El espacio hostelero más grande de Salamanca que nació como un club militar exclusivo
El Campo de Tiro, con más de un siglo de historia, combina deporte, ocio y restauración, y se ha reinventado en los últimos cuatro años con una apuesta fuerte por eventos y gastronomía
Hace más de cien años, el Campo de Tiro era un espacio privado reservado a socios vinculados al ejército. El acceso para el resto de la ciudad era imposible salvo contadas excepciones. «No dejaban entrar a nadie que no fuera socio, salvo que viniera invitado por uno», explica uno de los actuales gestores, Fernando Díaz. Aquella exclusividad se mantuvo durante años, pero hoy el recinto es un lugar abierto al público con múltiples posibilidades en sus instalaciones.
Fue tras la pandemia cuando sus actuales responsables llegaron buscando, más que un negocio hostelero, una instalación deportiva. «Queríamos ampliar nuestra gestión deportiva», indica Fernando Díaz. Desde entonces, el espacio -probablemente la superficie de hostelería más grande de Salamanca- no ha dejado de evolucionar. «Tenemos que ir poco a poco porque son instalaciones muy grandes: hemos hecho pistas de pádel nuevas, pistas de tenis, seguimos con el pickleball, hemos hecho mejoras en la piscina climatizada y acondicionado la de verano», enumera.
Además de explotar la parte deportiva, la restauración se ha convertido en uno de los pirales del Campo de Tiro. La cafetería tipo 'sport bar' es solo el principio: comuniones, bautizos, cumpleaños infantiles y bodas llenan el calendario. «Hace un mes montamos una carpa para eventos con capacidad para 450 o 500 comensales y jardín privado», destacan. La organización de eventos se ha convertido en una de sus señas de identidad y desde hace tres años tratan de explotarlo conscientes de las posibilidades que ofrece el espacio.
De hecho, ya trabajan en preparar «una zona exclusiva de eventos». El siguiente paso llegará en octubre, con la apertura de un restaurante de gama media-alta para 35-40 personas, que crecerá según la demanda. «Tenemos un equipo muy cualificado, tanto en cocina como en sala, y queremos ofrecer algo más que una cafetería», afirman. Un cóctel perfecto para convertirse en referencia en este tipo de servicios: un espacio idílico, buena atención, una oferta gastronómica cuidada y mucha ilusión. «Vamos poco a poco pero con ganas de ir creciendo», añade Fernando.
Un lugar perfecto para familia
Evolucionar ellos como propietarios de este gran complejo, y conseguir que los clientes crezcan también con ellos. De hecho, muchos de los habituales son familias a las que ya acompañan en sus grandes momentos. No sólo en los eventos que se organizan, sino en la oferta de ocio con la que cuentan. «Gustamos mucho a las familias: los niños pueden estar jugando o en actividades mientras los padres toman algo tranquilos», explica Fernando. Para los más pequeños, incluyen servicio de animación los fines de semana y organizan cumpleaños infantiles.
A la espera de estrenar su nuevo restaurante, el Campo de Tiro continúa escribiendo una hoja más en su historia: la de un espacio centenario que pasó de ser un club militar cerrado a, hoy en día, convertirse en un punto de encuentro abierto, familiar y con vocación de afianzarse como uno de los referentes hosteleros de Salamanca.
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La anécdota estrella del Campo de Tiro
Una mujer olvidada
Como no podría ser de otra manera, una de las mejores anécdotas que recuerdan fue en la celebración de un evento. Concretamente, en un 50 cumpleaños. «Después de toda la tarde, tras el cóctel y las copas, sobre las 3:00 de la mañana, nos encontramos a una mujer dormida en uno de los sofas», recuerda Fernando. Los camareros la encontraon «una hora después de que se hubiera ido todo el mundo, incluido su marido», cuenta entre risas.