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En España, siempre se ha considerado que el verano es la época del año en la que se producen más accidentes de tráfico con víctimas debido a los periodos de vacaciones y las diferentes operaciones salida, una situación que aumenta si tenemos en cuenta también los fines de semana, los festivos y las horas de entrada o salida al trabajo. Además, en muchas ocasiones, los heridos quedan atrapados en sus vehículos y son los bomberos los que tienen que acudir al lugar de los hechos para realizar los rescates. Y aunque hasta el momento los procedimientos para el rescate de personas en vehículos tradicionales de gasolina o diésel seguían unas diretrices comunes, con la aparición y el uso de los coches eléctricos se han tenido que cambiar ciertos puntos del protocolo que el Cuerpo de Bomberos está comenzando ahora a poner en practica.
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Juanjo González
Los Bomberos de Salamanca, más concretamente, recibieron a finales del pasado año el curso 'Intervención en Vehículos de Nuevas Tecnologías' para complementar así el protocolo que ya venían siguiendo en los accidentes de tráfico, ya que hay varios tipos de coches eléctricos y en el caso de aquellos que cuentan con una batería, siempre serán de diferentes tipos. De esta manera, «el procedimiento de intervención lo primero que dice es que hay que hacer un reconocimiento que nosotros llamamos 3D o reconocimiento del cubo», explica Damián Ramos, Responsable del Parque de Bomberos de Salamanca. «Ya no solo es el siniestro en sí o si hay que hacer un rescate a personas atrapadas, hay que ver si es en la ciudad o si estamos en una zona con otro riesgo asociado».
El segundo paso del protocolo es inmovilizar el vehículo, y en función del tipo de siniestro y del riesgo que pueda ocasionar a personas y bienes, ya se decide las técnicas y tácticas correspondientes para poder llevar a cabo el rescate. Según apunta Ramos, «en el caso de los vehículos de gas se puede producir una llama, lo que se conoce como atorcha», pero la situación cambia, por ejemplo, en el caso de los coches eléctricos debido a las baterías y a los componentes de alta tensión, «un peligro importante a la hora de intervenir porque lo primero que tenemos que hacer es cortar la energía». Además, para ganar tiempo y facilitar ligeramente el trabajo que realizan, estos profesionales han incorporado una «banana» que engaña al propio vehículo para hacerle creer al coche que está cargando y así poder anular todo el sistema.
Debido a la gran variedad de este tipo de vehículos, puede darse en caso de que se produzca el caso contrario porque «en caso de golpe se puede deformar el espacio que hay entre las celdas de la batería y se produce lo que se llama 'aceleración térmica', una reacción química que genera mucho calor y que hasta que no se agota la batería va a seguir aumentando la energía», explica Damián.
Otra de las situaciones con las que pueden llegar a enfrentarse es que uno de los vehículos tenga una batería de iones de litio, un metal muy liviano que le permite a la batería proporcionar mucha energía, pero que en este caso juega una mala pasada porque en caso de accidente «habría que usar mucha más agua para enfriarlo». Sin embargo, a raíz del curso, los Bomberos de Salamanca han incorporado a sus herramientas una manta que cubre todo el vehículo y que va bajando la temperatura del coche, por lo que «facilita el hecho de controlar todo el perímetro de seguridad» y les hace ganar «bastante tiempo».
Sea como sea y a pesar de tener un protocolo único, «cada intervención es diferente» y se van marcando diferentes variables a partir de las cuales se toman las decisiones. «Hay unas decisiones comunes y ya está establecido cómo hay que actuar en un rescate», pero no se van a seguir las mismas directrices en el rescate de personas en un vechículo tradicional que en una excarcelación en la que la víctima ha quedado atrapada en un coche con la batería deformada por el golpe. Aun así, Damián Ramos es consciente de que aún están «en proceso de aprendizaje» y que todavía faltan muchos avances y tecnologías por definir.
Uno de los asuntos que el Cuerpo de Bomberos considera más relevante en estos casos para adelantar el trabajo es tener a mano lo más rápido posible la «hoja de rescate», un documento con toda la información sobre el vehículo para poder actuar lo más rápido posible y saber cómo funciona, ya que en el momento del rescate el interior del vehículo también puede ser un peligro potencial que interfiere en el trabajo. Para ello, una de las novedades que también han incorporado es un dispositivo que reconoce los código QR que ya aparecen en algunos coches y que permite que los servicios de emergencia puedan acceder a la información técnica del vehículo. Es una manera de ganar tiempo y para saber cómo actuar en los diferentes casos porque «cada vehículo es un mundo».
Por eso, Damián Ramos insiste en la necesidad de que aquellos vehículos que no cuenten con uno de estos códigos, impriman una copia de la hoja de rescate y la coloquen en la guantera o en el parasol. «Es una cuestión importante que la gente debería tener en cuenta», avisa. Y no solo por los aspectos técnicos, también para conocer dónde están los refuerzos estructurales que «dificultan la excarcelación en el caso de rescate de personas».
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