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Stefano Bonaccini, candidato a suceder a Enrico Letta
La izquierda italiana elige nuevo líder para intentar salir del coma

La izquierda italiana elige nuevo líder para intentar salir del coma

Stefano Bonaccini, presidente regional de Emilia Romaña, es el favorito para ganar las primarias del Partido Democrático

Darío Menor

Roma

Sábado, 25 de febrero 2023, 21:18

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La gran preocupación de esta semana para los militantes del Partido Democrático (PD) era encontrar carpas resistentes a la lluvia y al viento que va a azotar este domingo casi toda Italia. El mal tiempo es la última dificultad para la principal fuerza política del centroizquierda del país, que celebra sus elecciones primarias en un día en que salir de casa para acudir a alguna de los 5.500 urnas instaladas en las calles puede convertirse en un gesto casi heróico, dificultando así el objetivo de lograr al menos un millón de votos. De confirmarse la baja participación, sería la ratificación ulterior del difícil período por el que pasan los progresistas italianos, humillados por la derechista Giorgia Meloni en las elecciones del pasado septiembre y en estado comatoso desde entonces.

El mal resultado en aquellos comicios propició la dimisión de Enrico Letta como líder del PD, abriendo una carrera a la sucesión que concluyen este domingo Stefano Bonaccini y Elly Schlein. Ellos fueron los dos primeros clasificados en la votación celebrada entre los militantes la semana pasada y ahora se someterán al escrutinio de todos los italianos que tengan al menos 16 años y de los extranjeros que residan legalmente en el país. Los ciudadanos que deseen participar en las primarias deberán además pagar dos euros y declarar que son votantes del PD. Salvo sorpresa de última hora, el elegido será Bonaccini, presidente regional de Emilia-Romaña y con fama de buen gestor en este rico territorio.

Lesbiana y ultrafeminista, Schlein, que quedó 18 puntos por debajo de Bonaccini en la votación de los militantes del 19 de febrero, es vista como una opción más a la izquierda que su rival. Esa imagen, que puede asustar al votante más centrista, es precisamente la que Schlein trata de explotar para intentar dar la sorpresa y revitalizar a su partido. Schlein y Bonaccini se conocen bien, ya que antes de ser elegida diputada en los últimos comicios generales, la aspirante fue vicepresidenta regional de Emilia-Romaña.

En los 15 años transcurridos desde su fundación, el PD ha devorado a ocho líderes distintos: menos de dos años de media le han durado. No extraña por tanto la broma que circulaba estas últimas semanas en sus sedes ante la inminencia de las primarias: «Elegimos al próximo exsecretario general». Se trata de una confirmación más de las pocas esperanzas que tiene la izquierda de volver al poder en breve, lo que obedece a dos motivos: el desgaste de apoyar todos los gobiernos técnicos de los últimos años y la pujanza de Meloni, confirmada en las recientes victorias de la derecha en las elecciones regionales en Lombardia y Lacio. Hasta Letta y Bonaccini han tenido recientemente buenas palabras para la primera ministra. Mientras que el líder saliente del PD celebró que la jefa de Gobierno esté demostrando ser «mejor de lo que nos esperábamos», el favorito para sucederle reconoció que era una política «capaz» y que «no es fascista», dando así carpetazo a la acusación habitual que se le hace a Meloni.

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