El original campo de pirámides de Salamanca que una comunidad de vecinos ha pagado de su bolsillo
Unas obras para reparar filtraciones cambian totalmente el aspecto de la plazoleta que comunica Comuneros con el paseo de la Estación
Lo que iba a ser una reforma para acabar con las filtraciones a un garaje ha convertido una amplia plaza comunitaria en un original bosque de pequeñas pirámides sufragado por todos los vecinos. Una obra que ha sido costosa y que ha obligado a un importante desembolso a los propietarios tanto de viviendas como de locales.
Todo empezó como un nuevo intento de acabar con el problema de filtraciones que sufre la comunidad de avenida de Los Comuneros, 39, en la capital. Se trata de un enorme inmueble compuesto por varios bloques de viviendas dispuestos en torno a una plazoleta, con varios locales y un parking subterráneo privado al que se accede por el paseo de la Estación.
La propiedad se divide en varias referencias catastrales correspondientes a los diferentes edificios y comunidades, con comunicación entre los mismos, y que totalizan cerca de 11.000 m2 en uno de los mayores condominios de la capital.
Entre sus peculiaridades, el enorme inmueble ocupa un amplio espacio entre Comuneros y el paseo de la Estación al que se accede por un pasaje con portales y varias tiendas por el lado de Comuneros y escaleras y rampas por el lado opuesto; cuenta con numerosas tiendas y locales comerciales, también en el pasaje, y entrada a los mismos por un pequeño paso junto al viaducto del tren.
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Es en este lado donde se ha actuado este verano para acabar con las filtraciones que sufre el lugar. En el pasado ya se actuó en este sentido y se reformó la plazoleta central porque filtraba agua al aparcamiento subterráneo. Ahora, parte de los propietarios han tenido que afrontar una obra para solucionar el mismo problema.
Una solución «original» y costosa
Se ha actuado en el pasaje que comunica Comuneros con la plazoleta interior y en una pequeña franja de la salida hacia el espacio central, titularidad de las comunidades, aunque es de paso abierto. La obra ha consistido en la sustitución del pavimento del pasaje interior, cuya losas estaban antiguas, por unas nuevas en varios colores haciendo damero.
La misma solución se ha empleado en la franja exterior que comunica una pequeña terraza con la escalera y rampa que da acceso a la plazoleta. Y aquí es donde, según los vecinos, el arquitecto responsable se ha puesto «original». Anteriormente, esta zona tenía un pequeño muro que hacía de separación, y para esa función se ha colocado una hilera larga de construcciones piramidales.
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El bosque de pirámides, de alrededor de un metro de altura, está compuesto por una docena de ellas, acabadas en cerámica similar a la del suelo, salvo una de ellas que está formada por rejilla y que hace funciones de extracción del aire del parking que hay bajo la superficie.
El aspecto de esta zona de la plaza ha cambiado por completo, igual que el del pasaje, con un material más lujoso y mucho menos austero que el que tenía. Pero lo que más llama la atención es la presencia de estos originales elementos.
La obra la están sufragando en su totalidad los propietarios de la comunidad con una 'derrama' de una cuantía bastante elevada a repartir entre titulares de viviendas, garajes, locales y negocios.