El ministro británico de Justicia, Dominic Raab, dimite por acoso laboral

El ministro de Justicia británico, Dominic Raab, ha presentado la dimisión tras hacerse público un informe sobre las ocho denuncias por acoso laboral presentadas en su contra. Su marcha es una crónica anunciada. De hecho, esta mañana se especulaba si este político que ha ocupado diferentes cargos ministeriales a lo largo de su carrera tomaría la decisión de dejar su puesto o el primer ministro, Rishi Sunak, se vería obligado a cesarle con el fin de evitar una crisis profunda del Gobierno.

El propio jefe del Ejecutivo recibió el jueves el informe que otorga veracidad a algunas de las quejas. Raab ha sido acusado de bullying por veinticuatro funcionarios adscritos a tres departamentos donde ha ejercido como ministro. Fue responsable del proceso del Brexit, ministerio por el que pasó en 2018, luego ejerció como jefe de la diplomacia británica entre 2019 y 2021 y finalmente se ha ocupado de la cartera de Justicia, además de asumir las funciones de viceprimer ministro. Es miembro del círculo de confianza de Sunak y anteriormente estuvo a las órdenes del ex'premier' Boris Johnson. En el caso del Ministerio de Exteriores, algunos empleados confesaron que era «muy duro» y que acudían «asustados» a su trabajo ante las reacciones de su jefe.

Las denuncias no son nuevas. El informe recibido por el primer ministro es el resultado de una investigación independiente que él mismo encargó en noviembre a petición de su subordinado, quien se comprometió a renunciar a su cargo si se acreditaban indicios de acoso. «Creo que es importante mantener mi palabra», señala en la carta de dimisión que ha publicado en sus redes sociales. Raab precisa, no obstante, que el informe descarta seis de las ocho acusaciones y que incluso estas parecen sembrarle dudas. A su juicio, los ministros deben tener margen para dar «respuestas directas críticas» a los funcionarios a su cargo.

El ya extitular de Justicia considera, además, que la investigación «sienta un precedente peligroso» porque «pone un listón para el acoso tan bajo» que puede provocar «quejas espurias» contra otros altos cargos del Gobierno de Sunak. La renuncia pone precisamente en un brete al Ejecutivo británico, pero al mismo tiempo alivia a Sunak de la presión de la oposición, que le culpaba de retrasar el despido de Raab, uno de sus grandes aliados en el gabinete y hombre fuerte del partido.