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La fotografía intervenida de la princesa de Gales y sus hijos. R. C.
Kate, la realeza y el gran museo del retrato de Londres
Ecos del mundo

Kate, la realeza y el gran museo del retrato de Londres

Con el patronato de la princesa de Gales, el National Portrait Gallery custodia y exhibe obras con Enrique VIII y sus seis esposas o serigrafías de Warhol con Isabel II

Iñigo Gurruchaga

Sábado, 10 de agosto 2024, 13:05

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El retrato más conocido de 2024 es el que publicó el Palacio de Kensington el primero de marzo. Era la primera imagen de la princesa de Gales desde la operación de abdomen que había tenido en enero. Catalina posaba sentada y sonriente con sus tres hijos ante la supuesta cámara de su marido, el príncipe Guillermo. Cinco agencias internacionales de noticias retiraron la fotografía horas después.

En la era de la cámara en el móvil y de millones de 'selfies', autorretratos bisílabos, causó un gran escándalo que la princesa de Gales hubiese manipulado su estampa y la de su familia. Días después compareció ante las cámaras de la BBC para confesar que recibe un tratamiento contra el cáncer. Gente imaginativa ya la daba por muerta, por el silencio de Palacio y la foto trucada.

Kate Middleton no ha abandonado la afición por la fotografía o por su publicación. En junio Palacio distribuyó otra foto de familia para festejar que Guillermo cumplía 42 años. Padre e hijos saltaban a la arena de una playa. Esta semana, la foto era de su hijo mayor, Jorge, al cumplir 11 años. Taylor Swift publicó ese día un 'selfie' con sus fans, Jorge y Charlotte, y su padre.

Los miembros de la familia real británica otorgan a comercios emblemas de reconocimiento de que son clientes habituales y adoptan la posición de patrones de todo tipo de asociaciones y entes. Entre los patronazgos elegidos por Catherine se cuentan la Real Sociedad de Fotografía y la National Portrait Gallery (el Museo Nacional del Retrato británico).

Hay una enorme colección de reyes y príncipes en este museo. Su retrato más antiguo es el de Enrique VII, el primer monarca de la dinastía medieval de los Tudor. La fascinación con aquel tiempo es notoria. El sucesor, Enrique VIII, rompió con el Papa de Roma porque no le dejó divorciarse de otra Catalina, esta de Aragón e hija de los Reyes Católicos.

La exposición actual sobre las seis esposas que tuvo el padre de Isabel I es soberbia para la mayoría de los críticos. Es también un éxito de público, que puede culminar su fascinación por aquel tiempo acudiendo en el cercano WestEnd, a ver 'Seis, el musical', en el que las seis divorciadas, rechazadas, asesinadas… por Enrique VIII forman una banda musical.

Un mosaico de Amy Winehouse y un retrato de Shakeaspeare se codean con las fotos de familia del príncipe Guillermo

Los retratos de monarcas contemporáneos son distintos. Son múltiples los de Isabel II en los archivos del museo. Ahora cuelga en las paredes del museo del retrato la típica galería de serigrafías rápidas de Andy Warhol. La imagen del rey Carlos III es una fotografía en la portada de la revista americana 'Time'. Y Catalina posó en su 40 cumpleaños para Paolo Roversi, que ha fotografiado a modelos y actrices para el calendario de Pirelli.

El mundo ha cambiado, pero la misión del Museo del Retrato sigue siendo la de «contar la historia del Reino Unido mediante el retrato y abogar en favor de esa forma de arte internacionalmente». Thomas Carlyle, ensayista e historiador, promovió su creación. «He descubierto que el retrato es como una vela que permite leer por primera vez las biografías e interpretarlas de manera humana», escribió en 1854.

Historia magistral

El museo, que muestra el único retrato en vivo de William Shakeaspeare y un mosaico de imágenes mediáticas de la fallecida cantante Amy Winehouse, tiene la mayor colección de retratos del mundo, unos 311.000 cuadros, esculturas, miniaturas, obras en papel, dibujos y copias impresas.

Mark Stuart-Smith, artista y profesor de arte, que ha publicado recientemente su libro 'Juan Muñoz, the politics of silence', sobre el artista español, afirma: «Las imágenes han sido siempre creadas como medio para la comunicación y expresión social, y eso es ya claro incluso en las pinturas de Altamira. No hay una separación fundamental entre historia e imágenes».

¿Sus retratos preferidos? «Al principio de los noventa pasé tiempo contemplando el autorretrato de Rembrandt a sus 63 años. No me interesaba mucho entonces cómo había logrado un cuadro tan asombroso. Simplemente quería estar en su presencia». Y enumera otras de sus obras predilectas: «De todos los retratos de Velázquez, quizás el 'Retrato de una niña', que está en la Hispanic Society of America».

Le siguen 'El retrato de su prima Gerda Boehm' (1961), por Frank Auerbach, y 'Double bind', de Juan Muñoz, que «refleja los primeros años del artista en Londres, en la década de los setenta, donde su hermano mayor, Vicente, buscaba alivio a su enfermedad mental y a su angustia. Para la instalación, Muñoz tomó la máscara del rostro de su hermano en una expresión atormentada. Todas las numerosas figuras, salvo una, que habitaban la instalación tenían la apariencia de Vicente. La única otra figura era el mismo Muñoz, riendo».

«Como retrato de dos hermanos es una insondable y perturbadora broma privada», prosigue. «Mira también hacia 'Las meninas': es el retrato de un artista rodeado por los atributos y maquinarias de representación, incluyendo aquí a su modelo, su hermano».

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