

Secciones
Servicios
Destacamos
El denominado caso de la 'casa de los horrores' de Salamanca se ha saldado con una condena de tres años de prisión para un joven tras acreditarse un delito de abusos sexuales a su pareja menor de edad, a la que conoció con 12 años y con la que estaba casado por el rito gitano. La sentencia incluye una orden de alejamiento por cinco años y una indemnización de 3.000 euros, pero la condena de cárcel está muy lejos de los 36 años que pedía el Fiscal por hasta seis delitos y sólo se le condena por uno.
El juicio ha generado una gran expectación desde que se conocieron los detalles del caso. Las acusaciones incluían seis delitos por abusos sexuales, contra la libertad sexual, de lesiones, delito de tratos inhumanos y degradantes, otro de amenazas y un último de maltrato habitual por hechos que, cuando se empezaron a juzgar, incluían acusaciones por violaciones, amenazas, torturas y retención ilegal. La víctima, una niña casada con 12 años y que todavía hoy es menor de edad.
En un primer momento, trascendió que la joven había denunciado que, durante un tiempo, las relaciones sexuales con su pareja habían sido no consentidas, que la retuvo y le causó lesiones con un soplete y que no la permitía salir del domicilio. Fue entonces cuando se empezó a conocer el caso como el de 'la casa de los horrores'. Sin embargo, durante el juicio la joven se ha desdicho, ha explicado que lo hizo por venganza al ver al chico en fotos con otras chicas y que al final cambió su versión porque no podía ocultar la verdad durante más tiempo y perjudicar a la familia.
Los hechos se remontan al mes de septiembre del año 2020 cuando ambos se conocieron por Instagram. Él tenía 19 años y ella 12, pero se gustaron e iniciaron una relación sentimental. Así, se realizó conforme a las costumbres gitanas el rito del 'pedimento' en Zamora, localidad en la que residía la menor en esa fecha, ante la presencia de familiares.
La niña se trasladó a Salamanca y cuando cumplió 13 años, el 26 de octubre del 2020, tuvieron de forma consentida, por primera vez, relaciones sexuales plenas, pasando a compartir, como pareja, una habitación en la planta baja de la vivienda. Vivían como un matrimonio a ojos de su entorno, aunque nunca se llegó a celebrar ceremonia. La joven se ocupó de tareas domésticas y no fue escolarizada pese a la obligatoriedad que se deriva de su edad.
Sin embargo, en fechas próximas de la Navidad de 2020 se rompió la relación sentimental y dejaron de tener relaciones sexuales. El motivo fue una infidelidad por parte de la niña, según el acusado. El 27 de diciembre de 2020, la madre del condenado llevó en su coche a la niña hasta Zamora, pues quería volver con su familia y dar por terminada la relación.
Contactó con un familiar y la dejó en un centro comercial donde la recogió una tía suya. Fue entonces cuando la pequeña mostró una lesiones que tenía en el cuerpo y dijo que se las había hecho su pareja utilizando un soplete, además de un hematoma en un ojo por un puñetazo. Su tía la llevó al Hospital Virgen de la Concha de Zamora para que la curasen. Sin embargo, nunca quedó acreditado que fueran causadas por él.
El 28 de diciembre del 2020, estando en compañía de su tía, fue atendida por el médico de urgencia por la ginecóloga y por la médico forense, presentaba múltiples quemaduras en su cuerpo y un hematoma en párpado superior derecho de unos 2-3 días de evolución de color violáceo.
En un informe se pone en duda que el origen de las lesiones fueran hechas con un soplete, por lo superficial que eran, y se señaló que casi la mayoría se situaban en el lado izquierdo, un lado accesible para persona diestra, circunstancia que le llamó sobremanera la atención y que otras heridas que no dejaron cicatriz muy superficiales en el antebrazo y en el codo eran típicas de autolesiones.
La joven no compareció en el juicio que continuó con la declaración grabada en el momento de la denuncia, el 20 de diciembre, en la que la joven explica que, una vez decidió romper la relación, su pareja le obligaba a tener relaciones bajo amenaza, que estuvo retenida, que fue quemada con un soplete y se le cortó el pelo a la fuerza y que no se le permitía salir de su habitación.
Sin embargo, la versión de la joven ha sufrido «importantes variaciones» según el auto que recoge la declaración de una tía suya que la califica de «muy mentirosa» y que aseguró no haber presenciado nunca agresiones.
Antes, en noviembre de 2021, la joven prestó declaración y explicó que entonces que se sintió engañada, celosa y despechada cuando vio en fotos a su pareja con otra joven en actitud cariñosa. Confiesa que ella misma se produjo las heridas y las quemaduras con un mechero y que ella misma se cortó el pelo para intentar llamar la atención.
Es a partir de ese momento cuando la relación empezó a ir mal, pero relata que nunca recibió ningún tipo de maltrato por parte de ni por su familia y que el 27 de diciembre del 2020 ya no aguantaba más, no se encontraba bien, decidió llamar a su familia para volver a Zamora. La justicia no aprecia presión del entorno para que se desdiga y da credibilidad a este último relato que desmonta el caso.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.