Un nuevo Carlos García Carbayo
El alcalde salmantino, ahora líder político del PP y con mayoría absoluta, se despoja de los últimos restos del sambenito de vicario de Mañueco en Salamanca
Faltan unos minutos para las doce del mediodía y el zaguán del Ayuntamiento de Salamanca está a reventar. Diviso una cara familiar, una de las personas que conoce a fondo como funciona la casa por dentro. Me da un abrazo y la noticia del día: «Mañueco no viene». En efecto, el exalcalde y ahora presidente de la Junta, que vive a 5 minutos de la Plaza Mayor, no tiene previsto acudir a la investidura de su sucesor en la que es su ciudad. Una ausencia que conecta con una noche muy cercana en el tiempo y que encierra la explicación para una nueva etapa.
28M. Céntrico hotel de Salamanca. Un compañero de profesión empieza a mirar la hora con preocupación. Hace tiempo que la mayoría absoluta del PP es un clamor en la ciudad, pero el hacedor no asoma. «¿No estará esperando a Mañueco?», comparte con cierta resignación, conocida como es la mala relación del exalcalde con la puntualidad. Aunque tiene obligaciones mayores en la Comunidad, se cuenta con un viaje relámpago a Salamanca para celebrar el extraordinario resultado. «Así no se va a quietar el sambenito», refunfuña el compañero. El espacio/tiempo sitúa Valladolid a una distancia equivalente a lo larga que se adivina la noche en el cuartel/guateque del PP.
Sin embargo, los acontecimientos dan un giro inesperado. Desde la puerta del ascensor que conecta el centro de mando con las mesas de la prensa llega, traída de boca en boca, la noticia de la noche: ya baja García Carbayo. Presidente del PP provincial, esperaba el recuento de una mesa que se había puesto rebelde en la capital mientras controlaba cada pueblo, aquí y allá, del tablero político que es la provincia. Era eso lo que le retenía.
Entonces, en la noche electoral, como hoy en la investidura el alcalde de Salamanca ha seguido quitándose el peso de ese 'sambenito' de delfín al que Mañueco dejó en Salamanca como valido mientras se marchaba a tareas de mayor rango. 'Hombre de paja', se llegó a decir. El resultado en 2019, ganador por estrecho margen y gobierno necesario con Cs, no le ayudó, pero tras cuatro años extremadamente complicados ahora García Carbayo se apresta a gobernar la ciudad con la mayoría más solvente en muchos años, equiparable a la primera de Mañueco, aquellos 18 concejales del tiempo del bipartidismo.
El presidente regional estaba este sábado, como la noche electoral, pendiente del histórico vuelco en Valladolid y Burgos, las antípodas de la diana a la que apunta su sucesor que sólo tiene ojos y tiempo para Salamanca. Al frente de la maquinaria de partido desde hace sólo unos meses, ha hecho limpia y ha reforzado el azul del mapa electoral salmantino. Un resultado que apuntala su carrera de alcalde cuajado. Si acaso algún tiempo pudo ser vicario de su valedor político, ahora García Carbayo ya no necesita esperar la llegada de Mañueco, al que por descontado siempre considerará bienvenido. Igual que la noche del 28M hubo foto, hoy habrá encuentro.
Técnicamente, García Carbayo tiene cubierta la cuota: tiene un 'Mañueco' entre sus concejales. Ángel Fernández, sobrino del exalcalde, lidera la representación de la familia con su padre a la cabeza en la entrada al consistorio. Es lo más Mañueco que va a deparar el día. Eso y la presencia de Julio López, salmantino de pro, dircom de la Junta y máximo representante del gobierno regional este sábado en el corazón de Salamanca.
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De la última época de Mañueco alcalde quedan por aquí también concejales imprescindibles como Fernando Rodríguez o los ediles salientes de Cs, Ana Suárez y Fernando Castaño (ambos se han dejado ver por el consistorio donde han trabajado hasta el último momento), supervivientes del grupo municipal 'naranja', aquellos a los que el exalcalde tuvo que recurrir para salvar el bastón de mando en el lejano 2015. Una sombra menguante y ya escasa que García Carbayo ha ido disipando con su sello personal de trabajo, trabajo y trabajo.
En el atestado salón de gala ha apelado de nuevo a esa fórmula. «Nos vamos a emplear a fondo, la autocomplacencia está vetada. Pido la comprensión de nuestras familias, la política está llena de sacrificios», proclama a los asistentes, su mujer entre ellos. Que se preparen los concejales veteranos y los muchos que se incorporan, que pregunten a los que han pasado los últimos años con el 'jefe' concejal y luego alcalde. O que consulten a quien, a duras penas, sigue el ritmo de una agenda llena. El nuevo Carlos García Carbayo no espera a nadie. Gobernar en mayoría y la hegemonía provincial son sus avales.