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Una de las tradiciones más curiosas y antiguas de la ciudad de Salamanca ha regresado tras tres años y dos ediciones de ausencia debido a la pandemia de la covid-19. La bendición de los pequeños animales con motivo de la festividad de San Antón, coordinada por la revista 'Ferias, mercados y mataderos', ha vuelto a congregar en el Campo de San Francisco a decenas de personas con sus mascotas listas para recibir su consagración. A diferencia de las ediciones anteriores, la cita de este 2023 no ha tenido la habitual eucaristía con presencia de los animales que se celebraba previamente a la bendición y además, no ha sido tan multitudinaria como en ediciones pasadas debido a las inclemencias climáticas.
Un buen número de salmantinos y salmantinas han acudido este mediodía del 17 de enero al parque de San Francisco para hacer que sus mascotas (generalmente perros pero también algún gato) recibieran la bendición por parte del superior del convento de los padres Capuchinos, el padre Domingo Montero. Como marca la costumbre, llevada a cabo desde hace cuarenta y tres años con la excepción de los años covid, la escultura de San Francisco de Asís ha sido el lugar elegido para que el párroco bendijera a los animales por el día de San Antón. La edición de este año ha sido exprés, sin llegar a los diez minutos desde la llegada del sacerdote hasta su finalización, con personas y animales que llegaron algunos minutos después de la hora convocada (13.00 horas) sin poder obtener la bendición. Las condiciones metereológicas presentes en la ciudad charra este martes ha evitado una mayor celebración.
Personas de todas las edades se han personado con sus mascotas en el Campo de San Francisco. Algunas más maduras como Eloisa y su perro Tequila, que han asistido por primera vez movidos por su fe; otras más jóvenes como Paloma, que se ha acercado más por las intenciones de su madre, también una fiel creyente, al igual que Francisca y Ana, asiduas a la cita, que reclaman más promoción para una mayor afluencia de público como sucede en otras poblaciones de España.
Esta tradición tiene sus orígenes en los años de la Guerra Civil española, cuando ciudadanos de la época llevaban a sus animales (especímenes de gran tamaño normalmente) a ser bendecidos. Con el transcurso del tiempo se perdió esta cita, siendo recuperada por el veterinario Eleuterio Ferreira y el capuchino David de la Calzada más de cuatro décadas atrás, pero esta vez siendo animales pequeños los agraciados con la consagración. La revista 'Ferias, mercados y mataderos' es la propulsora y coordinadora del acontecimiento.
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