Así se idearon los dos cambios de tráfico en Salamanca que protegerán a peatones y monumentos al tiempo
El giro 'rozando' el palacio de Los Anaya y la bajada por el puente del Soto precipitan la modificación de sentidos en varias calles y el recorrido de los vehículos en una mezcla de protección a los viandantes y al patrimonio
El importante cambio en la circulación que se va a hacer en el centro histórico, en un eje que tiene la entrada sur por la Gran Vía como referencia, afectará al sentido de varias calles y creará un nuevo giro, mientras elimina otro para los autobúses. Y en todos los casos, esta revolución del tráfico en el casco antiguo tiene que ver con la seguridad de los peatones.
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Este ha sido el punto de partida de una solución que surgió de dos problemas que ha acabado precipitando un cambio que llevaba años sobre la mesa: aliviar de tráfico la Gran Vía. Son muchas las ocasiones en las que se ha planteado cerrar el acceso sur y liberar el antiguo puente del Soto del daño que le causa el tráfico, pero no ha sido hasta ahora que ha sido posible.
La idea nació de las obras de peatonalización. Cuando se ejecutaron, hubo que cambiar los recorridos líneas 1, 3, 4, 8 y 9 del autobús urbano y algunos metropolitanos, de modo que vehículso grandes acabaron haciendo un complicado giro en Juan de la Fuente que implica que se invada parciamente la acera a la altura de la Torre de los Anaya. Resolver esto llevó a otro gran problema.
El puente del Soto sufre desde hace años, en forma de eflorescencias, humedades y roces de vehículos la intensidad del tráfico bajo el arco de un monumento del siglo XVI, además de la mala costumbre de pasar andando bajo el mismo.
El detonante son dos problemas de seguridad vial que afectaban a los peatones en estos dos lugares. Uno generado por los sucesivos cambios en el tráfico tras la peatonalización total del centro, que llevaron el bus a 'rozar' la torre de los Anaya en la salida por San Pablo; y otro provocado por la mala costumbre de los viandantes de circular por donde no deben. Estos son los casos en concreto.
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Eliminar paso peatonalPeatones en riesgo bajo el puente del Soto
Es la actuación central, la clave de bóveda de lo que se va a hacer. De hecho, hasta que no se terminen las obras necesarias para eliminar el improvisado paso peatonal bajo el puente del Soto, no se procederá a aplicar el cambio de tráfico.
Lo que ocurre aquí es que los peatones aprovechan lo que parece una acera empedrada para pasar por debajo del puente y evitarse las escaleras. Se hace tanto en dirección subida, desde Arroyo de Santo Domingo, como de bajada desde la rotonda; se aprecia incluso un caminito donde falta el césped y que evidencia este uso.
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Pasar por ahí, un lugar estrecho y con tráfico de autocares, furgonetas y coches, es realmente peligros. Y está prohibido, como se encargan de recordar dos señales, pero se hace.
Para evitar este uso se va a eliminar el tramo de acera que hay desde el paso de peatones de la calle Rosario y que lleva a engaño a muchos peatones que piensan que pueden pasar debajo del puente. Este espacio se incorporará a la zona ajardinada ya existente. También se eliminará saliente del bordillo que hay debajo del puente del Soto y se procederá al vallado de la zona ajardinada para que nadie la pueda invadirla para pasar por ahí.
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Y por último se va a retranquear el bordillo de la isleta que hay en la glorieta de Concilio de Trento frente al convento de las Dueñas. De esta manera, los autobuses podrán acceder sin problemas a la calle Arroyo de Santo Domingo. Al mismo tiempo se ampliará esa isleta hacia la acera para impedir el paso de los peatones bajo el puente del Soto.
Con el cambio, las líneas 1, 3, 4, 8 y 9 del autobús urbano y los buses metropolitano que llegan a la glorieta de Concilio de Trento desde Gran Vía ya no tendrán que girar a la derecha hacia Juan de la Fuente, saldrán rectos hacia el sur por una calle que invertirá su sentido y evitarán la compleja maniobra a la altura de la Torre de los Anaya.
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El bus dejará de pasarEl giro imposible en Los Anaya
El segundo problema que se va a resolver va a ser el del giro más peligroso del bus en el centro histórico. Tras eliminar el paso de las líneas del urbano por la Plaza Mayor y San Pablo, hubo que cambiar sus recorridos y llevarlos todos por Gran Vía. Allí tenían que girar en la glorieta de su extremo sur y dirigirse hacia San Pablo de nuevo para salir de la ciudad.
El problema es que, en el giro de Juan de la Fuente a San Pablo, los autobúses urbanos invaden la acera, con un importane riesgo para los peatones. De hecho, los vehículos pasan muy cerca de la pared de la torre y pisan más de un metro sobre la acera, y con el vuelo de la carrocería la invaden casi toda.
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Hace unos meses se procedió a cambiar el adoquinado, por su deterioro, pero no se tomaron medidas de seguridad vial; se descartó poner más alumbrado y ahora falta hasta la línea blanca que antes sí tenía.
Con el cambio de dirección de Arroyo de Santo Domingo, por donde ahora bajarán los autobúses directamente, se evita el peligroso giro que queda para el resto de vehículos, que seguirán girando en Juan de la Fuente.
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