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La subida del Salario Mínimo Interprofesional anunciada por el Gobierno en un 8% ha suscitado diferentes opiniones. El incremento supone un aumento de 80 euros al mes hasta situarlo en 1.080 euros repartidos en 14 pagas. Esta suma beneficiará a casi 50.000 salmantinos, concretamente 46.646 asalariados que pasarán a ampliar la cantidad de mil euros rasos según el informe del Mercado de Trabajo y Pensiones de la Agencia Tributaria de 2021. La subida supondrá así unos 50 euros netos más al mes, ya que con las retenciones y cotizaciones sociales el bruto se ve reducido en aproximadamente 30 euros.
Desde 2019, el SMI se ha incrementado un 36%, al pasar de 735 a 1.080 euros mensuales. Una medida que, sin embargo, cae como un jarro de agua fría en determinados sectores mientras que para otros colectivos supone una salvación a final de mes con la que enfrentarse a la actual escalada de los precios. Con carácter retroactivo desde el pasado 1 de enero, las empresas tendrán que actualizar las nóminas en febrero y pagar también el alza correspondiente a enero. Ante esta situación, los empresarios de Salamanca han calificado de «sablazo» la subida del Salario Mínimo Interprofesional y ha mostrado su rechazo rotundo ante esta medida.
La Confederación de Empresarios de Salamanca (CES) lamenta que esta decisión cause un mayor endeudamiento de las empresas y autónomos que se verán obligados a «realizar despidos entre sus plantillas debido al desgaste que arrastran desde la pandemia». Así lo explica el presidente de CES, Antonio Rollán, que asegura que «no es el mejor momento para subir de nuevo el salario mínimo». Con el temor latente de que este aumento genere aún más incertidumbre y negatividad entre algunos sectores, Rollán pide empatía para «ayudar a los empresarios en esta difícil etapa».
El dardo no solo se lanza al Ejecutivo de Sánchez sino también a los sindicatos al considerar que «con quien se debe hablar de estas medidas es con quien la va a pagar, no con los sindicatos». Por otro lado, CES apremia al Gobierno nacional a que se centre en un plan de choque que ayude «de verdad» a mantener las empresas y el empleo, y no siga generando incertidumbre económica y social como la que está creando. «Y es que España aún no ha recuperado el tejido empresarial previo a la pandemia. Y esta subida del SMI sólo tendrá un impacto negativo sobre las empresas y el empleo», recalca el presidente de CES.
Del mismo lado se posiciona el presidente de CEOE CEPYME Salamanca, Diego García, que señala que «aunque apoyamos la subida, no debe hacerse de manera unilateral porque eleva muchísimo los costes de las empresas». Así, insiste en que «es una decisión que puede derivar en una ola de inflación y en una ola de desempleo». Un apunte que, concluye, «no ayudará a potenciar la inversión empresarial ni la creación de empleo».
Los sindicatos aplauden la medida que supone incrementar el SMI un 8% en 2023. Ante el sector empresarial que defiende el perjuicio en las actividades de autónomos y pequeñas empresas, los sindicatos aplauden la decisión que permitirá que aquellos que cobran el salario mínimo puedan mantener y mejorar su poder adquisitivo. Desde UGT de Salamanca, afirman que la subida del SMI a 1080 euros aprobada recientemente, «permitirá a millones de personas asalariadas paliar gran parte de la pérdida de poder adquisitivo acumulada durante el año 2022». Asimismo, lejos de suponer un castigo para el empleo, aseguran que «ayudará a reducir la desigualdad salarial y los altos niveles de pobreza que aún persisten hoy día en nuestro país».
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