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Premios Goya

Relevo generacional también en la alfombra azul de los Goya

No hay paridad en lo del atuendo, los chicos van más cómodos. A ellas les matan los tacones y necesitan un ayudante de cámara para ir al aseo

Sábado, 11 de febrero 2023

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Pisar una alfombra roja con un modelazo tendría que ser un derecho recogido en la Constitución. Todo español debería de poder ejercerlo, al menos, una vez en la vida, aunque a nosotras nos mataran los tacones y necesitáramos un ayudante de cámara para ir al aseo. Ellos lo tienen más fácil. Como siempre.

Afortunadamente, y aunque no haya paridad en esto del atuendo, sí la hay en las nominaciones: entre Mejor Dirección y Mejor Dirección Novel, hay cinco mujeres y cinco hombres. Ole. Es una nueva generación de directoras, y este relevo en la industria no solo se nota en el estilo de hacer películas, también en el de vestir. Por eso, Pilar Palomero y Aluada Ruiz de Azúa van con la sofisticación accesible de Teresa Helbig, y las actrices más jóvenes marcan tendencia arriesgando: Luna Pamiés, hipnótica de Maison Alaia, Anna Castillo, con un mono de Gucci con tirantes tapando lo que tiene que tapar, y Ángela Cervantes, vestida de amazona gracias a JC Pajares. Atrás quedan el romanticismo vaporoso, el rollo 'mujer fatal' años 50, y vuelven los noventa, el cut out, las líneas rectas, el minimalismo. Tan mínimo es todo que hasta un bañador te puede servir de vestido: Leticia Dolera lleva uno de Victoria Cimadevilla. Y va fabulosa.

Los colores son puros y planos: el negro gana por mayoría aplastante (Belén Cuesta de Pedro del Hierro, Zoe Stein de Givenchy, María León de Juan Vidal, Clara Lago de Dior), pero también abunda el blanco en todas sus interpretaciones, desde la lencera hasta la nupcial. Y los colores ácidos: Ingrid García-Jonsson, que se ha teñido el pelo de negro azabache y se ha cortado un flequillo asimétrico, lucía un crop top de flecos y falda recta en verde neón de Sportmax. Milena Smit es de las pocas que lleva pantalones, y rinde un homenaje a los 70: lleva un esmoquin en terciopelo, camisa con chorreras y pantalones de campana. Perfectamente lo podía haber llevado en su época Fernando Esteso, que, ¡oh, sorpresa!, acaba de pisar la alfombra.

Por otro lado, y abonadas al lujo más clásico, las grandes de siempre que apuestan a ganar, sin salir de su estilo: Belén Rueda lleva un vestido en Valenzuela Atelier en blanco y dorado, con una cola espectacular; Amaia Salamanca, un azul noche bordado de Zuhair Murad, y Juana Acosta un romántico rosa empolvado.

Mientras van pasando las estrellas, la voz de Blanca Paloma sirve de saeta para esta procesión. El 'eaea' se cuela por los micros de los compañeros especializados en cine, mientras que las periodistas de moda fotografían a diestro y siniestro a gente que ni conozco. «¿Quién es esa?», pregunto. «Una influencer». Con razón. Solo pillo a Dulceida, que va de caperucita roja con un vestido de lentejuelas de corte sirena y capa firmado por Ze García, su habitual para estos eventos.

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Definitivamente, los chicos van más cómodos. Y apostando sobre seguro: la mayoría de esmoquin, excepto alguno en plan 'pasaba por aquí', como Isaki Lacuesta. Pero se agradece que corran riesgos de vez en cuando: Eduardo Casanova, con un dos piezas extraordinario de Arturo Obegero y unos diamantes al cuello de quitar el hipo, o Alfonso Albacete, con falda, o Albert Bosch ('Alcarrás') con un traje cruzado en negro con estampado de insectos. Rodrigo Sorogoyen pone una nota de color, pero solo en sus manos, al pintársela con los tonos de la bandera trans.

Y ya, al final, lo mejor. Una Juliette Binoche maravillosa, rindiendo homenaje a Paco Rabanne. Pero a quien se espera con ansiedad es a Penélope Cruz. Su hermana y su amiga, entiéndase Mónica Cruz y Goya Toledo, ya han pasado y posado. Llega ella, y se monta el revuelo. Con un Dolce & Gabanna vintage negro, despierta tal expectación que, si no llega a ser porque esta noche la muerte de Saura está entristeciendo un tanto la alfombra roja, los periodistas le gritarían ¡Y guapa, y guapa, y guapa! ¡Y reina, y reina, y reina!, como si fuera la Virgen de los Dolores.

Entre tanto modelazo, al final, aparecen los políticos: Yolanda Díaz, Irene Montero, Feijóo y Pedro Sánchez. Pero nos da igual: nuestro mundo acaba después de Penélope.

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