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José Pastor, encarnando al joven Miguel Bosé en el segundo episodio.
La serie de 'Bosé', una loa a un artista en horas bajas

La serie de 'Bosé', una loa a un artista en horas bajas

El biopic del cantante llega a España de la mano de SkyShowtime, una ficción autorizada que no se corta en elogiar al autor de 'Amante bandido', sin apenas mostrar sus sombras

Iker Cortés

Madrid

Viernes, 3 de marzo 2023, 19:46

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Decía Miguel Bosé (Ciudad de Panamá, 66 años) en la entrevista que Jordi Évole le hizo hace ahora un par de años que en su interior había dos personalidades: la intimista, personal y calmada, a la que llamaba Miguel, y la más oscura y salvaje, a la que denominaba Bosé. En 'Bosé', la serie que llega a España el 3 de marzo a través de SkyShowtime, apenas se vislumbra esta última, al menos en los dos primeros episodios.

Articulada en seis capítulos, cada uno de ellos dedicado a una canción -poco tiene que ver con aquel proyecto faraónico de tres temporadas de ocho episodios cada una, que iba a cubrir tres etapas diferentes de la vida del artista-, 'Bosé' es un biopic autorizado que no se corta en elogiar a su protagonista y va saltando entre las dos etapas, la de la juventud, en la que el personaje es encarnado por José Pastor, y la de la madurez, con Iván Sánchez en el papel de Bosé, estableciendo ciertos paralelismos y conclusiones.

Vertebra la narración la voz en off de Iván Sánchez, que en primera persona va poniendo voz a las reflexiones de Miguel en torno a su vida, lo que supone subirse a un escenario, los amoríos, la relación con sus padres, la paternidad o las giras interminables lejos de casa y al mismo tiempo pone al espectador en contexto acerca de lo que va a ver.

'Linda', el tema que Miguel Bosé lanzó en 1977, pone título al primero de los episodios de la ficción, que desde el primer momento sitúa a quien será uno de los grandes villanos de la función: su padre, el torero Luis Miguel Dominguín. Interpretado por Nacho Fresneda de forma brillante -ha replicado hasta la manera en que cogía el cigarrillo-, la actitud castrante y dominante de este macho alfa supura casi en cada fotograma, colocando a Bosé como la víctima en una relación paternofilial que, poco a poco va equilibrando sus fuerzas, a medida que el joven tiene cada vez más claro que lo suyo es ser artista. No hay sorpresas, pues, en este apartado. 'Bosé' peca de maniquea y de una absoluta falta de matices. «Haces dos papelitos y ya te crees un actor», le suelta a bocajarro el torero a su hijo tras confesarle que quiere intentar ser actor. «No has nacido para ser oficinista», le dice su madre Lucía Bose, encarnada por Valeria Solarino.

Iván Sánchez es el Miguel Bosé más maduro.
Iván Sánchez es el Miguel Bosé más maduro.

Y Miguel agarra esa maleta cargada de sueños que le ha preparado su tata (Alicia Borrachero) y se va del chalet de Somosaguas, en el que vive junto a sus padres, a Sicilia, a mediados de los setenta donde inicia su carrera como actor. Es ahí donde se empiezan a dibujar las primeras sombras de un personaje enamoradizo hasta la médula. Cae rendido a los pies de Bárbara, una de las actrices de reparto de su nueva película, pero tontea con la protagonista, con la que tiene las escenas de cama, y se acuesta con un político italiano que casi le dobla la edad. «No conseguí ser fiel», masculla la voz en off. Pero no hay oscuridad, ni salvajismo, es puro despertar sexual, picaresca, pillería y sensualidad. Así, al menos, se lo describen Isabel Vázquez, Ángeles González Sinde y Boris Izaguirre, guionistas de la serie, al espectador.

Harto de que sus padres lo usen para atacarse y aconsejado por su amiga y manager Rosa Lagarrigue (Ana Jara), acaba aceptando la oferta de la discográfica CBS para lanzar su carrera como cantante. Pero Bosé es un rebelde. Le piden masculinidad y elegancia, pero él se empeña en bailar y vestirse de forma desenfadada; le piden mesura, pero el no duda en decir a 'Super Pop' que es bisexual. Llega así al final del primer capítulo, que concluye con la actuación del 26 de abril de 1977 en el Florida Park de Madrid, ante sus padres, que le dio a conocer como cantante ante toda España.

Un luchador

De esta forma, el espectador asistirá a distintos hitos en la carrera del artista: desde su irrupción en Latinoamérica a partir de su actuación en el Viña del Mar de Chile el 23 de febrero de 1981 -sí, ese 23-F-, hasta su paternidad junto a Nacho Palau. Ojo, no es el personaje de Bosé una alma cándida, que no ha roto un plato. Saca a relucir su mal genio a menudo, especialmente con Rosa, su manager, pero los guionistas han construido la imagen de un héroe, un artista que lucha contra la adversidad, que se cae y se vuelve a levantar y que jamás parece equivocarse, dejando las consecuencias de sus acciones a la imaginación del espectador. No es extraño. Al fin y al cabo detrás de la ficción dirigida por Miguel Bardem y Fernando Trullols se encuentra la productora Shine Iberia, la misma que ha logrado con 'Cover Night' que Bosé regrese como jurado a un programa de La 1 de RTVE.

Vídeo.

Pese a la ausencia de grises, el guion del biopic acaba resultando atractivo, quizá por aquello de adentrarse en la vida de un artista exitoso ahora que está en horas bajas debido a su afonía y a sus polémicas declaraciones en torno al covid, y va al grano, que es mucho más de lo que puede decirse de propuestas similares. Si bien algunos de los diálogos pueden resultar involuntariamente cómicos como ese «un torero jamás pide perdón» que le espeta Dominguín a su hijo tras una dura secuencia junto a Ana Obregón es de los que no se olvidan.

Con una ambientación decente pero falta de recursos -intentar hacer pasar el Madrid de los Austrias por Roma ya es duro, pero la recreación de Nueva York al estilo de un parque temático clama al cielo-, la ficción no llama visualmente la atención pese a los esfuerzos de Miguel Bardem y Fernando Trullols en la dirección. Sin duda lo mejor es el enorme esfuerzo actoral de sus protagonistas. José Pastor e Ivan Sánchez han captado a la perfección la esencia de Miguel Bosé. El primero se muestra inquieto, jovial, espasmódico; el segundo reposado, intenso, pero ambos mantienen un equilibrio ejemplar, sin caer en la caricatura. 'Bosé' no es una joya, pero resulta entretenida y gustará muchísimo a los fans. Casi tanto como al propio Bosé.

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