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«No sé en qué ayuda la ensalada de hostias de ayer a que nos vaya bien en las elecciones municipales y autonómicas».La reflexión que el exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias lanzó ayer en RAC1 ayuda a describir gráficamente, a través de uno de sus protagonistas, la turbulenta situación que se vive actualmente en el espacio político situado a la izquierda del PSOE. El pulso continúa con los medios de comunicación convertidos ahora en un ring de boxeo desde donde Podemos y Sumar, una vez congelados los canales de interlocución tradicionales, se intercambian mensajes diariamente. En esa línea, la ministra de Igualdad, Irene Montero, respondió a la entrevista que Yolanda Díaz concedió el domingo a La Sexta, y le culpó de «reforzar la idea de que Podemos y Sumar no concurrirán juntos a las generales».
Horas antes, desde el 'prime time' domincal,la líder gallega había acusado a Podemos de «pedir la unidad a torta limpia» y «deprimir», con su estilo de negociar, «al electorado». De su designación como sucesora por parte de Pablo Iglesias desveló lo que era un secreto a voces, lo «mal» que le sentó por la forma y el modo de hacerlo, y que estuvo a punto de abandonar el Gobierno como respuesta. Al entonces vicepresidente lo definió como «un político genial» y, a la vez, como «un cascarrabias».Pero, más allá de los motivos personales, dio la puntilla a los morados al insinuar que apoyará a Mónica García, candidata de Más Madrid a la Comunidad, antes que a Alejandra Jacinto, la cabeza de lista de Unidas Podemos (Podemos, IU y Alianza Verde), coalición a la que la propia Díaz representa en el Gobierno.
La propia Jacinto, que ejercía este lunes de coportavoz del partido en la habitual rueda de prensa de los lunes en la sede de Podemos, trataba de felicitarse por el acuerdo en ley de vivienda, pero recibió numerosas preguntas relacionadas con esta cuestión. «Estoy convencida de estar haciendo las cosas bien, de haber sumado con las fuerzas que han querido sumar con Podemos», respondió para salir al paso.
Pese al intercambio de golpes, los cargos de Podemos optan por evitar en público el cuerpo a cuerpo a menos de seis semanas para las elecciones del 28 de mayo. La consigna es que la unión con los de Díaz antes de las generales será «la condición para renovar el Ejecutivo de coalición», como señaló el coportavoz de la formación Pablo Fernández, que pidió a la líder gallega «apoyo» en la campaña electoral. «El mensaje que lanzamos es el de unidad, unidad y mano tendida a Yolanda Díaz para llegar a un acuerdo de coalición. Esta misma tarde podría llamar a Ione (Belarra) y cerrarlo, con un acuerdo mínimo de primarias», añadió.Sin embargo, ambas partes reconocen que, desde una semana antes del acto en el que la vicepresidenta lanzó su candidatura a la Moncloa, no ha habido avances y la oferta de los morados de celebrar primarias abiertas a toda la ciudadanía sigue sin ser aceptada por el equipo de Sumar.
El propio Iglesias salió este lunes también al paso de las críticas sobre su «excesiva presencia» en los medios y si esta condiciona la capacidad de maniobra de la dirección que encabeza la ministra Ione Belarra. El exvicepresidente, sin mando en plaza pero con autoridad sobre los suyos, sostiene ahora que esto respondería a una «petición» de la secretaria general para convertirse en un«activo mediático».
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