El popular Pedro Rollán presidirá un Senado que intentará hacer de contrapeso al Gobierno

Además de la Presidencia del Senado, el PP controlará la Mesa con una Vicepresidencia y dos Secretarías que ocuparán el hasta ahora portavoz del PP en esta cámara, Javier Maroto (vicepresidente primero), la representante valenciana Eva Ortiz y la parlamentaria por Madrid María del Mar Blanco. El PSOE contará con una Vicepresidencia Segunda, que recae en el expresidente de Extremadura Guillermo Fernández Vara, y las otras dos Secretarías, en las que estarán la senadora cordobesa María Ángeles Luna y el canario Francisco Manuel Fajardo.

El nuevo presidente del Senado, Pedro Rollán (Madrid, 1969), tiene una larga trayectoria en el Partido Popular. Alcalde de Torrejón de Ardoz entre 2007 y 2015, entró ese año en el Gobierno de la Comunidad de Madrid de Cristina Cifuentes como consejero de Infraestructuras, Transportes y Vivienda y más tarde como consejero de Medio Ambiente, Ordenación Territorial y Administración Local.

Posteriormente, fue portavoz del Gobierno de Ángel Garrido e incluso presidente de la Comunidad de Madrid en funciones entre abril y agosto de 2019. Tras abandonar el Ejecutivo madrileño con la llegada a la presidencia de Isabel Díaz Ayuso, el anterior líder del PP, Pablo Casado, lo incluyó en las listas del Senado, en las que ha repetido en esta legislatura.

En su primera intervención como presidente del Senado, Rollán ha pedido un minuto de silencio por las víctimas de la violencia machista, ha lamentado el «verano terrible» por el incremento del número de asesinadas y ha reclamado medidas efectivas porque «la retórica no está salvando vidas». Además, ha saludado en todas las lenguas cooficiales de España.

Con la holgada mayoría absoluta del PP (143 asientos de 266, a la espera de la designación de siete representantes autonómicos), el Senado tendrá voz en la tramitación de las leyes que lleguen del Congreso y podrá dilatar su tramitación, modificarlas e incluso vetarlas. En caso de que eso ocurriera, las leyes volverían a la Cámara baja, que podría aprobarlas, aunque necesitaría una mayoría absoluta de los votos.

El PSOE, con 92 senadores (73 logrados el 23-J y 19 de designación autonómica), es la segunda fuerza de la Cámara, mientras las otras dos principales formaciones nacionales tienen una presencia testimonial: Vox tiene tres asientos y Sumar, uno, todos ellos designados por los parlamentos autonómicos. La coalición ERC-Bildu es la tercera formación, con once parlamentarios.

Aunque la función del Senado es limitada, en esta legislatura puede jugar un papel clave en la labor de control del Gobierno a través de mecanismos como las preguntas parlamentarias, las interpelaciones, las mociones, los debates sobre las comunicaciones e informes remitidos por el Ejecutivo, las comparecencias o la reprobación de los ministros.

Además, desde el Senado, el PP podrá convocar comisiones de investigación, una herramienta que no pudo utilizar en la pasada legislatura, cuando la Mesa de la Cámara alta estaba controlada por el PSOE y el PNV.