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El president Pere Aragonés comparece ante los medios tras la reunión que mantuvo con el secretario general de JxCat, Jordi Turull. EFE

Esquerra y Junts se dan un margen antes de consumar el divorcio

Aragonès exige a sus socios que tomen la decisión sobre romper o no con la máxima celeridad

cristian reino

Barcelona

Viernes, 30 de septiembre 2022, 11:50

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Después de la no ruptura -de momento- de Junts, los dos socios del Govern se dieron este viernes una tregua y dejaron todas las puertas abiertas. Aunque no se produjo ningún avance en la delicada situación en la que está el Ejecutivo catalán, que se encuentra tocado y casi hundido, según coincidieron las fuerzas de la oposición.

La de este viernes fue una jornada de gestos en el Parlament de Cataluña, en el último día del debate de política general, que empezó el martes más o menos tranquilo y acaba con el vicepresidente de la Generalitat cesado por Pere Aragonès y con el Govern pendiente de lo que decida la militancia de Junts la semana que viene. En las votaciones sobre las resoluciones del debate, ERC y Junts decidieron no precipitar la ruptura y evitaron hacerse daño.

De tal manera que Junts no apoyó una iniciativa del PP para forzar a Aragonès a someterse a una cuestión de confianza, que fue el detonante de la tormenta cuando lo propuso el martes el portavoz juntero. Esquerra, mientras, apoyó una resolución planteada por Junts que reivindicó el mandato del 1-O como «legítimo». Entre ambos, sacaron adelante 20 de las 21 propuestas presentadas de manera conjunta. Junts no respaldó una moción de los comunes que abogaba por una ley de claridad a la canadiense, como defendió Aragonès el martes.

Aragonès tiende la mano a sus socios y afirma que su prioridad es que el actual gobierno se mantenga y pueda continuar

A pesar de alguna discrepancia, la coalición, al menos en la Cámara catalana, actuó este viernes como un bloque. Es un gesto de distensión. Como el que hizo, pero en sentido contrario, la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, de sentarse en el escaño del vicepresidente. Tras la destitución de Jordi Puigneró, su lugar en el Parlament está vacío, toda vez que Junts no ha designado un sustituto. Vilagrà ocupó su lugar, en señal por parte de ERC, de que pueden gobernar solos. El presidente de la Generalitat, no obstante, tomó la palabra en la última jornada del debate para expresar que su voluntad es que el actual gobierno, formado por ERC y Junts, se mantenga. «Mi apuesta es que el Govern actual pueda continuar, es mi prioridad», dijo. Pero al mismo tiempo avisó de que, «sobre todo», quiere «continuar con un ejecutivo compactado y centrado».

Aragonès reclamó a Junts que decida con celeridad si sigue o rompe. «Todavía estamos a tiempo de arreglarlo, tenemos toda la voluntad», afirmó el portavoz posconvergente, Albert Batet, en su réplica parlamentaria. Junts dio el jueves 72 horas a Aragonès para reconducir la situación. Tienen todo el fin de semana para llegar a un acuerdo y cerrar la crisis. De lo contrario, los cerca de 3.000 militantes de Junts serán llamados el jueves y el viernes de la semana que viene a decidir en una consulta interna si su partido deja el Ejecutivo catalán.

Pugna por el relato

Tras el choque de los días anteriores, este viernes todo parecían buenas intenciones, aunque la negociación arrancó con bloqueo, ya que Junts exige la restitución de Puigneró. La lucha por el relato también es importante. Ha sido una constante durante años de 'procés': ninguno de los socios quiere aparecer como el causante de la ruptura. Aragonès cesó a Puigneró y enseñó la puerta de salida a sus socios, les invitó a marcharse del Ejecutivo, pero dejando la decisión final en manos de los de Puigdemont. El presidente de la Generalitat se está manteniendo firme, aguanta la presión y se niega a variar el rumbo, tal y como piden los postconvergentes. Para ERC, esta crisis solo se debe a los problemas internos de Junts.

Los junteros, por su parte, se escudan en la militancia y cargan la responsabilidad en el presidente de la Generalitat por no cumplir, a su juicio, los acuerdos de gobierno. Le piden que liquide la mesa de diálogo, que rompa con el PSOE en el Congreso y que cree un estado mayor del independentismo.

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