La plantilla de H&M de Salamanca baja la persiana en protesta por su precariedad

Los carteles de rebajas, las pegatinas de grandes descuentos y los vinilos que anuncian las ofertas más tentadoras no han sido en esta ocasión los protagonistas del primer día de rebajas para las tiendas de H&M. Los sindicatos CCOO y UGT convocaban una jornada de paros parciales que ha sido secundada por los trabajadores de la firma asentada en el Centro Comercial El Tormes en Salamanca. Las condiciones precarias y la sobrecarga de trabajo, que es cada vez mayor, ha hecho que los empleados de esta cadena den un golpe sobre la mesa y traten de negociar sus condiciones de trabajo con la empresa.

Así, los trabajadores de la única tienda ubicada en Salamanca han bajado la persiana a las 17:30 horas. Durante la mañana se ha mantenido abierta porque los encargados han decidido no sumarse a las reivindicaciones, sin embargo, por la tarde, los empleados se han reunido de forma pacífica a las puertas del establecimiento para exigir mejoras en sus condiciones laborales. «Estamos sometidos a una situación de precariedad con sueldos bajos, una sobrecarga de trabajo exagerada y las condiciones cada vez van a peor», asegura .

Veintiséis son los empleados que ahora atienden la firma en Salamanca y las circunstancias precarias a nivel nacional se extrapolan también a la única tienda de H&M en la provincia. «Los jefes de departamentos han visto reducido su plus de encargados hasta cobrar actualmente lo mismo que un trabajador sin esa responsabilidad», comenta la delegada sindical que también forma parte de la mesa estatal negociadora. Precisamente ese es uno de los puntos que desde hace más de seis meses pretenden negociar además de aliviar la carga de trabajo que cada vez es más acusada. «El personal que coge la baja no es sustituido así que los trabajadores de la plantilla tienen que asumir ese trabajo», asegura.

Esa acumulación de esfuerzo se refleja al final en complicaciones en la salud de los trabajadores como problemas de ansiedad y estrés que, finalmente, derivan en más bajas como resultado de ese agotamiento. Un círculo vicioso que pretenden frenar con este parón de, en principio, dos días: este viernes 22 y el lunes 26. «Ojalá desconvoquemos la huelga del próximo lunes porque eso significará que la empresa nos ha escuchado», explica.

Esa es la esperanza con la que inician estas reivindicaciones que tildan de «éxito» y con las que pretenden servir de altavoz para que se conozca su situación, aún más en unas fechas decisivas como son el inicio de las rebajas. Sin embargo, también hay cierto temor por que las movilizaciones no consigan su propósito y sobrevuela la idea de que acaben cerrando la tienda. «Claro que hay cierta preocupación porque la empresa apuesta mucho por lo online y tememos que haya un ERE encubierto», asegura. En los últimos meses se han cerrado tres tiendas de la firma a nivel nacional, una de ellas la ubicada en el Centro Comercial Vallsur de Valladolid donde una quincena de trabajadores perdían el empleo.

Un cierre que recuerda al que experimentó la calle Toro hace ahora dos años y que afectaba a 28 trabajadores que también denunciaban las precariedad de las condiciones en las negociaciones por el cierre. En base a esta experiencia, los trabajadores son conscientes de que «la empresa es difícil de negociar», e igual que en ese momento la respuesta fue apostar por contratos precarios y tiempos parciales, temen que esa deriva se asiente en la firma y no haya vuelta atrás.

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