La lucha contra la soledad: historias de Navidad en dos residencias salmantinas

El bullicio de las cenas familiares y el estridente sonido de los villancicos enmudecen, cada año, al fantasma de la soledad. Son, lamentablemente, numerosas las personas mayores que cada año, durante las fechas navideñas, se ven obligadas a combatir la dura ausencia de abrazos, felicitaciones, alegría y alborozo.

Tal y como recogen las encuestas oficiales, en 2020, un total de 2.000.000 de personas de la tercera edad vivían solas en nuestro país y no recibían visita alguna. Las residencias, a lo largo de todo el año, juegan un papel fundamental en lo que a combatir la soledad de los mayores se refiere y, con la llegada de estas fechas tan señaladas, se esfuerzan aún más si cabe para recordarles que no están solos porque ahora, ellos, son su familia.

Manuel Herrero, Director Colisee Santa Marta, explica que durante la época navideña los usuarios disfrutan de actividades especiales, así como de colaboraciones con varios colegios salmantinos cuyos alumnos acuden a la residencia a realizar actividades como, por ejemplo, un juego al que han bautizado como «1,2,3, volvamos a la niñez». Nuria López por su parte, directora de la residencia Montevideo, relata que los usuarios del citado centro, durante las navidades, disfrutan de un amplio abanico de actividades, entre las que se incluye la propia decoración de la residencia.

El espumillón que decora las puertas de las habitaciones, los motivos navideños repartidos cada una de las estancias o los gigantescos belenes, sumado a la sonrisa amable e infatigable de los trabajadores de las residencias, permite a los mayores celebrar la Navidad casi, casi, como en casa.

Paqui y Leonor llegaron a la residencia Montevideo prácticamente a la par, acompañadas de sus respectivos maridos. Desgraciadamente, los cónyuges de ambas fallecieron con apenas meses de diferencia, lo que hizo que Paqui y Leonor encontraran en la otra el refugio que necesitaban. Desde entonces, son inseparables.

Compañeras de vida, de habitación, de comidas, de paseos y de lecturas, Paqui y Leonor han encontrado la una en la otra una familia. Ambas reiteran lo felices que son juntas y lo mucho que disfrutan de su mutua compañía; tanto es así que estas Navidades, como ya hicieron el año anterior, las pasarán juntas:

«Vamos a ir a cenar con su familia» refiere Leonor, feliz, mirando a Paqui. Las dos amigas afirman, además, que se sienten unas auténticas privilegiadas al estar en una residencia porque, tal y como aseguran, «estamos todo el año en un hotel».

Pepe y Herminia, marido y mujer, solo se tienen el uno al otro. Ambos viven en la Residencia Colisee de Santa Marta y sus Navidades, este año al igual que el anterior, las celebrarán con la que se ha convertido en su segunda familia, el resto de usuarios de la residencia.

Herminia recuerda que, para mantener la tradición, acudió a comprar las canónicas doce uvas para celebrar la entrada de 2023 pero, explica, las tuvo que tirar porque la propia residencia, dentro de la organización de la fiesta, ya se las facilitaba; «compré hasta dos botellitas de champagne» aunque, relata Herminia, finalmente no se las bebieron.

Mercedes, por su parte, es compañera de Herminia y Pepe en la residencia y su familia, ahora, son ellos. «Fueron unas Navidades tranquilas», explica Mercedes recapitulando las Navidades pasadas, «tuvimos una compañía muy buena. Y no nos faltaron los menús especiales», asegura, «turrón, langostinos… ahora esta nuestra casa y celebramos las Navidades, dentro de lo que cabe, como tal».

Temas

• Navidad