Cómo mantener la piel protegida del sol: caducidad de la loción y tejidos densos
Las altas temperaturas se adelantan y por ello, es importante evitar quemaduras y conservar el cuidado de nuestra salud
Las temperaturas propias de los meses de verano cada vez se adelantan más y por ello hay protecciones con las que debemos contar antes de tiempo para el cuidado de nuestra salud. Los expertos recomiendan utilizar crema solar durante todo el año ya que los rayos de sol traspasan igualmente nuestra piel, pero lo cierto es que la mayoría solo la se convierte en un indispensable en julio y agosto.
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Es habitual que esta loción sobre y se almacene para darle uso nuevamente al año siguiente, sin embargo, muchos se preguntan si estos protectores contra el sol tienen fecha de caducidad y pueden ser reutilizados en el futuro. Y además de esta fotoprotección, existen ropa que gracias a su color, composición y ajuste, ayuda a evitar las quemaduras en la piel.
Caducidad de las cremas solares
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) realizó un estudio en el que varias cremas solares de las principales marcas se usaron y a continuación se almacenaron bien a lo largo de un año. Los resultados revelaron que todas mantenían su efectividad, sin pérdida de protección. Además, la Administración de Alimentos y Medicamentos exige a los fabricantes que las cremas solares mantengan su potencia durante tres años o que la referencia se la PAO (Period After Opening), que determina cuánto tiempo se puede almacenar desde su apertura. En este caso es necesario apuntar el día en el que se abre y contar tres años.
Conservación:
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1
Mantener la crema alejada del sol
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2
Almacenarlas en un cuarto seco y fresco, nunca en el baño
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3
La temperatura se debe mantener estable, aproximadamente a unos 22 grados
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4
Si al abrir el bote la crema huele mal, tiene un aspecto raro o su textura es más líquida, tíralo a la basura. Es probable que no esté bien conservado y haya perdido efectividad
Ropa con protección
Las siglas UPF que aparecen en algunas etiquetas de tu ropa significan 'Factor de Protección Ultravioleta', es decir, indica la cantidad de radiación que un tejido permite que llegue a la piel. Cuanto más alto sea, más protección y menor riesgo. Es cierto que muchas telas no tengan asignado un UPF, esto se debe a que no se ha sometido a pruebas para estar certificado o porque no protege del sol. Es importante fijarse en los siguientes componentes:
Protección:
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1
Los colores oscuros o brillantes (negro y rojo) protegen más que los claros, al contrario de lo que pueda parecer
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2
Las telas densas son más protectoras que las delgadas o de tejido suelto. Se puede comprobar la protección solar de un tejido sosteniéndola a la luz. Si ves a través, la radiación ultravioleta penetraría fácilmente en la tela y alcanzaría la piel. Las fibras sintéticas, como lona, nylon, licra, rayón o poliéster protegen más que algodón, seda o lino
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3
Contra el calor, es preferible la ropa holgada. Las prendas ajustadas pueden estirarse y reducir el nivel de protección ofrecido, ya que las fibras se separan y permiten que pase más luz ultravioleta
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