Miles de jóvenes llamados por las altas expectativas: «Nos han asegurado que es una pasada»

Los novatos recién llegados a Salamanca a estudiar la carrera viven su primera Nochevieja Universitaria con el orgullo de disfrutar una de las fiestas más importantes de la capital. Así lo viven tres estudiantes llegadas en septiembre para estudiar medicina. Desde Burgos, Almería y Canarias encuentran en este día una oportunidad para disfrutar «de una fiesta que nos aseguran que es una pasada».

Otros, aunque no novatos sino ya más bien veteranos, también viven su primera vez este 2022. La crisis sanitaria impidió que en el 2020 y en el 2021 se escucharán las doce campanadas en la Plaza Mayor. No hubo confeti, ni matasuegras ni gargantas rotas a causa del dj, sino esperanza de vivirlo en un futuro que al fin se ha hecho realidad.

Por ello, la ilusión es máxima y solo se espera que las expectativas no defrauden. «Venimos con la idea de pasarlo genial porque es la primera vez que vivimos la Nochevieja Universitaria en la Plaza», comenta un veterano que, aunque salmantino, no había tenido oportunidad hasta ahora de disfrutar del fin de año charro.

Con un aforo de 20.400 personas, no todo serán estudiantes, no todos serán salmantinos y no todos seran estudiantes afincados en Salamanca. También muchos han sido los que han apostado por desplazarse para no perderse la Nochevieja Universitaria. Los kilómetros parecen no ser un impedimento y los jóvenes llegan desde varios puntos de España. La Plaza Mayor se animaba al escuchar al presentador nombrar a Plasencia y es que por la cercanía muchos han sido los extremeños que no han querido perderse la despedida del año a mediados de diciembre.

De igual manera se han acercado los vallisoletanos motivados por la buena fama de esta fiesta. De la ciudad vecina han venido varios grupos, algunos de ellos por primera vez. «Nos han hablado genial de ella, y aunque al principio nos ha decepcionado un poco porque esperábamos más gente, se ha ido llenando», añade una de ellas. Y es que las ganas eran tan grandes, que no quisieron perder la oportunidad de vivirlo de primera mano. «Reservamos los billetes hace meses porque nos daba miedo quedarnos sin ellos», aseguran.

Con controles en todas las entradas, registros aleatorios y mil ojos -tecnologicos y humanos-, para que la fiesta multitudinaria discurra sin ningún problema, el operativo especial de vigilancia y seguridad se instauraba desde media tarde.

La Policía Local, la Policía Nacional y la Guardia Civil junto con el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento del Ayuntamiento de Salamanca, la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil, Cruz Roja y responsables de la propia organización del evento, se aseguraban de que el recuerdo de este fin de año sean los pies cansados, la afonía y los selfies memorables sin ningún otro incidente reseñable.