La mejor educadora digital de Arte es de Salamanca: «Tenemos que conseguir que se nos deje de ver como influencers»

En un momento en que el interés por el arte, la cultura visual y las redes sociales están en auge, especialmente entre las generaciones más jóvenes, la salmantina Alba Sánchez -más conocida como Alba Saenc- se ha convertido en una voz relevante. La combinación de su conocimiento académico y su habilidad para comunicarlo a través de las redes refleja una nueva era en la educación artística, y así se lo han reconocido desde Edu-Con España a través de uno de sus premios.

Aunque, para llegar hasta el presente, Alba ha tenido que pasar por varias búsquedas internas sobre su profesión. En 4º de la ESO se había decantado por la Ciencias y por la rama sanitaria, aunque poco a poco la idea le fue gustando cada vez menos y entró en un momento vital en el que no sabía qué hacer. Pero gracias a una visita a Canadá, su situación empezó a cambiar y encontró el punto exacto. Para ella fue «como si en un lienzo en blanco ya tuvieras claro qué pintar después de haber estado meses mirándolo con un bloqueo creativo», explica. Y esto ha evolucionado hasta tal punto que, actualmente, está cursando el doble grado en Historia e Historia del Arte en la Universidad de Córdoba.

Pero ella no solo aprende, sino que también enseña. A pesar de que «hace unos años era una hater de Tik Tok», un día se abrió un perfil y empezó a subir algún que otro vídeo. Al tiempo abandonó las redes debido a la gran carga que tenía, pero al empezar a trabajar como colaboradora de Nacional Geographic supo cómo hacer un guion, elegir los ganchos y conectar con la audiencia, lo que la impulsó a darle una nueva oportunidad a sus perfiles. Y gracias a ese impulso, la salmantina ha conseguido crear, en menos de un año, una gran comunidad que ya asciende a 175.000 personas en Instagram y más de 360.000 en Tik Tok que ven, comparten y adquieren conocimiento gracias a su contenido y a los vídeos que comparte.

Memes históricos, los llaman, pero esto va mucho más allá. Tan pronto te habla sobre las diferencias entre un teatro griego y un teatro romano, que la vemos creando contenido para el Córdoba CF, bailando bachata o aprendiendo a coser. Una chica multifacética «y muy inquieta», pero de verdad. Y así lo demostró hace no mucho en el podcast 'Vaya Vaina', donde estuvo hablando de arte y de más cosas, como el hecho de que es capaz de determinar cómo eres y cuál es tu personalidad si le dices cuál es tu rey favorito. La experiencia completa para los más atrevidos.

Alba es consciente de que entre la universidad, las redes y los hobbies, en muchas ocasiones falta algo de tiempo para desconectar -y para dormir-, aunque sabe muy bien cómo actuar y cómo «combinar todos estos aspectos» para que merezca la pena. Aun así, está plenamente orgullosa del lugar en el que está, de la repercusión tan positiva que tienen sus vídeos y su profesión, y de cómo ha logrado algo que aquella niña de 16 años ni siquiera se imaginaba.

«Mis padres son los que me han ayudado económicamente y soy consciente de su esfuerzo al permitirme probar diferentes ramas de estudio de las cuáles no estaba segura. Y ahora que sí lo estoy, para mí es un descanso saber que algún día les podré compensar el esfuerzo que han hecho por su hija. Ellos están orgullosos y yo creo estar yendo por el camino correcto, por fin».

Además, su círculo de amistades ha sabido adaptarse a la vida de su amiga, de la que muchas veces alardean aunque Alba se muera de vergüenza, y le echan una mano cada vez que es necesario. Aun así, la artista ya se ha propuesto encontrar cada día un momento para parar, «ya sea bailando, tomando algo, saliendo de fiesta, aprendiendo a coser, cantando o leyendo».

Su trabajo está dando sus frutos y aunque le gana la modestia, Edu-Con España se lo ha hecho saber, tal y como se indicaba al principio, con el Premio a Mejor Educadora Digital en la categoría de Arte.

En este evento, al que la salmantina acudió por la experiencia tras ser informada unos meses antes de que era finalista, se conoció que Alba había sido la galardonada. Y, por supuesto, ella que tuvo que dar un discurso. Con muchos nervios y con poco tiempo, pudo agradecer a todas las personas que habían hecho posible el momento y pudo reivindicar ciertos aspectos que ella consideraba importantes.

«Tenemos que conseguir que se nos deje de ver como influencers que cogen una cámara y te cuentan cuatro cosas y que se nos pase a ver como educadores digitales. Hay muchas horas de trabajo detrás de cada vídeo de un minuto y medio. Son horas de investigación, de documentación, más de creatividad a la hora de escribir un guion condensando todo lo importante en tan poco tiempo, y a la vez ajustándose a unas normas estrictas de los algoritmos de internet. Y la edición también nos lleva muchas horas. Es un trabajo como tal que debería estar al menos reconocido», comenta a este medio. «Se agradece ver cómo ese trabajo no remunerado está calando en la sociedad y cada vez más personas disfrutan de ir a un museo o visitar una ciudad, habiéndose informado previamente. Creo que nuestra labor está en generar curiosidad para que las personas quiera conocer el mundo que les rodea».

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