio), votó mucha gente que no solía hacerlo y ahora se dice que ese resultado no fue respetado», lamentaba Salomon en declaraciones a El Correo, mencionando la elevada participación en esos comicios. Tras dos meses de una larga espera por parte del jefe del Estado, Macron designó finalmente el jueves como responsable del Ejecutivo a un dirigente de la derecha tradicional de Los Republicanos (LR), que terminó cuarta con el 5% de los votos en la segunda vuelta.

Fue una decisión extraña al estar muy alejada ideológicamente de la coalición de izquierdas del Nuevo Frente Popular, que encarna el primer bloque en una muy fragmentada Asamblea Nacional. Con este nombramiento, Macron no solo corre el riesgo de acentuar la crisis de representatividad en el país, sino también de incendiar al bullicioso pueblo galo.

Las protestas de este sábado en 130 localidades representaron un primer aviso. Organizadas por dos organizaciones estudiantiles cercanas a la Francia Insumisa (afines a Sumar o Podemos), no se esperaba que fueran multitudinarias. Finalmente, reunieron entre 300.000 personas, según los organizadores, y decenas de miles, según las autoridades, en el conjunto del territorio galo. Fue una movilización superior a otra protesta convocada por los mismos colectivos de jóvenes en enero de 2023 contra la impopular subida de la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años. Lo que refleja que hay una corriente de fondo peligrosa para Macron.

«Bajo vigilancia de RN»

«Tras la tregua del verano y los Juegos Olímpicos, la gente vuelve a sus vidas normales y está más cabreada que nunca», sostenía Clem Ravaz, de 26 años. Esta actriz, presente en el cortejo parisino, presumía de haber firmado la petición en internet exigiendo la dimisión del presidente, que en pocas semanas reunió más de 275.000 firmas.

La manifestación en la capital, que terminó en la Plaza de la Nación, congregó entre 160.000 (organizadores) y 26.000 personas (policía). Transcurrió bajo un ambiente festivo, sin los recurrentes enfrentamientos entre manifestantes y antidisturbios. «Bienvenidos a la negación de la democracia», «Ninguna legitimidad para Michel Barnier» o «Dimisión, destitución y decapitación»; eran algunos de los mensajes que se podían leer en las pancartas. Estos auguran una oposición frontal respecto al flamante 'premier' del pueblo de izquierdas, así como de las formaciones progresistas que ya anunciaron una moción de censura.

Esta situación ha dejado a la Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) de Marine Le Pen en una cómoda posición de árbitro. La extrema derecha tiene prácticamente el monopolio del botón rojo de la continuidad del nuevo Ejecutivo. «El señor Barnier es un primer ministro bajo vigilancia (...) de RN», presumió por la mañana Jordan Bardella, número dos del lepenismo. «Estoy bajo vigilancia de todos los franceses», le respondió el mandatario conservador durante su primer desplazamiento en un hospital en París. Entre la indignación de la calle y la sombra de Le Pen, los inicios de Barnier en Matignon no se presentan fáciles.

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