Así ha quedado el último cuadro restaurado en la Catedral de Salamanca
El «Cristo con la cruz a cuestas», de la capilla del Nazareno, es una obra atribuida al pintor italiano Carlo Maratta
La Catedral de Salamanca ha restaurado un nuevo óleo de la capilla del Nazareno atribuido a Carlo Maratta. El cuadro «Cristo con la cruz a cuestas» sufría serios daños por el paso del tiempo en la policromía y repintes que han sido eliminados por las restauradoras, Carmen Diego y Carmina Fernández.
El óleo sobre lienzo, atribuido al discípulo de Sacchi, es el tercer cuadro que se ha restaurado en la capilla del Nazareno de la Catedral Nueva, de la mano de las restauradoras Carmen Diego y Carmina Fernández. En su presentación, el deán del templo, Antonio Matilla, reconoció que gran parte de la labor del Cabildo, «es velar por la conservación del patrimonio».
El lienzo representa el encuentro de Cristo y la Verónica durante su camino al calvario, y mide 125 cm de ancho y 135 cm de altura. Se encuentra en el centro de un retablo del siglo XVIII, dorado y policromado en tonos azules, y enmarcado con una moldura en esos mismos colores, con decoraciones vegetales talladas en los ángulos y en la mitad de cada travesaño. Según algunos historiadores, como A. Ponz, en su «Viaje de España», o E. Torno, en «Salamanca. Las Catedrales», este cuadro se consideró una copia de una obra de Andrea Sacchi, ubicada en uno de los altares de la cripta de San Pedro del Vaticano, como señalaron en la presentación de la restauración, Carmen Diego y Carmina Fernández.
Mal estado de conservación
Como ellas mismas advierten, la obra presentaba mal estado de conservación, «por envejecimiento de los materiales, expuestos a otro tipo de riesgos, como el ataque de los xilófagos (carcoma), los orines de los murciélagos o factores ambientales como la humedad, las goteras o los cambios de temperatura», enumeraron.
En este cuadro ya se había intervenido con anterioridad, como ellas mismas explican, «en la que se colocaron hasta cinco parches por el reverso, que provocaron deformaciones en el soporte». Carmina Fernández aclaró que también el óleo presentaba repintes, «aplicados de manera burda y con levantamiento de la película pictórica». Asimismo, descubrieron la rotura del soporte por el reverso y el anverso de la obra.Otra causa del deterioro de la obra ha sido una posible quemadura por velas en algunas partes del lienzo. Por otra parte, el cuadro presentaba abundantes cúmulos de polvo y suciedad entre bastidor, tela y marco, y un barniz «muy blanquecino», «que ya no cumple su función de protección de la obra y está totalmente oxidado, que oculta los colores originales».
Tratamiento del cuadro
Una vez analizados todos estos aspectos a restaurar del cuadro, estas especialistas comenzaron con un exhaustivo trabajo de recuperación de la obra, que comenzó con la separación del lienzo del marco y bastidor original. Después, realizaron la fijación y protección de la película pictórica mediante un empapelado, «para el que utilizamos papel japonés y cola orgánica animal».
Otro de los pasos fue la eliminación de los parches existentes, que correspondían a trozos con quemaduras de velas y el repinte de policromía. Carmen Diego y Carmina Fernández también desempapelaron y limpiaron la pintura, quizás el paso más visual, «y a la vez que se eliminaba el barniz oxidado, se retiraron los repintes puntuales que ocultaban los daños de la policromía».
Este no es el primer trabajo de restauración que realizan estas especialistas en la capilla del Nazareno. Hace unos meses, también presentaron la recuperación de dos grandes lienzos que también están allí ubicados: «La expulsión de los mercaderes» y «La Matanza de los inocentes».
